Una vez más los ecuatorianos iremos a consulta en febrero de 2023. El gobierno ha madrugado en su campaña para que los ecuatorianos Voten SI, como respuesta y solución de los graves problemas del narcotráfico, la seguridad, la corrupción, los partidos políticos, el deterioro institucional de las funciones del Estado, la pugna estéril de poderes y la creciente agresión a la naturaleza.
Por su parte la oposición, desde las agrupaciones políticas y grupos de la sociedad también anticipan una campaña por el NO que se puede corear con “Fuera Lasso, Fuera”. Dos argumentos se repiten: La aprobación a las preguntas están destinadas a levantar la alicaída popularidad del mandatario y que un triunfo del SI, no resolverá los problemas.
Así las cosas, sin mayor reflexión, se rayarán las papeletas por una de las dos alternativas, otros votarán nulo. El gobierno ya está acusando a los que se oponen, de apoyar el narcotráfico y la violencia a quienes se inclinan y hacen campaña por el NO.
Por otra parte, hay que decirlo, muchos predicadores del no, tampoco quieren que los problemas encuentres alguna solución, porque le apuestan al caos, para continuar medrando de la corrupción y el desgobierno.
Creo que vale la pena darnos un tiempo para hacer consciencia de los problemas que enfrentamos, leer los anexos de las preguntas y hacer una reflexión sobre los posibles escenarios resultantes de la consulta en el corto, mediano y largo plazo y al mismo tiempo plantear las preguntas que no ban a estar en la papeleta sobre las cuales todos los ecuatorianos deberíamos ensayar una respuesta.
Entre Tirios y Troyanos circula una verdad de Perogrullo: la consulta no resuelve los problemas. Son tan graves y complejos que requieren mucho más que una consulta. Esto lo sabe el gobierno y la oposición. Gente más reflexiva tiene razón sobre las preguntas que deberíamos debatir los ecuatorianos. Pero me atrevo a decir que, ante la gravedad de los problemas, estos no se resolverán ni con la ganancia del SI ni con la ganancia del NO, como dice la canción “ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio”.
¿Si gana el NO, quiere decir que todo sigue igual, o sea jodidos y quizá peor? La derrota del gobierno lo debilita en sus empeños de cuño capitalista-empresarial y se abren las puertas para las apuestas por escenarios de desestabilización desde la mayoría de la asamblea y conflictos sociales en las calles animados por los defensores de la impunidad, cuyo himno es “volver, volver, a tus brazos ora vez”, que antes estábamos mejor. La oposición mayoritaria no tiene propuestas de futuro, solo añoranzas del pasado.
¿Si gana el SI, también todo sigue igual, o sea jodidos y quizá peor? El triunfo del SI le podría dar al gobierno un aliento para lograr nadar hasta cumplir su período, aunque sea, una vez más, para que podamos “morir en la orilla”. Lo importante es averiguar qué es lo que pretende Lasso y sus estrategas como objetivo del triunfo de la consulta; es lo que quiere expresar el título de este artículo: Un cheque post fechado y sin fondos para el 2025.
Los análisis más sesudos de la Consulta nos invitan a leer la letra chica de las preguntas que constan en los anexos y más concretamente en las transitorias: De esta lectura se deducen dos cosas: que, como las reformas propuestas por las preguntas solo pueden operativizarse a través de reformas legales en la Asamblea, que requieren tiempos largos de procesamiento, el cheque del SI solo podrá ser cobrado hacia el 2025. Y cosa muy preocupante, se crea una especie de “régimen de transición”, donde el gobierno de Lasso podrá gobernar mediante decretos y reglamentos, con las manos libres para avanzar en sus políticas de espaldas al pueblo.
Para muestra dos botones: En el caso de la pregunta que transfiere la designación de autoridades de control desde el CPCCS a la Asamblea, se suspenden todos los concursos para designar las autoridades de control que están en procesos y se mantienen los funcionarios actuales bajo la sombra protectora del ejecutivo hasta el 2025. Los “fondos” para implementar la reforma se endosan a la incertidumbre del siguiente gobierno.
Otro botón, realmente escandaloso, es el de la pregunta sobre la incorporación del Subsistema de áreas de protección hídrica al SNAP y las compensaciones por servicios ambientales. En la letra chica de esta pregunta, la aplicación de esta enmienda está queda postergada hasta que la Asamblea Nacional apruebe la ley reformatoria al Código Orgánico del Ambiente (COAM) que regule las enmiendas a la Constitución, el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE) expedirá los acuerdos ministeriales.
