Pasará en todos los países, seguramente, pero en este lindo y maravilloso Ecuador nunca nos aburriremos.
La frase a primera lectura, puede convocar a la euforia, ya que nuestra mente puede llevarnos a pensar, recordar o imaginar momentos agradables e incluso de jolgorio.
Hay quienes visualizarán un viaje en carretera admirando los hermosos parajes de sierra, costa u oriente, que en soledad o compañía siempre maravillan. Otros ansiarán conocer o volver a las hermosas ciudades que también adornan el territorio patrio y disfrutar de sus icónicos sitios, la geografía, arquitectura, gastronomía y la calidez de sus gentes. Muchos –coincidiendo con las vacaciones en la Sierra- se imaginarán caminando por las largas y hermosas playas de la costa ecuatoriana, zambulléndose en las saladas aguas del mar, disfrutando de la variedad de la cocina costeña, y de la música que tiene el poder de hacer que solitos se muevan los pies y se menee el esqueleto. Algunos –que también los hay- simplemente ansiarán disfrutar de lo que hacen, trabajando o de ocio, caminar sin prisas, compartir con la familia y los amigos, disfrutar de un buen libro, un concierto, una obra de teatro, una conversación, un café, un vino o un draque. Las posibilidades son infinitas dependiendo de las aficiones, los estilos de vida y la situación familiar o económica.
Hasta ahí, algunas menciones a escenarios que alejan de nuestra vida el aburrimiento.
Lamentablemente padecemos otros que para nada son agradables ni constructivos, todo lo contrario, develan la descomposición social, los niveles de corrupción y crimen organizado que ha permeado todos los estratos, actividades, negocios y Funciones del Estado, que nos tienen de sobresalto en sobresalto, sin tiempo de aburrirnos.
El exvicepresidente Jorge Glass, el 30 de junio de 2025, fue condenado por tercera ocasión, 13 años por peculado en el caso Reconstrucción de Manabí –sentencia de primera instancia que aún no está en firme-, que se suma a las de 6 y 8 años en los casos Odebrech por asociación ilícita y Sobornos por cohecho agravado.
Con sinceridad digo que, no quisiera volver a referirme al mentado, pero al mismo tiempo creo que hay que hacerlo para no contribuir a uno de los “deporte nacionales”, el de la desmemoria, más cuando sus compañeros de movimiento político y él mismo siguen insistiendo en victimizarlo.
El 25 de junio de 2025, fue capturado alias Fito, cabecilla de Los Choneros, a casi un año y medio de haberse fugado de la cárcel regional de Guayaquil, en la que se dieron cuenta que no estaba, cuando el 7 de enero de 2024 contaron los privados de la libertad y les faltaban algunos, entre ellos Adolfo Macías Villamar.
Han trascurrido casi 2 años desde que inició el proceso de concurso para nombrar a 7 nuevos jueces de la Corte Nacional de Justicia. El proceso ha estado plagado de irregularidades que han obligado a suspenderlo en varias ocasiones, hasta que en noviembre de 2024 se declaró la nulidad total e insanable, volviendo a fojas cero. Lo que evidencia –entre otras razones- el fracaso de instituciones como el Consejo Nacional de la Judicatura, severamente cuestionado por su incapacidad en temas tan importantes como el referido, así como por haber sido presidido por un condenado por obstrucción a la justicia –Wilman Terán- y procesado por asociación ilícita; y, hoy, por un abogado que se refirió a quienes eran sus cuñados, como “dos sujetos que buscaron el patrocinio de Mario Godoy”, vinculados al cartel de Sinaloa, de quienes ha dicho no conocer las actividades ilícitas a las que supuestamente se dedicaban, y que solo los patrocinó en un tema administrativo, sin embargo, no fue sincero al omitir que entonces eran sus parientes, fingiendo que no los conocía.
No se pueden elegir los vocales del Consejo de la Judicatura, porqué el Ejecutivo no envía la terna; la Asamblea la envío en mayo pero ha decidido cambiarla, sentando -a criterio de varios- un precedente riesgoso; el CPCCS descalificó a uno de los nominados por la Corte Nacional de Justicia; renunció uno de los postulados por la Defensoría Pública; sobrevive únicamente la terna de la Fiscalía General del Estado.
Así podríamos seguir, ad infinitum.
Quitando un poco de hierro al asunto, en este país podemos padecer de todos los males, menos del aburrimiento. Las causas y los efectos de los casos señalados y otros, podrían ser parte del anecdotario, si no fueran muestras de la grave crisis institucional y ética que agobia a quienes nos importa.
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Mujer estudiosa y analítica, lectora atenta y escritora novel. Doctora en Jurisprudencia y Abogada – Universidad de Cuenca, Máster en Gestión de Centros y Servicios de Salud – Universidad de Barcelona, Diplomado Superior en Economía de la Salud y Gestión de la Reforma – Universidad Central del Ecuador. Docente de maestría en temas de políticas públicas y legislación sanitaria –Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en el área de vinculación con la sociedad, legislación relacionada con el adulto mayor – Universidad del Adulto Mayor. Profesional con amplia experiencia en los sectores público y privado, con énfasis en los ámbitos de legislación, normativa y gestión pública.