Uno de los aspectos más importantes del “Informe técnico sobre la sustentabilidad de las fuentes de agua que nacen en Quimsacocha bajo el contexto de la fase de explotación del proyecto minero de Loma Larga”, (en adelante “el Informe”), elaborado por ETAPA EP, es el referido a la ubicación, características y observaciones a la definición del área geográfica y operativa del proyecto minero.
Señala el Informe que, el proyecto minero Loma Larga ( en adelante “Proyecto”) está conformado por las concesiones mineras Cerro Casco, Río Falso y Cristal, cuyo titular minero actual es DPMECUADOR SA., que abarcan una extensión de 7.960 Ha que se ubican en las partes altas de las nacientes de agua de los ríos Tarqui, Yanuncay, Rircay y Girón, y que la Compañía a través del Estudio de Impacto Ambiental (en adelante “EsIA”) y Plan de Manejo Ambiental del Proyecto para las fases de Explotación y Beneficio, pretende licenciar 2.147,16 Ha correspondientes al área geográfica (área operativa) del Proyecto.
El área de implantación del Proyecto comprende 186 hectáreas, en la cual se construiría la infraestructura para la explotación minera y se ubica específicamente en la quebrada Quinuahuaycu, que da origen al río Irquis, y en la quebrada Calloancay, origen del río Portete.
El yacimiento Loma Larga es un sistema epitermal de Oro-Cobre-Plata de alta sulfuración. Se estima que extraerían 13’926.476 toneladas de roca para obtener 62,4 toneladas de oro durante 12 años. Se propone desarrollar “el Proyecto” como una mina subterránea de cobre y oro a fin de extraer el mineral del yacimiento subterráneo. La mina tendría una duración de 16 años (todas las fases), la fase de operación de la mina (vida útil) sería de 12 años y un diseño correspondiente a una tasa de producción esperada de 3.000 toneladas por día, siete días de la semana, 350 días al año.
Se extraerían 13 millones de toneladas de rocas, de los cuales 5.5 millones de toneladas de relaves con drenaje ácido y metales tóxicos se dispondrían en una represa (para siempre en el territorio) al inicio de los ríos Irquis y Portete, el resto de los relaves se utilizarían como relleno de pasta cementado en la mina subterránea para devolverle la “estructura” a todos los túneles y galerías que se abrirían en 12 años. Este material se transportaría en camiones de acarreo desde la planta de filtración hasta la planta de pasta de relaves, donde los relaves se reconstituirían para formar una pasta con la adición de agua.
La planta de proceso estaría diseñada para producir concentrados separados de cobre (59 Tn/día) y oro (647 Tn/día pirita). El mineral extraído de la mina subterránea se trituraría en la superficie, reduciendo así el tamaño de las partículas de roca a un tamaño adecuado para la molienda, y se lo almacenaría temporalmente en una pila de rocas.
Las principales instalaciones que se ubicarían a nivel superficial serían: portal de la mina, relavera, planta de procesamiento de mineral, área de trituración, área de molienda, planta de relleno en pasta, pilas de almacenamiento de minerales y estéril, almacenamiento de explosivos, planta de tratamiento de agua residual contaminada con metales tóxicos y drenaje ácido, piscinas de manejo de agua contaminada en la mina con metales y drenaje acido, almacenamiento de combustible, talleres de mantenimiento, vías de acceso, subestación de transformación, líneas eléctricas. Esta infraestructura se asentaría sobre los pequeños cursos de agua y humedales que confluyen a las quebradas Quinuahuaycuy Calloancay, que son el inicio de los ríos Irquis y Portete respectivamente, extendiéndose hasta la divisoria de agua con la microcuenca del río Bermejos.