En la práctica, con el apoyo de la voluntad popular el gobierno dejaría “sin fondos” a la ciudadanía para defender derechos tan esenciales como el derecho universal al agua y a vivir en un ambiente sano y libre de contaminación
En conclusión, de lo dicho: si el gobierno logra el SI, consigue sus objetivos: aprovechar en su favor el despelote y la pugna de poderes agudizados en este último año, neutraliza la ciega oposición de la Asamblea y puede esgrimir el apoyo el pueblo para tener las manos libres para controlar y maniatar y dejar sin piso a los otros poderes del Estado: mantiene empantanada la Asamblea y somete a las autoridades de control actuales, mientras que sus ministros pueden avanzar en las políticas de corte neoliberal, hasta el final de su período.
Una joya de las preguntas: es aquella sobre la disminución del número de asambleístas con el propósito de mejorar su desempeño. La democracia enseña que cuando crece la población, la representatividad debe también crecer y no disminuir. Pretender que la mediocridad y fracaso de la Asamblea legislativa mejorará reduciendo el número pillos, incapaces es una tontería. Es como hacer hervir la sopa para que merme el caldo, dejando la corrupción y la incapacidad más concentrada. Si el Presidente dijera que quiere gastar menos en la Asamblea, la pregunta correcta. La cantidad, ni más ni menos nunca garantiza la calidad y menos en política.
Cuando se habla de la colaboración del ejército, igual, los tiros se disparan al aire contra la pregunta: ¿Acaso se requiere de consulta o plebiscito para que ejército y policía colaboren con mayor eficacia el control de las fronteras, instalación de radares para control del espacio aéreo y escáneres en los puertos? Si a la policía le faltan medios tecnológicos, logísticos y de capacitación, ¿porque no se les dota de todo aquello? En Cuenca, cuando te roban el cerebro del vehículo, llamas, los policías, te dicen: si quiere denuncie, pero le aconsejo que vaya a recomprar los repuestos en las cachinerías. Aquí tampoco resuelve el problema el número de pistolas en las calles. Calidad versus cantidad, honestidad versus pillería; eficiencia versus, burocratismo, inteligencia y prevención antes que reacción populista.
El tema de la extradición, puede tener un rendimiento limitado y a largo plazo; es la única pregunta que merecería un sí, porque los tentáculos del crimen transnacional, requiere de cooperación internacional efectiva, aunque lleve implícita la confesión de los gobernantes del Estado ecuatoriano de que no tenemos la soberanía para ejercer la justicia: detener y castigar a los delincuentes y debemos declinarla en favor de terceros; algo así como la dolarización, como no somos capaces de tener una política monetaria, que lo haga la Reserva Federal de los Estados Unidos. Como no nos podemos gobernar, que nos gobiernen otros: las transnacionales a pretexto de la inversión extranjera… o las mafias del narcotráfico y del lavado, para ello está en el art. 15 de la LODESF que abre las puertas a la repatriación de capitales ecuatorianos sin preguntar su origen.
¿Quién no puede querer una fiscalía más fuerte, independiente? Todos deberíamos decir SI. Pero su fortalecimiento no solo es cuestión de presupuestos y autocontroles. Si los crímenes aumentan de día en día, si los fiscales no son profesionales y éticos, ¿Qué presupuesto puede soportar la investigación y sindicación de los criminales y quién garantiza la justicia de los resultados? Se necesita una revolución cultural ética en todos los ámbitos de la vida nacional si queremos mejorar las instituciones; de lo contrario cuanto más leyes y estructuras contaminadas por la ineficiencia y la corrupción, más gravosas serán al presupuesto nacional y más inescrutables para la vigilancia pública. Los valores no se implantan por ley sino por la práctica aquilatada de los funcionarios y el acervo acumulado del buen hacer de las instituciones.
Finalmente ¿Cuáles son las preguntas relevantes que hay que hacer? En primer lugar, no creo que puedan ser resueltas en una consulta, sin mediar un gran proceso participativo de todos los ecuatorianos interesados en el bien presente y futuro del País. Hace falta un gran consenso nacional para plantearlas con honestidad y pertinencia. Sin un profundo cambio de nuestra cultura política ninguna consulta ni ley resolverá ningún problema, porque ya sabemos: “hecha la ley hecha la trampa”; mucho más cuando la misma consulta está hecha con trampa y cuando votemos Si o NO, sin hacernos cargo de sus consecuencias. Cada ecuatoriano debe decidir si para subir la cuesta de enero acepta o no el endoso de un cheque sin fondos a ser cobrado, quien sabe para 2025.
Me identifico como ser humano y me agrada cuando me relaciono en ese nivel. A mis 75 años sigo aprendiendo y compartiendo las lecciones de la vida. Durante todos mis trabajos y servicios he considerado como tarea más importante pensar y suscitar el pensamiento. Puedo ser incómodo preguntando y re preguntando. Por ello tengo la estima y el afecto de muchos y también la resistencia de otros. No busco aceptación sino estar bien con la búsqueda de la verdad esquiva, hacer el bien que pueda y disfrutar de todo lo bello que hay en todo lo que existe.