En casi todos los países del mundo, desde 1889, el 1º de Mayo se conmemora el Día Internacional de los Trabajadores, por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en ese año. Es una fecha de recordación de la tragedia de Chicago de 1887 y de reivindicación de los derechos laborales.
Es un día en el que se rescata la contribución de la clase trabajadora al desarrollo en general y a la generación de riqueza a nivel global. Mucho se ha dicho y se dirá al respecto.
En esta entrega, y a propósito de la fecha, me parece importante dirigir la mirada y levantar la voz por quienes no tienen trabajo, personas que a lo largo y ancho del mundo y sobre todo en el Ecuador, están fuera del mercado laboral, aquellos trabajadores potenciales que no consiguen trabajo, los desempleados y subempleados, que se enfrentan día a día al dilema de no tener recursos para satisfacer sus necesidades básicas y las de sus familias.
He pensado que la fecha es oportuna, para a más de la conmemoración, poner sobre el tapete, temas como la brecha salarial existente entre hombre y mujeres, que se calcula, llega en el Ecuador, en promedio al 20%, superior a otros países de la región (Adecco Ecuador).
Es una oportunidad también para reconocer el trabajo no remunerado, el de las labores en el hogar y las de cuidado, realizadas fundamentalmente por mujeres, que en la mayoría de los casos son invisibles y poco valoradas.
Es una fecha para llamar la atención de quienes deben tomar decisiones de política pública, de los legisladores, los representantes del gobierno nacional y de los gobiernos autónomos descentralizados, para que en el ámbito de sus competencias, con responsabilidad y compromiso cívico y social, cumplan con sus obligaciones para procurar mejores y mayores condiciones para la protección y generación de empleos adecuados, pues como dijo Concepción Arenal –escritora española, integrante del movimiento feminista del siglo XIX-, Proteger el trabajo es enjugar lágrimas, consolar dolores, arrancar víctimas al vicio, al crimen y a la muerte. Diderot, por su parte, señaló que el trabajo tiene, entre otras ventajas, la de acortar los días y prolongar la vida, porque el trabajo ocupa, aquel bien hecho no permite desperdiciar el tiempo y puede hacer que el individuo trascienda más allá del ejercicio mismo y la existencia.
Es momento para pensar en los trabajadores autónomos; los profesionales en libre ejercicio; los jóvenes recién graduados, para los que no hay suficientes plazas de trabajo; los adultos y adultos mayores que van siendo expulsados o rechazados en el mercado laboral; las personas con discapacidad y sus sustitutos que no terminan de ser aceptados e incorporados como corresponde.
Es necesario reclamar a aquellos que tienen un trabajo y no lo respetan, a quienes no cumplen con su deber, a los que teniendo la obligación de servir no lo hacen, a esos que ponen trabas, dificultan y entorpecen los trámites y procesos –en instituciones públicas y privadas-, es hora de condenar a los que ejerciendo una función, se aprovechan de los recursos públicos para su propio beneficio, a los incompetentes y mediocres. Mario Benedetti habría dicho: Acá hay tres clases de gente: las que se matan trabajando, las que deberían trabajar y las que tendrían que matarse (cada quien busque su grupo).
El día internacional del trabajador, debe ser no sólo una fecha de conmemoración, de reclamo o reivindicación, sino fundamentalmente de reflexión de los gobiernos, las organizaciones laborares, gremios, empleadores y trabajadores. Debe ser un recordatorio de lo que tenemos pendiente como sociedad para avanzar hacia la igualdad de oportunidades, la inclusión, la no discriminación.
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Mujer estudiosa y analítica, lectora atenta y escritora novel. Doctora en Jurisprudencia y Abogada – Universidad de Cuenca, Máster en Gestión de Centros y Servicios de Salud – Universidad de Barcelona, Diplomado Superior en Economía de la Salud y Gestión de la Reforma – Universidad Central del Ecuador. Docente de maestría en temas de políticas públicas y legislación sanitaria –Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en el área de vinculación con la sociedad, legislación relacionada con el adulto mayor – Universidad del Adulto Mayor. Profesional con amplia experiencia en los sectores público y privado, con énfasis en los ámbitos de legislación, normativa y gestión pública.