En el sector de Gapal yace, como residuos olvidados por el tiempo, dos viejas góndolas ferrocarrileras de carga, un antiguo tanque para combustible, una edificación de mampostería, casetas de madera con techado de teja, hoy desvencijadas y; sobre todo, vías férreas del patio de maniobras es lo único que queda de la antigua estación de tren Coronel Miguel Ángel Estrella, bienes con valor patrimonial que podrían estar en riesgo de perderse totalmente si tienen el mismo destino que han tenido en otras ciudades, algunos bienes del ferrocarril.
Una polémica está viva entre el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) y la Empresa Nacional de Ferrocarriles, en liquidación por grandes pérdidas económicas. Sus autoridades decidieron recuperar dinero de donde se pueda y vendió como chatarra antiguos vagones de acero de la estación de Riobamba.
El exdirector nacional del INPC Joaquín Moscoso, observó la venta pues se trataría de bienes patrimoniales, si bien la Empresa de Ferrocarriles alegó que dichos bienes no estaban inventariados como bienes patrimoniales de la nación.
A Cuenca el ferrocarril llegó tarde, la estación fue construida en 1965 y estuvo en servicio hasta inicios de los años 1990. El desastre de La Josefina, que inhabilitó un tramo de las vías en El Descanso en 1993; el retiro de la última locomotora, en 1995; y la posterior construcción de la autopista Cuenca-Azogues marcaron el fin del tren en Cuenca, sin embargo es parte de la historia de la ciudad.
Hoy las instalaciones están deterioradas, dañadas, en parte vandalizadas, inclusive, un tramo de las vías férreas, fabricadas de acero, están cubiertas de tierra, desaparecieron o fueron retiradas, en parte por el Estado, otros posiblemente por desconocidos. También eso se perdió.
De acuerdo con la legislación vigente, la competencia de conservar, preservar y poner en valor el patrimonio cultural está transferida por el Estado Central a los municipios. En este caso, declarar el valor patrimonial de la antigua estación del tren y recuperarla le corresponde a la Municipalidad de Cuenca.
La antigua estación de tren podría ser convertida en un parque temático con las instalaciones, las góndolas de transporte de carga, las vías, el tanque y el antiguo patio de maniobras; mientras, el tramo de vías, podría convertirse en un parque lineal recreativo. Esa fue la idea cuando se construyó la ciclovía, que también está deteriorada. Todo debe partir de una declaratoria de la estación como bienes patrimoniales, por parte de la Municipalidad de Cuenca.
Según el exalcalde Marcelo Cabrera, en su administración quedó adelantado y aprobado un proyecto para recuperar la estación, tras muchos años de gestiones, pero el predio es de la Empresa de Ferrocarriles.
Parte de las instalaciones, hoy, están ocupadas. En una parte del edificio de oficinas, una adulta mayor en situación de vulnerabilidad vende frutas y otros alimentos desde hace diecinueve años, según cuenta, con una autorización dada a su tiempo por una alta funcionaria del Ministerio de Obras Públicas. Al exterior, algunos días de la semana hay una feria de productos agrícolas.
Mientras, la polémica sigue viva pues el INPC intentó detener el proceso de venta de los vagones pero, según notas de prensa publicadas por Diario El Comercio, más bien le costó el cargo al director nacional del INPC, Joaquín Moscoso.
Periodista, comunicador social, abogado. Hoy, independiente. Laboré 27 años en medios locales como editor, redactor y reportero. Diarios El Mercurio, La Tarde y El Tiempo; revista Tres de Noviembre del Concejo Cantonal de Cuenca; radios El Mercurio, Cuenca y América.