El artículo transcribe el discurso pronunciado en el acto público “Tercer Plantón por la Libertad”, realizado en el parque Calderón de la ciudad de Cuenca-Ecuador el 19 Febrero del 2022.
La época sombría de la pandemia en los dos últimos años, me ha dado la alerta para buscar la dualidad que, en todas las cosas, existe en forma intrínseca; como que las sombras constituyen el contraste indispensable para la existencia de la luz, a la que hay que buscarla permanentemente, que, mientras más profunda sea la oscuridad, será más fácil aún asimilarla para que nos “ilumine la mente y abrigue el corazón”.
Desde el vértigo de la desinformación y el pánico, surgieron disposiciones propias de los estados constitucionales de excepción, por los cuales se suspende hasta por noventa días el ejercicio libre de los derechos individuales y constitucionales, el ejercicio del derecho a la inviolabilidad del domicilio, libertad de tránsito, libertad de asociación y de reunión, así como información y correspondencia.
¿Qué pasa aquí? me pregunté con fuerza…, se trataba de un interrogante que no tenía respuesta en origen, en lógica, en información. Hasta que obtuve una importante pauta de análisis en el “I Ching” cuando señaló, respecto a esta circunstancia que atravesamos: “El Aquietamiento cuya imagen es la Montaña. Hay quietud porque el movimiento ha llegado a su fin natural. Pero, el aquietamiento no es sino la polaridad del movimiento” (hex 52).
“La verdadera quietud consiste en mantenerse quieto, una vez llegado el momento de mantenerse quieto, y en avanzar, una vez llegado el momento de avanzar”.
Señala, “Sin embargo, aplicado al ser humano, el problema consiste en alcanzar la quietud del corazón, que constantemente piensa e inspira la acción cerebral”. Así lo hice, porque me pareció correcto lo que el I Ching decía. Sintiendo que ante circunstancias amenazantes, no podemos proceder impulsivamente. “Ahora bien, -dice-, una vez que el ser humano ha logrado aquietarse así en su interior, puede dirigirse hacia el mundo externo”.
Desde mi quietud comencé a evidenciar algunas cosas muy propias y personales, partiendo de que soy uno de los sentenciados a muerte, por mi edad, que me vuelve persona vulnerable pues, según se anuncia oficialmente, el virus ataca a los adultos mayores. Me sentí impulsado a, cuando menos, identificar quien era y en dónde estaba mi terrible enemigo. El virus no es el enemigo, el virus es el arma invisible que utiliza el o los enemigos. El nuevo reparto de las élites, es geo político económico sanitario tecnológico.
Soy uno de los sentenciados y como tal, por un elemental sentido de sobrevivencia, no confío en la información ni en el propósito de las reglas del enemigo para aceptar sus órdenes.
Si bien existe mucha información de científicos que no han sido secuestrados por la gran empresa farmacológica mundial, no hace falta sino un poco de atención y lógica para darse cuenta de los contrasentidos que guardan sus protocolos, especialmente preventivos. Vacunas que no inmunizan, inmunizaciones que no protegen, vacunados que deben seguir usando mascarilla y distanciamiento, vacunados que se infectan y transmiten virus, recompensas y sedantes para vacunados, discriminación a los no vacunados, utilización de la vacuna para amenazar el sentimiento de las personas, su trabajo, su escuela. Vacunas que discriminan, dividen y juzgan a la sociedad, vacunas que siembran maldad y odio, vacunas que matan relaciones familiares, amistades sólidas, compañerismo…, vacunas que logran muchas cosas, menos inmunizar. Sin miedo, es posible pensar y reparar sobre los abusos de quienes nunca se han preocupado de nuestra salud y, sin embargo, hoy dirigen nuestra conducta. Una extensa lista de incoherencias, deducciones falsas, confirmaron mis dudas. Las “vacunas” que no son tales porque no cumplieron las bases exigidas en la misma FDA que le concedió permiso a Pffizer para que ponga en práctica como “terapia experimental génica”, al igual que a las otras marcas. Y es aquí que, nace mi objeción de conciencia, por ser defensor desde hace muchos años, de la no intervención genética en los seres vivos. Si así he pensé con referencia a plantas y animales, ¿cuánta mayor razón para objetar la intervención experimental en mi genoma? que la sustancia artificial que inoculan, Seguramente constituye un camino de experimentación muy importante para la tecnología médica que maravillará luego al mundo por los avances que logre. La tecnología de las nano partículas, inoculaciones con óxido de grafeno y otras investigaciones, conllevan riesgos desconocidos. El ARN mensajero, constituye la primera gran intervención masiva génica en los seres humanos.
