“Te lo dijo el Chombo” con esta frase finaliza su acercamiento a la teoría de la IA uno de los miles de youtubers que se encargan de instruirnos sobre el tema; y así, lentamente, vamos estrenando nuevos terrores y “experticias” sobre esta guerra de las corporaciones que dominan el planeta.
La discusión se sitúa en una mezcla de ingenuidad e ignorancia del habitante común que duda entre si la IA es una herramienta más, que el cerebro humano se encuentra diseñando y a la cual debemos conocer, o es un nuevo HAL 9000 de la maravillosa película Odisea Espacial 2001 basada en la novela de Arthur Clarke de 1968, la supercomputadora a la cual los astronautas terminan apagando.
Sin ánimo de entrar en la polémica recordamos los libros de Isaac Asimov y tantos otros de ciencia ficción, además de reconocer que estamos percibiendo los tiempos en los que la realidad virtual domina y se deja de lado, entre ciertos segmentos de la población, a la realidad real vivida por la mayoría de los seres humanos los cuales no tienen acceso a la tecnología.
La “Eliza”de los años sesenta capaz de diálogos, relativos y “razonables” se convirtió en “Alexa” o Siri y en los chatbots actuales que sirven hasta el infinito al usuario; sin lugar a dudas el tema es fascinante y adictivo puesto que nos encontramos con una nueva humanidad que llega a pasos de gigante ¿zombi?
El sudafricano Elon Musk prepara su propia IA con Truth GPT y la guerra se sitúa (obviamente) en el dinero.
Es así como se instalan los terrores para, una vez más y paradójicamente, mantenernos al margen de todo aquello que signifique conocimiento, capacidad de raciocinio y curiosidad, esa virtud que obligó a Eva a brindar la manzana al pobrecito Adán. La curiosidad como germen de la creación, la palabra desde su propia piel.
Volvemos, una vez más a los libros amados y nos encontramos con “La ignorancia” de Kundera y aquella maravilla de “La espiritualidad en el arte” de Kandisky y entendemos que, únicamente, nuestro cerebro humano está diseñado biológicamente con la capacidad de soñar, es decir YO ROBOT O YO POETA. Así de simple.
Redundamos en la capacidad de decisión o el libre albedrío que obliga a continuar con el click de la máquina y reconocer que nos tocó vivir en la singularidad del cambio en la especie humana, por lo tanto, debemos aprender y aprehender los nuevos términos.
Poeta. Gestora cultural. Articulista de opinión. Ha recibido varios premios de poesía y al mérito laboral. Ha sido jurado en diversos certámenes nacionales e internacionales. Ha publicado diversas obras, así como Literatura infantil, Sus textos han sido traducidos a varios idiomas y figuran en diversas antologías nacionales y extranjeras.