El terror se apodera de las mujeres afganas luego del retiro de las tropas estadounidenses; a pesar de que el talibán asevera, en los primeros momentos, que respetará sus derechos humanos “dentro de la ley islámica” es, precisamente, esta frase la que preocupa a la comunidad mundial puesto que dicha ley es despiadada en cuanto a su condición de género. En los primeros días del regreso de este grupo islámico al poder ya se observan indicios de las restricciones que impone puesto que algunas paredes y vitrinas, en la capital Kabul, con imágenes de mujeres son tapadas o pintadas para esconder su rostro, entre otras manifestaciones.
El retiro de las tropas estadounidenses luego de veinte años de una guerra que ha cobrado la vida de miles de soldados y de millones de dólares en su financiamiento, da como resultado el regreso del talibán fortalecido. El guion establecido con un acuerdo de paz en el que firmaron Donald Trump y los talibanes en Doha es calificado como una “rendición” de dicho país y genera muchas dudas además de que, una vez más, la política intervencionista de los norteamericanos regresa como un bumerang hacia su propio pueblo.
Afganistán ha sido el campo de batalla de las potencias extranjeras, su historia así lo demuestra; actualmente EE.U.U. China, Rusia, Irán y Paquistán se encuentran enquistados en este territorio que lleva la maldición del petróleo y una inmensa riqueza en metalurgia, además de que está en pleno centro geopolítico.
Por su parte los cuarenta millones de habitantes concentrados en diversas ciudades afganas servirían como un “santuario” a grupos extremistas, según Washington. Es decir, el polvorín afgano puede convertirse en una catástrofe humanitaria.
Panorama desolador en el que los grupos de poder sitúan a la población civil como escudo de sus intereses, además de que las noticias generadas son tamizadas para llevar a la opinión mundial a un escueto silencio.
Paramilitares, droga, migrantes, grupos terroristas, convierten a este país en un infierno y el costo humano es incalculable, sólo el mes pasado más de mil civiles fueron asesinados en Afganistán según cifras de ONU.
Mientras cinco potencias calculan su estrategia y mueven sus fichas en un país que lleva inmerso en una guerra la más cruenta y silenciada de estos últimos tiempos, las mujeres intentan huir y esconderse porque la cacería ha comenzado.
Un texto de Oriana Fallaci, en las Raíces del Odio, lo grafica:
Hay mucho sol /Sobre los países del Islam:/un sol blanco, / Violento, que ciega/ Pero las mujeres musulmanas/ Nunca ven eso/ Sus ojos/ están acostumbrados a la sombra/ como los ojos de los topos/ De la oscuridad del vientre / materno, / Se pasan/ a la oscuridad de la casa paterna, / En la oscuridad de la casa / conyugal/ En la oscuridad de la tumba.
Portada: Pintura de la artista afgana Shamsia Hassani.
Poeta. Gestora cultural. Articulista de opinión. Ha recibido varios premios de poesía y al mérito laboral. Ha sido jurado en diversos certámenes nacionales e internacionales. Ha publicado diversas obras, así como Literatura infantil, Sus textos han sido traducidos a varios idiomas y figuran en diversas antologías nacionales y extranjeras.