En el Ecuador reaccionamos con instintos. El anuncio de una reforma tributaria con la que se suprimiría el impuesto a la herencia ha recibido duras críticas porque supuestamente se quiere favorecer a los ricos. Mas un conspicuo profesor de Derecho de las universidades de Cuenca y del Azuay, el doctor Jorge Morales, expuso en entrevista radial que la reforma no solo es necesaria, sino que debería ser más profunda, para evitar que el Estado sea injusto beneficiario de las herencias familiares.
Esto pasa porque en nuestras leyes, a más del impuesto a la herencia, quien muere sin tener pareja ni hijos, quedó sin padres ni hermanos y solo con sobrinos, al momento de repartir una herencia sin testamento se convierte en tío del Estado y este en su sobrino heredero, pero que recibirá igual o más bienes que los sobrinos carnales.
No solo eso, pues si solo quedaron tíos, primos y otros familiares o parientes de una persona fallecida, estos no tienen ningún derecho de herencia y el Estado tomará el cien por ciento de los bienes de esa persona fallecida.
Hace falta, pues, suprimir el impuesto a la herencia y también estas normas del Código Civil sobre los derechos hereditarios en favor del Estado, a quien, la doctrina jurídica le ha dado el sutil nombre de “sobrino de mejor calidad” o “sobrino privilegiado”, ya que en la práctica es como si la persona soltera, viuda o similares o que evitó tener hijos, fuera tía del gobierno, una tía que se lleva el 25, el 30 o el 50 % de lo dejado por su tío ciudadano.
Y hay más. El producto de este impuesto se destina al Ministerio de Defensa. El sabio profesor de Derecho explicó que el origen de esta Ley se remonta a la derrota militar sufrida por el Ecuador en la guerra de 1941 ante el ejército peruano. Tras la derrota se estableció esta fuente de recursos económicos para las Fuerzas Armadas. Firmada la paz con el Perú ya no es necesario que continúe esta ley, expuso el jurista y adelantó que docentes y estudiantes de Derecho de la UDA preparan un proyecto de Ley en este sentido para enviarlo a la Asamblea.
De vuelta al impuesto directo a las herencias, actualmente se aplica a quienes reciban más de 71.500 dólares: el impuesto es del 5 % sobre esa base; y, de 5 % en 5 % sobre esa base, el tributo al Estado puede llegar hasta el 35 %. El gobierno actual considera que este impuesto debe suprimirse porque al fisco le genera poco: 30 millones de dólares anuales… y lo más grave son las distorsiones, porque no solo que el Estado hereda como sobrino privilegiado sino además les cobra el impuesto hereditario a sus supuestos primos.
Los instintos afloran cuando se proclama que está bien que se mantenga el impuesto para que paguen los ricos, pero sucede que las grandes propiedades y paquetes accionarios de las empresas se manejan de otra manera y verdaderamente el impuesto a las herencias se hace gravoso en las familias que, aunque hereden la propiedad dejada por sus padres fruto de décadas de esfuerzo, carecen de recursos para pagar 5.000 dólares; peor si son 20.000 o 30.000 y se ven forzados a vender lo que recibieron, para poder pagar el impuesto.
Sirva el momento para que la Asamblea considere a fondo la reforma tributaria que anuncia el régimen y le sume también lo que propone el jurista azuayo, doctor Jorge Morales.(O)
Periodista, comunicador social, abogado. Hoy, independiente. Laboré 27 años en medios locales como editor, redactor y reportero. Diarios El Mercurio, La Tarde y El Tiempo; revista Tres de Noviembre del Concejo Cantonal de Cuenca; radios El Mercurio, Cuenca y América.