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“VOCES AZUAYAS” EN EL BICENTENARIO DE CUENCA

El portal Digital VOCES AZUAYAS inicio sus actividades el sábado 3 de octubre del 2020, a un mes de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia de Cuenca, con el tema de reflexión “Cuenca: Historia, Actualidad y Futuro” con la participación de los historiadores Juan Martínez, Ana Luz Borrero, Agatha Rodríguez y el Sociólogo Milton Cáceres.

VOCES AZUAYAS se identifica como una entidad sin fines de lucro que perseguir fines altruistas para con la sociedad y se basa por lo tanto en la colaboración voluntaria de sus miembros y su compromiso cívico y ético para con la comunidad, proponiéndose como fines contribuir a la realización de una comunicación libre, intercultural, pluralista, incluyente, diversa y participativa; fomentar una cultura ciudadana que contribuya a garantizar sin discriminación alguna el efectivo goce de los derechos y de responsabilidad ciudadana con el cuidado y protección del medio ambiente, el patrimonio natural y cultural, el agua, la salud pública, la soberanía alimentaria, las energías limpias y los bienes comunes; y, fomentar la democracia en todas sus formas, la ética ciudadana y el debate y búsqueda de soluciones de los problemas locales, nacionales e internacionales.

Es una coincidencia muy importante que el Portal Digital VOCES AZUAYAS despegue con su programación en vísperas de conmemorar una fecha tan significativa para Cuenca como es el bicentenario de su independencia, una edad muy respetable de existencia de una ciudad cargada de historia que ha llegado a ser en forma muy merecida Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Los doscientos años de vida de Cuenca, es un tiempo para reflexionar sobre diferentes aspectos de la vida de la Ciudad y la forma como las actuales generaciones hemos continuado la obra y el legado de aquellos que sellaron nuestra liberación del dominio colonial.

Cuenca con sus 636. 996 habitantes, llega a los 200 años en medio de una crisis fiscal, económica y ética que se arrastra desde el correísmo, con la caída de los precios del petróleo, la demagogia, y el despilfarro populista y clientelar de las finanzas públicas y la corrupción; a lo que se suma la crisis desatada por la pandemia del COVID 19 que ha contagiado en el cantón Cuenca a 7.337 personas hasta el 3 de octubre del 2020¹ y dejado en la extrema pobreza a miles de hogares cuencanos. Según la Cámara de Industrias del Azuay, en el sector productivo de esa provincia se perdió un promedio de 150 empleos por día desde que inició la cuarentena².

A esta situación hay que sumar la desatención del gobierno central a Cuenca y la concentración de recursos en otras zonas y ciudades y la falta de liderazgo y unidad de sus autoridades para reclamar las rentas necesarias para el desarrollo de obras sobre todo en el campo de la vialidad, rubro en el cual continúa la marginalidad de Cuenca, corroborada  con la propia información del MTOP a diciembre de 2018, de la que se establece que inversión realizada a nivel nacional fue de $ 11.050 millones, de lo cual al Azuay le tocó $ 302 millones, lo que por provincia le coloca en el puesto décimo segundo³.

A más del escenario de la crisis fiscal, económica, ética y sanitaria que vive Cuenca en el año de su bicentenario de su independencia, se cierne otra amenaza para Cuenca como son las concesiones mineras en las zonas de recarga hídrica de los ríos Tarqui, Yanuncay, Tomebamba, Machángara y Norcay , cuyas aguas  se utilizan para el consumo humano, sistemas comunitarios de agua, plantas potabilizadoras de agua potable de Cuenca,  riego, abrevadero de animales, acuicultura, centrales hidroeléctricas y caudales ecológicos que su vez precautelan la vida de especies de flora y fauna, todo lo cual es vital para el desarrollo estratégico del cantón Cuenca y el proyecto de vida de sus habitantes. Para contextualizar esta amenaza que se cierne para los habitantes del cantón Cuenca, se debe considerar que al año 2018 se utilizaba un caudal tratado total de agua de 2.530 litros por segundo en las plantas del Cebollar, Culebrillas (o San Pedro del Cebollar), Tixán, Chulco, Sustag e Irquis, pero para el año 2030 se necesitan 4.160 litros por segundo, lo que implica un déficit proyectado de 1.671 litros por segundo⁴, debiendo además considerar, que, en el caso de Cuenca, el sistema de abastecimiento de agua potable depende exclusivamente de los ríos (fuentes superficiales) que se originan y se forman en las subcuencas hidrográficas de páramo o de alta montaña y que son absolutamente dependientes de la regulación del páramo, sin que existan fuentes sustitutivas⁵.

