Nuestros antepasados nos heredaron la responsabilidad de la conciencia histórica y la dignidad colectiva siguiendo el camino de los Apus.
Cerramos este año con situaciones muy complejas que ocurren en Latinoamérica y el mundo, con un futuro incierto. El pasado de despojo e invasiones no ha sido superado; se ha actualizado en el presente. Desde nuestra cosmovisión toda palabra tiene relación; así como toda escritura es un vínculo porque la naturaleza y los pueblos originarios hablan a través de quienes escriben por responsabilidad histórica para caminar la palabra y la memoria colectiva. Por ello, urge pensar este Kapak raymi no sea solo un tiempo de fiestas, de distracciones, sino un portal de coherencia, un espacio donde la frecuencia del amor, la presencia y la conciencia se entretejan con nuestras vidas, nuestra misión y nuestro propósito.
Que este tiempo sea una manera de acercarnos, de mirarnos, de agradecer la entrega, la fuerza, los procesos de cambio interno y comunitario y el compromiso silencioso que cada uno tenemos de sostener la vida comunitaria y el cuidado de la Madre tierra, día tras día. Pues, ella es memoria, alimento, historia y futuro. Un suelo sano sostiene ecosistemas, comunidades, semillas, cuerpos y consciencias. ¿De qué sirve sembrar en la tierra si no sembramos también en el corazón? ¿Y de qué sirve sembrar en el corazón si nos olvidamos de la Madre Tierra que nos sostiene?
Octubre –el paro de la resistencia– y diciembre nos dejan aprendizajes profundos y el compromiso renovado de seguir defendiendo la vida, la dignidad, la Tierra y los saberes de los ancestros y de los pueblos nativos en unidad, con fuerza organizativa, desde los territorios y los procesos que sostenemos juntas.
Yupaychani mashikuna por estar, por sostener la vida comunitaria; por ser y formar parte del pueblo Saraguro, de Chukidel ayllullakta, Ilincho, Gunudel ayllullakta –entre otras– y sostener el trabajo en territorio en minga, con los cambios ocurridos, con docentes, profesionales y cada uno sosteniendo el tejido comunitario y planetario. Terminamos este año caminando con salud y fuerza colectiva, circulando el poder del Kapak Pacha para nuevos tiempos.
Que el año 2026 abra un año de claridad, de responsabilidad y compromisos y servicio elevado para todes.
Que las comunidades nos demos prioridades con la claridad, no desde el individualismo, el miedo, la prisa o la exigencia, sino desde la visión limpia, responsable y consciente de vivir en comunidad, reordenando nuestro campo emocional y espiritual, restaurando las energías agotadas durante el año. Que podamos recuperar la energía vital y sabidurías de nuestres ancestres.
Mientras haya opresión, violencias, exclusión e injusticias, por nuestra dignidad no guardemos silencio. Que sepamos caminar juntes reconociendo quiénes somos y de dónde venimos y hacia dónde caminamos. Nadie camina ni sobrevive en forma individual, todos hemos nacido para caminar juntos; ese es la parte que hemos perdido debido a la influencia del sistema capitalista, patriarcal, materialista, mecanicista y tecnologista.
El futuro no está escrito, depende de nuestra capacidad de comprender la complejidad del mundo y crear nuevas formas de solidaridad y convivencia. Nos toca entrelazar voces, preocupaciones, visiones, esperanzas y propuestas. No habrá futuro sin nuestros conocimientos ancestrales: la fuerza de nuestrxs ancestrxs y nuestras historias de resistencia. Que no dejemos de hablar a los árboles, a las plantas que en sus hojas guardan nuestra historia. Las piedras son guardianas de las últimas grandes energías que estuvieron en estos lugares. No dejemos de danzar, de cantar y tocar nuestros instrumentos, la flauta, el rondador, las ocarinas de arcilla porque “la arcilla es Tierra que vibra y canta secretos del Tiempo. Fuego y barro dan voz a lo invisible”.
Que el nuevo año nos permita llenarnos de las energías pasadas para entender el presente, para volvernos a sentir a nosotrxs mismos y volver a encontrarnos. Ello exige despojarnos de nuestras relaciones tóxicas, de las heridas y grietas que llevamos por dentro. El futuro nos hace pensar: morir o vivir, y vivir implica cambiar el rumbo, aunque nos duela tenemos que hacerlo.
Por eso mantengo mi compromiso de seguir caminando todes juntxs con la comunidad y para una comunidad, honrando nuestra dignidad por la vida y la dignidad de toda vida en el planeta.
Portada: imagen tomada de: https://smurl.es/XlNtdC

Nativa de Saraguro. pertenece a la nacionalidad Kichwa. Estudió en Zamora en la Escuela de Líderes. Cursó estudios universitarios en Cuenca. Es abogada, tiene estudios en lengua y literatura, es magister de Estudios de la Cultura y un Diplomado en Educación Intercultural Bilingüe. Maestra de secundaria y educación superior, investigadora. Ha publicado varias obras, así como artículos en revistas y periódicos. Ha desempeñado varios cargos vinculados a Educación Bilingüe. Es conductora del programa Ñukanchik llata Kashpa (Nuestra identidad) en la Radio comunitaria de Saraguro “KIPA RADIO”, FM 91.3.