Las elecciones anticipadas en la segunda vuelta electoral llevan a tener que escoger entre dos candidaturas finalistas que, por desgracia, vuelven a colocar la disyuntiva entre correísmo y anticorreismo, expresada en dos candidatos jóvenes, pero con las mismas ideas viejas.
Daniel Noboa se presentó en la primera vuelta, como una alternativa nueva y explotó esa imagen en el primer debate, en tanto que Luisa González lo hizo como expresión del pasado correista, plasmada en la consigna “Ya lo hicimos y lo volveremos a hacer”, aunque en la segunda vuelta y en el último debate trató de sentar distancia con Correa.
En el segundo debate, previo a las elecciones, Daniel Noboa y Luisa González, evidenciaron en sus intervenciones coincidencias en sus propuestas con pequeños matices, enmarcándose en el mismo modelo neoliberal extractivista con más o menos intervención del Estado y con uno que otro brochazo social.
Sin embargo, les persigue sus propias sombras, por un lado, el poderoso grupo económico Noboa con sus intereses y los de sus aliados; y, por otro lado, Correa y su séquito incondicional, que pretenden “venir por más” y para ello su objetivo político es lograr la impunidad del líder. Esas son realidades más allá de los dichos y discursos de campaña.
Si se considera el periodo de gobierno tan corto del que dispondrán los candidatos, la crisis económica y fiscal, el nivel de delincuencia y las amenazas del fenómeno de El Niño, y se confrontan esos factores con todo lo que ofrecieron los candidatos en el debate, se trasluce una gran demagogia, y es por ello que, el listado de compromisos efectuados en el debate, no fue acompañado de la explicación de cómo hacer y con qué dinero financiar.
En la segunda vuelta electoral incluido el último debate, estuvo ausente la reflexión y discusión en torno a la reinstitucionalización del país, que es, sin duda alguna, la condición imprescindible para enrumbar al Ecuador, y enfrentar situaciones que, como la delincuencia ha llegado a disputar la soberanía del Estado en diversos territorios, afectando gravemente las actividades económicas vinculadas a la pesca, agricultura, turismo, comercio, banca, transporte y la propia gestión pública.
En efecto, frente a un Estado en descomposición, solo la reinstitucionalización permitirá enfrentar con eficacia, no solo la delincuencia organizada, sino las acciones y omisiones de funcionarios públicos que en el ejercicio de sus cargos tienen una conducta ilegal, arbitraria e irregular en diferentes órganos del Estado. Ahora mismo el país espera la resolución de la Corte Constitucional en torno a la actuación del CPCCS respecto de las resoluciones asumidas por el CPCCS Transitorio, producto de la Consulta Popular del 4 de febrero del 2018.
No solo la reinstitucionalización del Estado estuvo ausente en el debate, sino también la situación de las comunidades indígenas, campesinas, pueblos montubios, y afroecuatorianos, violencia contra la mujer, cuidado del agua, ambiente y naturaleza, fomento cultural, soberanía alimentaria vinculada a la desnutrición, cambio de la matriz productiva, la transición energética, descentralización y redistribución presupuestaria, el tratamiento de la deuda al IESS y el respeto a las consultas populares, entre otros. El entrampamiento en el binarismo correísmo y anticorreismo, impide analizar y enfrentar los verdaderos problemas estructurales y coyunturales del país.
En estas circunstancias corresponde a la ciudadanía, más allá del momento electoral, seguir batallando en contra de la corrupción, la delincuencia y la narco política, luchar por hacer efectivos los derechos humanos y de la naturaleza, respeto a las consultas populares, fortalecimiento de la seguridad social y el sistema de salud pública, avanzar en la soberanía alimentaria, recursos para fortalecer la economía de artesanos, pequeños y medianos productores, reforma del Estado en función de la descentralización y redistribución presupuestaria y el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades y pueblos.
Asesor jurídico, articulista de “El Mercurio”. Participa en algunas organizaciones ciudadanas como el Cabildo del Agua de Cuenca, el Foro por el Bicentenario de Cuenca y en una comisión especial para elaborar el Sistema Nacional Anticorrupción.