Niño de las Malvinas
nacido en los arrabales de la ciudad violenta.
No de la piel trigueña de la galilea palestina,
de la piel de ébano fraguada en la África milenaria.
Te llamabas Stiven, como el primer discípulo lapidado
por creer en el crucificado.
No fuiste llevado al templo para declarar tu fidelidad al Padre,
te hicieron madrugar al sacrificio cruento de Taura,
desudado antes de hora, flagelado y humillado
por los pretorianos de la guardia.
Te sacaron de la vida, de tus ilusiones apenas encendidas.
Martirizado con tus hermanos de nombres bíblicos,
Ismael el hijo Agar, la negra.
Josué el liberador,
Nehemías restaurador de la esperanza en el destierro.
Llamaste a tu padre sin recibir respuesta.
Soledad, angustia innombrable, impronunciable, la boca seca
¡Oh, misterio de la providencia ausente!
No fue en una cruz, fue en un manglar de ramas encendidas.
Te sacaron de la vida, de tus sueños apenas concebidos.
Tan horrenda tu muerte, que fue ocultada a los ojos de los vivos.
Un evento obsceno como en las tragedias griegas.
Pero tu muerte no quedó escondida, salió a la luz
para denunciar los horrores del pecado.
Resucitaste para ser más kul que Maradona.
Estarás en nuestra memoria por siglos de los siglos,
llenando nuestra esperanza de justa furia,
jugando eternamente en las praderas de los cielos.
Portada: imagen tomada de https://acortar.link/pYvrnD

Me identifico como ser humano y me agrada cuando me relaciono en ese nivel. A mis 75 años sigo aprendiendo y compartiendo las lecciones de la vida. Durante todos mis trabajos y servicios he considerado como tarea más importante pensar y suscitar el pensamiento. Puedo ser incómodo preguntando y re preguntando. Por ello tengo la estima y el afecto de muchos y también la resistencia de otros. No busco aceptación sino estar bien con la búsqueda de la verdad esquiva, hacer el bien que pueda y disfrutar de todo lo bello que hay en todo lo que existe.