En esta entrada al blog, considero importante adquirir un enfoque crítico sobre el rol de los medios de comunicación en la sociedad y cómo estos moldean la sociedad. Para ello, es necesario conocer qué es la mediatización y cómo está presente en la vida de casi todas las sociedades. Básicamente, la mediatización debe ser entendida como el proceso mediante el cual todo lo que se hace, todo lo que compete a la sociedad, adquiere unas lógicas mediáticas que, inevitablemente, desnaturalizan o permutan la esencia de dicha realidad. En otras palabras, la mediatización hace que toda acción o actividad empiece preguntándose ¿cómo logro que esto llegue y guste a las personas?
En la academia, hay una postura que dice que la mediatización es un proceso irreversible y transversal a todos los aspectos de los seres humanos. Los seres humanos necesitamos estímulos constantes, cambios rápidos de foco de atención y, sobre todo, es necesario el entretenimiento. Así, aquello que no se enmarque en esas normas impuestas por los medios de comunicación, se alejan del foco de atención y se disipan en las sombras.
La presencia intensificada de los medios de comunicación en diferentes aspectos de la vida, como la cultura o la sociedad, ha moldeado los formatos con los cuales se abordan las situaciones coyunturales y los problemas que nos afectan. Eso, sobre todo, se evidencia en los campos de las noticias y la política. Los seres humanos tienen una necesidad de orientación cuya satisfacción debe ajustarse a los marcos de entretenimiento perpetuo y estímulo constante que la sociedad contemporánea exige. Este proceso se ha agudizado por la irrupción de una mayor variedad de medios y herramientas en redes sociales y una mayor competencia por el público en espacios digitales. La mediatización es consecuencia intrínseca del proceso de modernización.
Así, la política también adquiere una lógica mediatizada que transforma los procesos partidistas, gubernamentales, democráticos y electorales. Si a ello se le suma la idea de que los medios de comunicación, bien sea la radio, la televisión o las redes sociales, son la fuente principal de información política de la población, se puede afirmar que la política no solo que está mediatizada, sino que necesita de la mediatización para mantenerse en los focos de atención de la gente.
Un ejemplo sencillo y directo sobre la mediatización de la política apelará a su memoria. ¿Cuándo es la última vez que recuerda que en un medio de comunicación analizó a fondo los artículos de una ley que se estaba debatiendo en la Asamblea Nacional? ¿Recuerda qué perspectivas de las Ciencias Sociales se usaron para analizar dicha ley? Es muy posible que no lo recuerde. Sin embargo, ¿se acuerda la noche en que Guadalupe Llori apagó la luz del pleno o la fiesta de Navidad, con burrito sabanero incluido, que los legisladores organizaron? Eso es mediatización; el contenido de fondo, pesado y complicado se pierde en el silencio y se prioriza el espectáculo y lo sorprendente.
Partiendo de esta realidad, cabe preguntarse hasta qué punto esta mediatización ha transformado a la política como tal, e incluso qué consecuencias sociales pueden contemplarse en este proceso. Podríamos ir un paso más allá y preguntar directamente hasta qué punto la mediatización de la política representa un riesgo para el funcionamiento del proceso democrático. ¿Hay acaso una intencionalidad de los medios por interferir en la política, con el objetivo de moldear la opinión pública a favor de ciertas perspectivas e ideas? ¿Es posible que esta mediatización haya llevado a que los partidos adapten sus agendas políticas y se sometan a las lógicas mediáticas? Hoy en día, resulta impensable que un partido político, o una figura política como tal, no adopte cierta mediatización en su trabajo, en sus ideas y en su forma de comunicar; los medios son parte del medio ambiente político. ¿Qué riesgos representa esto para una democracia sana?
Hoy no responderemos esa pregunta. Quizá, alguno incluso dirá que la mediatización es necesaria para que la gente se acerque a la política. El tema es complejo y profundo, hoy apenas hemos tocado la superficie del tema. Hasta la próxima entrada, podemos empezar a identificar procesos de mediatización en los medios de comunicación que consumimos. ¿Qué noticias nos presentan los medios? ¿Debates sesudos con carga política e intelectual o chismes de primero de bachillerato y escándalos de prensa rosa?
Portada: Foto de Caleb Oquendo
Comunicador Social graduado por la Universidad del Azuay en el año 2020; apasionado desde pequeño por el periodismo, la política y las temáticas sociales. Orgullosamente latino, ha tenido la oportunidad de vivir en países como Brasil y Chile, además de su natal Ecuador. Inquisitivo y crítico, gusta de hacer trabajo periodístico que combina la fotografía y la escritura.