Ante esta grave amenaza al derecho humano al agua de los habitantes del cantón Cuenca, el Cabildo por el Agua de Cuenca el 22 de julio del 2020 presentó al GAD Municipal del Cantón Cuenca, una solicitud para que el Concejo Cantonal de Cuenca convoque a una consulta popular de conformidad con el Art. 104 de la Constitución de la República, solicitud que fue aprobada por unanimidad de los concejales el 1 de septiembre del 2020 y que recibió dictamen constitucional favorable de la Corte Constitucional, mediante resolución del 18 de septiembre del 2020.

Estas resoluciones del Concejo Cantonal de Cuenca y de la Corte Constitucional son producto de más veinte años de lucha de las organizaciones campesinas e indígenas, agrupaciones defensoras del agua y de la naturaleza, colectivos ciudadanos urbanos de mujeres, trabajadores, artesanos, intelectuales, estudiantes, colegios profesionales, el GAD Municipal de Cuenca y provincial del Azuay, los GAD Parroquiales de Cuenca, ETAPA EP, medios de comunicación, periodistas y más entidades ciudadanas e instituciones privadas y públicas que ligaron sus esfuerzos por defender los intereses de los habitantes del cantón Cuenca.

En estas circunstancias históricas hace su aparición el Portal Digital VOCES AZUAYAS, circunstancias difíciles donde Cuenca se juega el derecho a construir una sociedad con equidad y justicia, en convivencia armónica con la naturaleza, pletórica de cultura, humanismo y servicios de calidad, pero circunstancias que constituyen también todo un reto para la actividad de comunicación e información y donde se pondrá a prueba lo mejor que pueda dar la intelectualidad cuencana y azuaya.

VOCES AZUAYAS se vincula así al que hacer cultural de Cuenca para contribuir a su engrandecimiento espiritual y material y hacer honor a su reconocimiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Referencias

1. Ministerio de Salud Pública. Actualización Situación COVID 19 en la Zona 6. Reporte Oficial 335

2. Primicias.ec: https://www.primicias.ec/noticias/economia/industria-azuay-perdio-empleos-diarios-confinamiento/

3. Carta de fecha 26 de junio de 2020, dirigida por el Foro Autónomo por el Bicentenario de Cuenca al Ing. José Francisco Jaramillo, Director Regional 6 del Ministerio del Transporte y obras públicas.

4. Comunicación del colectivo Foro Autónomo por el Bicentenario de Cuenca a los Asambleístas de la provincia del Azuay del 06 de febrero del 2020.

 5. Ordóñez G. (2019) Vulnerabilidad de las fuentes de agua del páramo frente a la minería en el cantón Cuenca. Cuenca: ETAPA,

El futuro de la democracia será definido en las urnas

Del pronunciamiento del pueblo depende consolidar la separación de poderes,  así como que la justicia prosiga en sancionar la corrupción, sin consideraciones políticas pero sin perdonar a políticos delincuentes.

El domingo 4 de febrero de 2021, 13 millones de ecuatorianos estamos convocados a votar en elecciones presidenciales y legislativas, para las que se ha abierto un período electoral que se prevé confuso y convulso.

Las candidaturas pueden inscribirse hasta el 7 de octubre. Con la expectativa de que en próximos días se inscriban binomios como el de Yaku Pérez-Virna Cedeño, por Pachakútik, al cierre de esta nota estaban inscritos Xavier Hervas y María Sara Jijón, por la Izquierda Democrática; Gustavo Larrea-Alexandra Peralta, por Democracia Sí; Guillermo Lasso-Alfredo Borrero, por la alianza CREO-PSC; por SUMA, Guillermo Celi-Verónica Sevilla; Gerson Almeida-Martha Villafuerte, del movimiento Ecuatoriano Unido; y, Andrés Arauz-Carlos Rabascall por Centro Democrático, que cobija bajo sus alas al correísmo.

El binomio correísta se inscribió de última hora porque, por encima de los reglamentos, se le permitió reformularse gracias al voto de mayoría del imperfecto Consejo Nacional Electoral que se ha vuelto, otra vez, una institución política antes que una entidad legal, cuando debería ser un organismo técnico organizador de las elecciones. 

Según la Ciencia Jurídica, en Derecho Público se puede hacer solo que está mandado por la Ley, pero acá de poco vale la Ley ante quien maneja el mango del sartén. Por eso en las próximas elecciones está en juego algo más que un cambio de gobierno: está en juego la continuación de la democracia. 

Del pronunciamiento del pueblo depende el sostenimiento del avance en la consolidación democrática, el avance en el régimen de separación de poderes, un ambiente donde la justicia prosiga en sancionar la corrupción sin consideraciones políticas pero también sin perdonar a políticos delincuentes. Se trata también de la continuación del desmontaje del correato como modelo de un presidencialismo tutelar y patriarcal del aquí mando yo.

El escenario electoral es complejo por el momento político, por la debilidad de los partidos que no han trabajado en promover nuevas figuras y porque los recientes y numerosos actos de corrupción afectan la credibilidad de todos los actores de la política, al punto que, según cifras de la encuestadora Clik Report citadas por diario Expreso: 88 % desconfía del gobierno, 85 % desconfía del Legislativo; y, 81 % desconfía del Consejo Electoral.