Al abrir la mina subterránea para explotar el yacimiento, las rocas altamente sulfuradas al tomar contacto con el oxígeno, se oxidarían a ácido sulfúrico, como resultado el agua que infiltra por la mina al tomar contacto con las rocas se volvería ácida y disolvería los metales tóxicos como el arsénico, níquel, plomo aluminio, cadmio, hierro, y otros que estaban confinados en las rocas bajo ambientes reductores (sin exposición al oxígeno); esta agua subterránea contaminada afloraría en las quebradas Quinuahuaycu y Calloancay, que alimentan ríos vitales para el consumo humano y agrícola en la región cuencana, este daño potencial sobre los recursos hídricos luego de abrirse la mina es perpetuo.
La definición del área geográfica del Proyecto es el espacio físico en la cual se presentarían los posibles impactos ambientales. y según el EsIA de la minera, solo generaría impactos en un área de 2147,16 Ha, mientras que, el área de implantación del Proyecto, en la cual se construirá la obra o actividad, sería de 186 Ha, dentro del Área Geográfica.
Según el Informe, el EsIA de la minera, no satisface de ninguna manera esta delimitación, ya que no existe ninguna definición técnica y metodológica, sin ni siquiera acercarse a lo que un manual básico del mismo MAATE recomienda.
En cuanto al Área de Influencia Directa, el Informe señala que, “Lo grave de esta subjetiva e incorrecta delimitación anti técnica, es que todo el levantamiento de línea base en cada uno de los componentes bióticos y abióticos, impactos ambientales y plan de manejo se lo hace solamente dentro de esta Área Geográfica de 2147,16 ha. Dejando afuera primeramente a gran parte del área de las cuencas hidrográficas donde el proyecto va a generar su actividad e impactos ambientales, sin tomar en cuenta la visión técnica de que la cuenca es un todo y que impactos y riesgos ambientales del mismo proyecto podrían afectar no solo a las cuencas cercanas al mismo, sino a otras cuencas más grandes como el río Tarqui y Yanuncay al oriente y el río Jubones al occidente. Entre los impactos ambientales en el EsIA se mencionan abatimientos de agua, drenajes ácidos de la roca expuesta, cambios de cobertura de suelo, cambios en la calidad y cantidad del agua superficial, pasivos ambientales de largo plazo como toneladas de relave con drenaje ácido y aun así con todo este escenario, se ha pretendido minimizarlo con una delimitación arbitraria del Área Geográfica en donde se evalúan los impactos ambientales”.
“Entonces es correcto decir que los impactos y riesgos ambientales y su control y mitigación fuera del Área Geográfica delimitada de 2147,16 ha hasta el momento no han sido levantados, estudiados, modelados y menos aún comprendidos dentro de una evaluación de impactos y un plan de manejo. Esta delimitación deja fuera gran parte de las microcuencas Quinuahuaycu, Calloancay, Irquis, Portete y el mismo río Tarqui, cuando la unidad mínima de afectación debería ser la totalidad de las microcuencas dado que los posibles impactos ambientales, especialmente la contaminación del agua con drenaje ácido y metales tóxicos, afectaría a lo largo de todo el cauce de las quebradas y ríos mencionados que se ubican agua abajo del yacimiento y de la infraestructura para explotación, afectando la preservación del ecosistema acuático y los usos benéficos del agua para consumo humano y agropecuario. Ya que, al entrar un contaminante en cualquier punto de las microcuencas hidrográficas, sería prontamente arrastrado a las quebradas Quinuahuaycu y Calloancay que confluyen velozmente en los ríos Irquis y Portete por su alta pendiente y flujos rápidos. Este grave error en la delimitación del Área Geográfica no permitió evaluar el verdadero alcance de los impactos ambientales y humanos de la fase de explotación y beneficio y del mismo cierre, elevando el nivel de riesgo de manera muy significativa en el establecimiento del proyecto minero Loma Larga en Quimsacocha”.
