Según los resultados oficiales, anunciados por el Consejo Nacional Electoral, Daniel Noboa Azin se convertirá en el cuadragésimo sexto Presidente en la historia republicana del Ecuador.
Con 35 años, será el mandatario más joven en ocupar el sillón de Carondelet. Un outsider que en la primera vuelta sorprendió y en la segunda aglutinó probablemente la mayoría de votos del segmento más nutrido de electores (24 a 40 años), así como de quienes no quieren un gobierno correista. Con los resultados, se repite el escenario electoral de la segunda vuelta en 2021… perdió nuevamente la candidata puesta por Correa.
Muchas lecturas están haciendo los expertos en el análisis político y seguirán en las próximas semanas, respecto a los porqués del resultado electoral, que van más allá de lo anecdótico, de las figuras de cartón o de los TikTok. Una hipótesis que me parece oportuna es que sin Correa en la retaguardia los candidatos del binomio de la RC5 probablemente no hubiesen superado la primera vuelta –es decir sin ser del correísmo- pero en la segunda vuelta esa retaguardia suma votos al contrincante. La realidad de los hechos permite concluir que la mayoría de los votantes no quieren de vuelta ni a Correa ni a sus seguidores, apuestan por lo nuevo, corren el riesgo, alejándose de lo malo conocido para apostar a lo que se espera sea lo bueno por conocer.
Lo que viene es un gobierno de transición, aunque no por ello menos importante, esperamos que no pase sin pena ni gloria, o peor aún, que sea tan malo como el de su antecesor, la esperanza es que la vara que deja Lasso está tan baja, que no será nada difícil superarla, lo que no implica que nos conformaremos con poco.
En las escasas horas que han seguido a las elecciones, hay una sensación de calma. Los resultados son contundentes, fueron aceptados sin reparos por la candidata perdedora, quien dijo “basta de odios, basta de polarizaciones, el Ecuador necesita sanar y cuenten con nosotros para un acuerdo común de patria”. Es de esperar que el máximo líder, los dirigentes nacionales y los asambleístas de la revolución ciudadana coincidan con el planteamiento de su candidata y que en lo que les atañe, generen o contribuyan a generar las condiciones para la necesaria gobernabilidad en el país, o al menos no las torpedeen ni pongan trabas que hagan imposibles los cambios que el país y la gente necesitamos.
Dijo el Presidente electo, luego de conocer los resultados oficiales que lo catapultan a Carondelet: “mañana empezaremos a trabajar para reconstruir un país que ha sido gravemente golpeado por la violencia, por la corrupción y por el odio…” –es decir hoy ya lo estarán haciendo-.
Es una tarea difícil la que le toca enfrentar al gobierno de Noboa, probablemente la más compleja de nuestra historia. Las expectativas, no son mayores, pues el nuevo gobierno estará en funciones apenas un año y cinco meses, sin embargo, las ejecutorias pueden iniciar el rescate del Ecuador de las mafias del crimen organizado y del narcotráfico, así como de la corrupción a todo nivel, o por el contrario terminar de hundirlo. Esperamos que esté a la altura de las circunstancias, que se rodee de colaboradores con capacidad, conocimientos, honestidad y vocación de servicio, que entiendan el rol del gobierno y del sector público para garantizar y precautelar los derechos de la población. Que no se le ocurra – por amor a Dios- encargar a la Vicepresidenta electa nada que tenga que ver con el sector social, en particular salud, educación, seguridad social, garantía de derechos, entre otros, tampoco el económico –del que dependen todos los demás sectores por la asignación de recursos-, pues después de haber escuchado la posición de Abad sobre esos temas trascendentales, quizá lo mejor sea que el Presidente electo, siga el ejemplo de Lasso y la Vicepresidenta pase por el cargo, ella sí, sin pena ni gloria, pues a menos que mute en un ser distinto, al gobierno y al país le hará más mal que bien.
Portada tomada de: Diario El Mercurio (Foto EFE)
Mujer estudiosa y analítica, lectora atenta y escritora novel. Doctora en Jurisprudencia y Abogada – Universidad de Cuenca, Máster en Gestión de Centros y Servicios de Salud – Universidad de Barcelona, Diplomado Superior en Economía de la Salud y Gestión de la Reforma – Universidad Central del Ecuador. Docente de maestría en temas de políticas públicas y legislación sanitaria –Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en el área de vinculación con la sociedad, legislación relacionada con el adulto mayor – Universidad del Adulto Mayor. Profesional con amplia experiencia en los sectores público y privado, con énfasis en los ámbitos de legislación, normativa y gestión pública.