Los habitantes de Cuenca debemos, pero sobre todo las autoridades municipales, tienen la obligación de hacer todo lo posible para que la respuesta a la pregunta no sea afirmativa.
Ser una ciudad patrimonial, declarada así por la UNESCO en 1999, por los atributos particulares de Cuenca, obliga a un mínimo de coherencia para conservarla como tal.
Son los atributos arquitectónicos de antaño, en los que se aprovechó la topografía y se dio realce a la belleza natural del entorno, conservados y protegidos a lo largo de los años, los que –junto con otras consideraciones- posibilitaron la declaratoria.
La belleza de Cuenca es reconocida por propios y extraños –a veces más por extraños-, no sólo por las casas y calles del casco histórico, sino por la arquitectura de varias otras consideradas y declaradas de interés patrimonial.
Hay también edificaciones que se construyen en altura –edificios- que buscan aprovechar la densidad habitacional permitida, respetando las normas, la estética del entorno y la estética en general, sin embargo hay otros que se convierten en agresiones al paisaje y al buen gusto, que no respetan los mínimos básicos para una vida y estancia placentera en un lugar –hay varios ejemplos de aquello, sobre los que hablaremos en otras entregas-.
Esos atentados o errores –por llamarlos de alguna manera-, en muchos casos han obtenido los correspondientes permisos municipales y en otros sencillamente se han construido; detectada la infracción a las normas, se condena al pago de una multa y “santas pascuas”, que dicho sea de paso no tiene valor significativo frente a lo conseguido.
Que existan edificaciones que no cumplen con las normas, es en sí mismo un serio problema, peor aún, que sin cumplirlas, obtengan las autorizaciones o títulos habilitantes para la construcción gracias quien sabe a qué artimañas. No debe pasar desapercibido tampoco, que pueden existir normas aprobadas por el Consejo Cantonal, que contravengan otras de mayor jerarquía como las del Patrimonio Mundial, o que se hayan dictado o reformado “a la carta” para favorecer determinados intereses.
En este contexto, es oportuno sumarse a las voces que reclaman por lo que está pasando en la zona del Bien Patrimonial de El Barranco del Tomebamba. Creo que a nadie se le ocurre plantear que no debe tocarse lo que existe, pero sí que las intervenciones inmobiliarias que se hagan, respeten las características arquitectónicas y paisajísticas que permitan mantener al menos la armonía con las conocidas como “casas colgantes” de la zona, así como el respeto al patrimonio natural, cultural y el arqueológico de Pumapungo.
Al subir por el Puente de Todos Santos, en la esquina del Paseo 3 de Noviembre, nos topamos con un edificio en construcción, que no sólo contamina visualmente, sino agrede sin ninguna duda a bienes patrimoniales y culturales como la Iglesia de Todos Santos y los Molinos del mismo nombre; en el primer caso tapa la fachada de la iglesia que antes podíamos verla desde abajo en todo su esplendor; y, en el segundo invisibiliza los restos arqueológicos, pues el horrible edificio se roba el protagonismo, es imposible no mirarlo, aunque esa visión agreda nuestra sensibilidad, pero más lamentable aún es la agresión a los bienes patrimoniales y culturales que hemos señalado. La vista que se han robado es la de foto de la portada que no es una imagen actual, tomada hoy desde el mismo ángulo ya no se ve la iglesia, pues el edificio implantado en la esquina la tapa.
En diciembre de 2022, como lo referí en esta misma columna, en el artículo Epifanía, la Municipalidad de Cuenca, concedió la presea “Cuenca Patrimonio Cultural de la Humanidad”, al Complejo Patrimonial de Todos Santos y a la arquitecta restauradora Lourdes Abad Rodas, en reconocimiento a la labor de preservar y rescatar el patrimonio de esta ciudad que es también del mundo. Esa misma institución –la Municipalidad-, a través de los servidores a cargo, autoriza o permite que se atente contra ese patrimonio, pues las Direcciones Generales de Control Municipal y de Áreas Históricas y Patrimoniales -y otras según corresponda-, debieron otorgar los permisos; y, si no lo han hecho ya deberían de haber incoado el procedimiento administrativo sancionador, para identificar los errores o irregularidades que pudieron haberse cometido en el otorgamiento del Certificado de Afectación y Licencia Urbanística para la construcción del edificio en cuestión, que por cierto no es el único en el lugar.
Esperamos que el Alcalde tome cartas en el asunto y disponga los correctivos del caso –que no debería ser una simple multa-, que el interés particular no prime sobre el interés colectivo. Que no se siga atentando contra la historia y la belleza de la ciudad, corriendo el riesgo de que se incluya a Cuenca en la “Lista de Patrimonio Mundial en Peligro”.
Portada: https://rafael9.home.blog/2020/09/01/iglesia-de-todos-santos-cuenca/
Mujer estudiosa y analítica, lectora atenta y escritora novel. Doctora en Jurisprudencia y Abogada – Universidad de Cuenca, Máster en Gestión de Centros y Servicios de Salud – Universidad de Barcelona, Diplomado Superior en Economía de la Salud y Gestión de la Reforma – Universidad Central del Ecuador. Docente de maestría en temas de políticas públicas y legislación sanitaria –Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en el área de vinculación con la sociedad, legislación relacionada con el adulto mayor – Universidad del Adulto Mayor. Profesional con amplia experiencia en los sectores público y privado, con énfasis en los ámbitos de legislación, normativa y gestión pública.