Observa igualmente el Informe que, el área geográfica del Proyecto se intersecta con el Área de Bosque y Vegetación Protectora (ABVP) Yanuncay-Irquis, ABVP Chorro, con la Reserva de Biosfera del Macizo del Cajas y con las zonas de recarga hídrica. La delimitación del área geográfica no responde a ningún límite natural y al estar completamente adyacente al Área Nacional de Recreación Quimsacocha amenaza seriamente la integridad de la misma y de las ABVP, Biosfera y zonas de recarga hídrica. El Área Nacional de Recreación Quimsacocha ni siquiera es nombrada dentro del EsIA de Loma Larga, menos aún se levanta una línea base o se cuantifica algún impacto del Proyecto sobre esta área, a pesar que entre el Área Geográfica definida y los límites del Área de Recreación Nacional existen menos de 150 metros lineales y del Área de Recreación Nacional a la bocamina, infraestructuras y relavera la diferencia lineal es menor a 1700 metros.
Observa igualmente el Informe, que es irrefutable que los impactos mineros afectarían al Área Nacional de Recreación Quimsacocha en todas sus formas y componentes, ya sea bióticos como abióticos, lamentablemente no han sido ni medidos ni evaluados, peor mitigados por el EsIA del Proyecto, así que tampoco ni la minera ni el MAATE estarían en una condición técnica de indicar que el desarrollo minero no pondrá en riesgo esta área. Estas omisiones generan un alto riesgo sobre esta área protegida y la sustentabilidad de los ecosistemas que alberga.
La otra observación del Informe es que, tampoco se toman en cuenta los impactos del uso de vías y el transporte en general del material extraído por la minera, donde el área geográfica de impacto del proyecto minero debería ser más amplia.
Estos argumentos dejan en claro que todo el EsIA del Proyecto, su línea base, sus consideraciones, definición de impactos ambientales, su plan de manejo y demás está reducido a un Área Geográfica que de ninguna manera solventa el criterio técnico solicitado en el Código Orgánico del Ambiente, ya que la estimación de los impactos ambientales ni siquiera se aborda a nivel de cuenca y no reconoce la existencia y los impactos que generará sobre un Área protegida del mismo MAATE como lo es el ANR Quimsacocha, la misma que representa uno de los humedales más grandes que tiene el cantón Cuenca y que da agua a dos subcuencas como lo es el río Yanuncay y Tarqui. Esta incorrecta definición del área geográfica y del desarrollo del EsIA, amplía de manera muy grave el nivel de incertidumbre y los riesgos que el Proyecto podrían generar en el contexto ecosistémico, biológico, hidrológico y de calidad del agua, lo que como está planteado no asegura la sustentabilidad ecosistémica de los páramos de Quimsacocha de ninguna manera, poniendo en alto riesgo el servicio ambiental de dotación de agua de calidad para consumo humano y seguridad alimentaria.
De lo expuesto se deduce que, el EsIA en la definición del Área Geográfica del Proyecto y del Área de Impacto Directo, no cumple con lo ordenado por el Código Orgánico del Ambiente, ya que se reduce (minimiza, disminuye), arbitrariamente, la superficie de dichas áreas, de tal manera que las comunidades afectadas por el Proyecto serían, entre otras, todas aquellas situadas aguas abajo de las quebradas Quinuahuaycu y Calloancay, las que usan las aguas de los ríos Irquis y Portete, el Sistema de Agua Victoria del Portete Tarqui, el rio Tarqui, las comunidades que usan el agua del Rio Bermejos y Yanuncay, y, las que usan el agua de las quebradas Alumbre y Cristal que forman Rio Shurucay, que confluye a su vez en el rio Rircay.
Por lo tanto, el número de las comunidades y la población afectada, por el Proyecto, rebasa, en extremo, los pequeños grupos de campesinos atraídos por las dádivas de la minera. La realidad hídrica y geográfica de Quimsacocha, y las subcuencas de los ríos que nacen en dicho sector hablan por sí mismas.
Asesor jurídico, articulista de “El Mercurio”. Participa en algunas organizaciones ciudadanas como el Cabildo del Agua de Cuenca, el Foro por el Bicentenario de Cuenca y en una comisión especial para elaborar el Sistema Nacional Anticorrupción.