Los grandes avances científicos del ser humano, han sido empleados sin haber previsto los riesgos, dada la urgencia utilitaria, antes de garantizar el control sobre las consecuencias que provocan. En la lista se encuentran la fisión del átomo para la producción de energía nuclear, pero sin que se pudiera ejercer control según las dos últimas experiencias de accidentes nucleares de Chernobil y Fukushima, al igual que los desechos tóxicos de la energía nuclear que se acumulan peligrosamente, sin tener sitio alguno de buena disposición ¿Qué puedo esperar de la intervención en el genoma humano? ¿Debo acaso confiar en que se tendrá control científico sobre sus consecuencias? No estoy dispuesto y es mi derecho no prestarme para tal experimentación ante el grave riesgo para mi integridad personal y salud. Sin embargo, respeto la decisión libre y voluntaria de cada ciudadano.
La más preocupante consecuencia de la pandemia se traduce, sin embargo, en la pérdida de los derechos individuales y colectivos, por las disposiciones que emanan de las autoridades de control ciudadano que, con pretexto de la pandemia, han impuesto normas que restringen derechos, son inconstitucionales, discriminatorias e inmorales.
La emergencia ya no existe, la pandemia ha finalizado para la OMS que lo ha dado categoría de endemia, ¿qué sentido tiene mantener las restricciones? Son atentatorias a la dignidad ciudadana. Por ello es que deben derogarse todas las disposiciones, reglamentos, ordenanzas reguladoras de tiempos de la pandemia. El proyecto de “ley orgánica para la gestión de emergencia sanitaria por pandemia causada por el Sars-CoVid-19 y sus variantes” debe ser desechado de plano por inconstitucional, porque en forma ilegítima quiere otorgar al COE poderes para restringir la movilización e impedir las reuniones a las personas, a más de irrespetar la inviolabilidad del domicilio, acciones propias de una dictadura.
Presiento que este plantón por la libertad es una demanda permanente ante la conciencia de los gobiernos, es un SOS a la honradez y dignidad de los azuayos y de los ecuatorianos todos. A principios de este año, escribí en mi muro: “Deseo fervientemente para todas las personas y para mí, la claridad de pensamiento necesaria para interpretar las circunstancias de esta época oscurantista y de pánico, que se nos ha impuesto. En la natividad de un nuevo ciclo, defendamos la libertad y los derechos individuales y colectivos que han sido y siguen siendo gravemente vulnerados” .
Es una reivindicación ante las desmedidas ambiciones, es por la solución de vitales necesidades de sobrevivencia: hambre, enfermedad, pobreza, desocupación, salud, vivienda, educación…los aspectos fundamentales de la vida. Se ha llegado a un estado tan extremo en el deterioro ambiental causado por el ser humano que, inevitablemente, nos estamos precipitando a la debacle total como humanidad.
Por la facultad instintiva de sobrevivencia, vamos a reaccionar. Buscar el camino, con íntima convicción, desde lo más profundo de nuestro ser, procuremos la verdad de las cosas y los acontecimientos que nos rodean, de nuestra realidad, de nuestro entorno, de nuestras potencialidades, de nuestras posibilidades, confiando en la razón innata de libertad de seres humanos, en nuestra solidaridad, confianza y lealtad, para avanzar con la decisión que precisan las circunstancias, aprovechando día a día, instante tras instante, en el cumplimiento del ciclo natural que nos corresponde, para sembrar la fuerza que requieren nuestros hijos para que, a su vez, cumplan el suyo y así, continuamente, ciclos como todos los amaneceres que se suscitan al término de las oscuras noches, en el tiempo y en el espacio.
Después de cada noche hay un nuevo amanecer, cada cosa cumple el ciclo natural que le corresponde.
Hemos permanecido en el aquietamiento. Tenemos que inmediatamente actuar, salir adelante, dar el paso inicial preciso e indetenible, porque la libertad es perpetua.
Activista de la revolución de “Mayo del 68”. Jugador de Ajedrez y Go de competencia. Legislador por Azuay, Vicepresidente de la Comisión de Medio Ambiente, (1983). Co fundador activista y Director del grupo ecológico Tierra Viva (1985). Co fundador de Inti Uma (1992). Descubridor, diseñador y difusor de la cocina solar (1990-2020), miembro del Solar Cooker International (1990 -2020). Profesor del Colegio Benigno Malo (1968-2011), de la Universidad de Cuenca (1985-2011).