Octubre ha sido declarado por las naciones del Abya Yala como el mes de la resistencia continental.
En esta línea de luchas de resistencia, en este wayru killa conmemoramos 141 años del natalicio de nuestra lideresa Dolores Cacuango, quien nació el 26 de octubre de 1881 en San Pablo urku de Cayambe. Su pensamiento ha sido el hilo conductor de las organizaciones, pues ella decía, sin organización, unidad y educación no es posible la transformación social y la realidad de marginación y exclusión de los pueblos indígenas. “Nosotros somos como los granos de quinua, si estamos solos, el viento lleva lejos. Pero si estamos unidos en un costal, nada hace el viento…” En su lucha arengó a los detentadores del poder, “Primero el pueblo, primero los campesinos, los indios, los negros y mulatos”. En su lucha buscaba la igualdad y el reconocimiento de derechos, “Todos son compañeros. Por todos hemos luchado sin bajar la cabeza, siempre en el mismo camino”.
Así seguimos caminando alzando la voz por toda la sociedad ecuatoriana y justo en este 14 de octubre, se cerraron las mesas de diálogo entre las organizaciones del movimiento indígena y el Gobierno, sobre los 10 temas que se plantearon tras el paro nacional de junio. Los resultados no son tan alentadores ya que no se tomaron en cuenta los temas centrales, como es el caso de los combustibles y su focalización, ni el control de precios de los alimentos de primera necesidad; la seguridad y la justicia por cuanto el ejecutivo no acogió la reparación integral de las víctimas, asesinadas por el Estado, al igual los derechos labores no tuvieron ninguna resolución a favor. El 19 de octubre se instaló una comisión para dar seguimiento a los acuerdos alcanzados. Sin embargo, lo valorable es que los gobiernos solo escuchan y se sientan a dialogar cuando estalla un conflicto social, lo que queda claro es que solo con la unidad y la lucha de todos los sectores se logra detener el avance de políticas neoliberales. Es lamentable que en el caso de la minería, tampoco existe decisión de cesar los contratos; es el caso de las defensoras y defensores de la Madre Tierra de Molleturo que continúan siendo asesinadas y los representantes del ejecutivo están en silencio.
En nuestras luchas existen avances dentro de nuestros espacios y victorias, sin embargo, hay retrocesos en derechos para poder posicionarno por la lucha de una vida digna y libre de violencias por cuanto el avance de los sectores de derecha y ultraderecha criminalizan las luchas sociales y se fortalecen los narco estados sembrando escalada de violencias. Esta realidad implica que fortalezcamos la vida comunitaria y establezcamos nuestra agenda a través de un trabajo en los territorios, incorporando formas de posicionar nuestras luchas, para la incidencia en espacios de poder político y formas de participación real, sobre todo las mujeres de los sectores rurales porque nosotras nos encargamos de los cuidados, la manutención, las tareas reproductivas de la vida, la filosofía y la cultura. Y hoy nuestro desafío es visibilizar las desigualdades y hacer que se cumplan los derechos alcanzados. Y para ello debemos hacer frente a los elementos más reaccionarios de la sociedad.
Más allá de las luchas, el 16 de octubre se celebró el 77° aniversario del Día mundial de la alimentación, declarado por la FAO, en 1979. Las instituciones de la Agenda 2030 y la FAO sostienen que para ese año habrá “hambre cero”; son dos de los 17 principales Objetivos de Desarrollo Sostenible, la ONU al hablar de igualdad señala, “que nadie quede atrás”. La alimentación segura es esencial para promover la salud y el bienestar de los consumidores y acabar con el hambre. Sin embargo, hay millones de personas que no pueden tener una alimentación sana, que no tenemos esas posibilidades, lo que pone en situaciones de riesgo y de desnutrición. El acceso y la disponibilidad se ven cada vez obstaculizados por situaciones de acumulación de riquezas en pocas manos, los conflictos sociales, la especulación y subida de precios, las guerras imperialistas, el cambio climático, las políticas extractivas que destruyen los territorios de los pueblos nativos, y la contaminación del agua.
Ecuador alcanza una tasa de 27% de desnutrición. Las cifras de desnutrición infantil son alarmantes, en el área rural el 39% de niños menores de dos años sufren desnutrición (INEC), cuyas causas son la mala alimentación de las madres durante el embarazo y lactancia, la falta de control médico. Las provincias centrales Cotopaxi, Chimborazo, Tungurahua y las provincias amazónicas son las más críticas (www.primicias.ec junio 2022).
Frente a esta realidad el Gobierno ha reducido el presupuesto para salud, no existe políticas de apoyo a los sistemas agro-alimenticios de los pequeños productores y a la conservación del medio ambiente. Cultivar, nutrir y preservar incluye el cuidado de la madre naturaleza, la salud de la madre tierra. De ahí que “hambre cero”, “que nadie quede atrás” no pasan de ser eslogan, al igual que la lucha contra la violencia; no se da importancia a quienes producen y nos alimentan. Los gobiernos se contentan con hacer concursos y ferias de productos, eso no es suficiente, se necesita políticas públicas de apoyo a los pequeños productores, mayor inversión en el sector rural.
En conclusión, El día mundial de la alimentación debe servir para concientizar a toda la ciudadanía sobre el tema alimentario, para fortalecer la solidaridad en las luchas contra el hambre, la desnutrición y la pobreza ya que más de dos millones de personas se mueren de hambre en el mundo. Los derechos conseguidos y que están en la constitución y en los instrumentos internacionales son vulnerados por los gobiernos, para ejercerlos y hacer que se cumplan hay mucho que trabajar con la ciudadanía, creando conciencia, difundiendo, des-aprendiendo lo que durante siglos los gobiernos han repetido y nos han hecho creer; se necesita una acción integral, los gobiernos, el sector privado, la academia, las universidades, la sociedad civil trabajar juntos para priorizar el derecho de todas las personas a la alimentación, a la seguridad alimentaria, la nutrición, la paz y la igualdad. Por eso la lucha de los pueblos originarios como guardianes de semillas y protectores de la Madre Tierra es la esperanza del presente y el futuro de la sobrevivencia humana.
Nativa de Saraguro. pertenece a la nacionalidad Kichwa. Estudió en Zamora en la Escuela de Líderes. Cursó estudios universitarios en Cuenca. Es abogada, tiene estudios en lengua y literatura, es magister de Estudios de la Cultura y un Diplomado en Educación Intercultural Bilingüe. Maestra de secundaria y educación superior, investigadora. Ha publicado varias obras, así como artículos en revistas y periódicos. Ha desempeñado varios cargos vinculados a Educación Bilingüe. Es conductora del programa Ñukanchik llata Kashpa (Nuestra identidad) en la Radio comunitaria de Saraguro “KIPA RADIO”, FM 91.3.