Daniel Noboa ejercerá un gobierno transitorio (provisional, efímero) que terminará en mayo del 2025, en un país con un altísimo déficit fiscal, economía estancada, empobrecimiento, agudo nivel de delincuencia organizada, guerra mafiosa, corrupción y desinstitucionalización.
En estas circunstancias, si Daniel Noboa sigue los mismos pasos del gobierno de Lasso, en pocos días empezaría la decepción popular y se crearían las condiciones para que otros ganen las elecciones del 2025 en la hipótesis de que Noboa pretenda ser reelecto, en cuyo caso, tendría que conciliar entre las necesidades del país y los cálculos político electorales, todo esto porque el 2024 será un año electoral con vistas a las elecciones de febrero del 2025.
Pero, por otra parte, si Noboa desde el primer día del ejercicio de su mandato empieza a gobernar solo pensando en ganar las elecciones del 2025, entonces puede profundizarse la crisis del país en todos los aspectos y erosionarse su imagen para una posible reelección.
La realidad trágica del país requiere ciertos consensos de todos los sectores sociales y políticos para enfrentar la inseguridad, corrupción y la penetración y contaminación mafiosa de la institucionalidad pública, caso contrario el país entrará en una caída en picada en todos los aspectos, situación que afectaría aún más la economía de la población, especialmente de los sectores medios y bajos.
Por lo tanto, más allá de las perspectivas electorales, sería importante que con una visión de estadista y responsabilidad para con el país, el presidente electo, se preocupe de sentar las bases para recobrar la institucionalidad constitucional, depurando el sistema político en un esfuerzo coordinado con otras funciones del Estado, adelantándose con la conformación de una comisión que congregue a representantes de la sociedad civil y de la sociedad política, en forma multipartidaria, para que se elabore una propuesta de acciones concretas en función de la referida depuración, así como acciones específicas para la seguridad y la lucha anticorrupción.
En la misma línea de urgencias políticas antes referida, se podrían adelantar gestiones, aun antes de la posesión, para llegar a consensos con los asambleístas tendientes a expedir reformas legales, a la mayor brevedad posible, para hacer más ágil y eficiente el proceso penal, cambios en el sistema de ejecución de penas, reformas a leyes para enfrentar la corrupción, reformas a la ley de contratación pública y la expedición de la ley orgánica de consulta previa, libre e informada y consulta ambiental de conformidad con los estándares establecidos por instrumentos internacionales en esta materia y la jurisprudencia de la Corte Constitucional.
El gobierno de Noboa, a pesar de que bien se conoce su procedencia social y sus relaciones con uno de los imperios económicos más grandes del país y sus aliados, sin embargo tendrá que decidirse en gobernar colocando por delante los intereses comunes de la sociedad, gobernar en forma descentralizada y respetar los derechos humanos y de la naturaleza, o gobernar para trincas oligárquicas, en cuyo caso repetiría los mismos errores, no habría asimilado las experiencias y lecciones del pasado inmediato y sería corresponsable de ahondar la tragedia del Ecuador.
Las consecuencias de un nuevo gobierno de corte neoliberal serían desastrosas, el país no soportaría un continuismo de Lasso, y en este terreno fecundado de inequidad, quienes se aprovecharían de estas condiciones serían los mismos círculos elitistas, pero también la delincuencia organizada, los beneficiarios de la corrupción y las mafias del narcotráfico. La sombra del Estado fallido podría estar más cerca.
Esperemos que el presidente electo, reflexione bien, se rodee de gente honesta, y cumpla con su deber de recuperar la institucionalidad del país, pero la presencia de personas vinculadas al terrorismo económico neoliberal en el equipo de gobierno, es un mal comienzo. Dime con quien andas y te diré quién eres.
Asesor jurídico, articulista de “El Mercurio”. Participa en algunas organizaciones ciudadanas como el Cabildo del Agua de Cuenca, el Foro por el Bicentenario de Cuenca y en una comisión especial para elaborar el Sistema Nacional Anticorrupción.