En las redes sociales el bulling no se ha hecho esperar dirigido hacia “la hermana república de Guayaquil” a propósito de ciertas posiciones y aspiraciones políticas con la proximidad de las elecciones; es interesante el juego de poderes que manejan ciertos líderes para captar la atención de los potenciales votantes, los cuales, a partir de la burla, la cháchara y el desorden quedan con la idea sembrada en su subconsciente.
Cuatro líneas en la historia aclaran el panorama de lo que significan estos conceptos y las posibles consecuencias de su ejecución en el Ecuador contemporáneo.
Nuestro país nace a la vida republicana como un estado unitario en 1830, sin embargo, en aquellos días surgen ya los debates sobre el federalismo como contrapartida al centralismo y al regionalismo que lo caracterizan. Es García Moreno el que sustituye la conformación del Estado por la división en provincias, como medida autoritaria para prevenir la descomposición social; en contraposición Eloy Alfaro expide la Ley de Centralización de Rentas en 1908. A pesar de sus posiciones ideológicas y políticas contrapuestas estos líderes son, a lo largo de los años, los que inician el debate que continúa hasta nuestros días.
La creación del Banco Central sella las tendencias centralistas y capta todos los recursos del país. Así las cosas, los impuestos, recursos naturales y territorios son propiedad del estado; es decir, mineras, aguas y demás patrimonios son explotados sin distinción. He aquí el problema de Quimsacocha y otras realidades. Por lo tanto, surge la discusión sobre la autonomía que deberían tener las diversas regiones naturales: costa, sierra, oriente y las islas.
El debate toma forma en el Azuay cuando, a propósito del Bicentenario de Cuenca, surge el Foro Autónomo por la Defensa del Azuay como un frente más de lucha ante la posible explotación inmisericorde de sus recursos el cual se basa en la Constitución de la República (2008)
En este punto debemos insistir en las definiciones de Autonomía y Federalismo; el estudio y razonamiento profundo de cada uno de los términos es indispensable para una posición crítica y plausible a propósito de las temporalidades que vivimos (neoliberalismo, globalización, capitalismo y otros)
Por lo tanto, más allá de los divertimentos que entretienen al posible público elector, el tema es urgente y requiere (lo insistimos siempre) de mayor educación, formación, academia. Cada uno de los ecuatorianos debemos tener conocimiento y conciencia de lo que se exige de nosotros, es decir de nuestros deberes, pero también de nuestros derechos. Un país minúsculo como el nuestro puede ser un ejemplo de unidad en la diversidad, nunca como hoy es indispensable que la institucionalidad se fortalezca. Sólo desde el conocimiento, fomentado desde las aulas y en el hogar, la sociedad reconocerá los conceptos de dispersión y concentración de los poderes.
“Divide y vencerás” es la máxima latina que impera como estrategia de concentración de los poderes y se basa en la ruptura de los más débiles; la fragmentación de una sociedad es el leudo de una tiranía.
Portada: Foto tomada de https://twitter.com/humbertoplaz
Poeta. Gestora cultural. Articulista de opinión. Ha recibido varios premios de poesía y al mérito laboral. Ha sido jurado en diversos certámenes nacionales e internacionales. Ha publicado diversas obras, así como Literatura infantil, Sus textos han sido traducidos a varios idiomas y figuran en diversas antologías nacionales y extranjeras.