La duda, la aversión, el rechazo a “la política” en toda su extensión expresa una cifra decidora: el 73 % de los ecuatorianos desconfía de los partidos. Más bien, cuenta la encuesta que más del 70 % confía en el lugar donde más se miente: las redes sociales. Cómo se puede ir en esas condiciones al sufragio, ya sea que se participe como candidatos o haya que sufragar como elector. 

Al desaliento y la desconfianza en lo políticos, la desorientación de los electores será otro factor que sume a la confusión. Si bien no todas estarán en la contienda presidencial, para participar en los comicios están calificadas 24 organizaciones políticas entre movimientos y partidos, sin contar los provinciales. El solo buscarlos en la papeleta electoral será difícil, hallarlos, casi una hazaña.

Un par de décadas atrás votar o participar en una elección era más claro, se distinguían sin mayor dificultad a los partidos de izquierda, de derecha, de centro, los populistas o los alternativos. Hoy hay tantos movimientos o partidos, casi imposible de distinguirlos quién en quién, empezando porque sus nombres apenas se diferencian: “Ecuatoriano Unido”, “Compromiso Social”, “Unión Ecuatoriana”, “Concertación”, “Construye”, “Suma”, “Avanza”.

La proliferación de los movimientos sin significación ideológica afecta al ejercicio de la democracia porque como máximo votamos por nombres “que jalan votos” pero no por sus ideas, peor por puntos programáticos del Plan de Gobierno del partido o movimiento.

Muchos candidatos participan en las elecciones por pura conveniencia, por recibir su tajada del fondo partidario o solo para que el partido o movimiento sobreviva, porque si no obtiene el mínimo de votos desaparece. La mayoría tampoco se guía por una ideología ni una inspiración para el ejercicio político; y, si ejercen el poder todo es puro pragmatismo, sin convicciones y a base de puras decisiones populistas.

Añádase que, agudizado en las últimas dos décadas, al votante ecuatoriano no le mueven sus afinidades políticas sino la emotividad, por eso la propaganda y el proselitismo explotan las emociones, los sentimientos del elector y los mensajes partidistas tienen el afán de identificarse y crear unanimidad con el ciudadano, de ser uno solo con él y en concentrarse en atacar ferozmente a un enemigo como recurso para destruirlo. A estos procedimientos, el teórico Jean Marie Domenech, (en su clásico de cómo se hace la propaganda), llamó reglas de la “Unanimidad”, del “Contagio” y del “Enemigo Único”.

De la muerte de los partidos a un país desinstitucionalizado

Quizás se puede decir que los partidos, en el Ecuador, murieron políticamente con Mahuad, el 21 de enero del 2001, con el golpe indígena-militar-popular, desde ese día el escenario político no volvió a ser el mismo.

En el año 2002 con la elección de Lucio, los partidos en el Ecuador, prácticamente, murieron. No ha vuelto ninguno ni a la presidencia ni a la preponderancia legislativa. Ya no son sus años de gloria, como en el golpe de estado de la camioneta, de 1996, cuando defenestraron a Bucaram e impidieron la sucesión de Rosalía Arteaga. 

Dos años después, la corrupción del poder sumada a la crisis bancaria levantó a los indígenas que, sumados a organizaciones sociales barrieron con ira a la clase política y desde entonces ningún partido recuperó su lugar, descontadas las dos décadas de dominio socialcristiano en Guayaquil, enconchado allí, incapaz de crecer más allá de su feudo.

De paso llegó la insurgencia de movimientos independientes, pero son tantos que la atomización los está llevando a la desintegración. Los movimientos se han reducido al mismo caudillismo de la era de la partidocracia. Avanza es Paúl Carrasco y nadie más; la Revolución Ciudadana sin Correa es huérfana de padre, madre, abuelos y hermanos, sin cabeza, sin líder, sin desconocer el gran caudal de partidarios que confían en la figura del expresidente pero no en sus cercanos.

A la crisis política suma que en cuarenta y un años de democracia hemos tenidos tres constituciones y cada una de ellas recibió un buen paquete de reformas a poco tiempo de su vigencia. Nuestra democracia ha sido tan endeble, voluble y volátil que una constitución íntegra tiene una vida útil de cinco años. “No está escrita en piedra” dicen los políticos cuando quieren ajustar la Carta Magna al próximo capricho de una mayoría legislativa temporal. 

Este es, en el fondo, la raíz de nuestro fracaso como sociedad institucionalizada: no nos sometemos a la Ley y, cuando nos supera el ansia de poder, se cambia la ley, se reforma la Constitución o se la tumba, porque la Ley Fundamental en el Ecuador no es una carta que guía la conducta política, sino cada quien pretende convertirla en instrumento de dominio sobre el otro. (O)