El 1 de diciembre del 2024 se cumplieron 25 años de la declaratoria de Cuenca como Patrimonio Cultural de la Humanidad, realizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). La mejor manera de conmemorar este hecho, es haciendo un profundo análisis y reflexión, sobre el estado de la recuperación y conservación del patrimonio cultural en relación con los indicadores, sustentos y motivaciones del expediente presentado a la UNESCO y que hizo posible dicha declaratoria.
Las personas, entidades y las diversas organizaciones ciudadanas tendrán su valoración, pero sería importante conocer el balance que al respecto haya realizado el Concejo Cantonal de Cuenca sobre los avances, retrocesos, potencialidades y riesgos del patrimonio cultural. Si aún no se lo ha hecho, debería efectuarse esta evaluación por parte del máximo órgano de gobierno cantonal, contando con la participación ciudadana, y teniendo presente la responsabilidad compartida del cuidado del patrimonio cultural entre el GAD Municipal de Cuenca, los GAD Parroquiales y la población urbana y rural.
En una aproximación al tema, se puede decir que la declaratoria de Cuenca como Patrimonio Cultural de la Humanidad exigió más atención en la recuperación y conservación del patrimonio material, habiéndose implementado la institucionalidad y la normativa jurídica, pero también se observa que los intereses de las inversiones inmobiliarias y sus afanes rentísticos se han terminado imponiendo causando graves pérdidas al patrimonio cultural.
Para esta destrucción del patrimonio cultural edificado se utilizan vacíos normativos, ambigüedades, imprecisiones y contradicciones de ordenanzas y reglamentos, pero también la manipulación de información, fichas prediales, simulaciones, alteraciones en la ejecución de lo planificado y las omisiones propias de control municipal a lo largo de diversas admiraciones municipales.
Incluso la planificación para el desarrollo y el ordenamiento territorial, y el uso y gestión del suelo están contaminados de visiones y políticas utilitarias mercantilistas por encima de los intereses comunes del cantón, por lo que es necesario incorporar en la planificación municipal una visión integral del patrimonio de Cuenca, integrado por bienes materiales, bienes intangibles y bienes naturales, por lo tanto, un patrimonio en el que se integra la naturaleza y las “hechuras humanas” que confluyen e interaccionan a lo largo de la historia con continuidades y rupturas y que se trasmiten de unas generaciones a otras.
Pero las preocupaciones sobre el patrimonio cultural no se pueden reducir al patrimonio material edificado, sino a la situación de las manifestaciones culturales como la artesanía, el arte en todas sus expresiones, los saberes, las ciencias y el conocimiento, la utilización del espacio público, la recreación, esparcimiento y deporte y, en general, las producciones intelectuales y espirituales. A todo esto, debe sumarse un componente del patrimonio y determinante para la vida misma, como son los bienes naturales, el entorno geográfico, la tierra de cultivo, colinas y montañas, los páramos y bosques, humedales, vertientes, lagunas, quebradas, ríos y más elementos del medio natural.
En relación con los elementos constitutivos del patrimonio y de su gestión, tradicionalmente se ha puesto énfasis en los componentes urbanos del patrimonio en desmedro de los componentes de lo rural, muchos de ellos sacrificados en aras de intereses ajenos a los de las comunidades y pueblos de la ruralidad; y aún más, todo el patrimonio natural de Cuenca se está sacrificando por las políticas del centralismo estatal nacional.
En efecto, el patrimonio de Cuenca en general está sometido a graves riesgos por lo que es necesario alcanzar consensos para defenderlo en mancomunidad de esfuerzos entre las autoridades y la población civil, comenzando por determinar con claridad, precisión y decisión colectiva, el proyecto de vida de Cuenca, tema que constituyó la mayor debilidad al momento de elaborar y aprobar la última actualización del Plan de Desarrollo y Ordenamiento y Ordenamiento Territorial y el Plan de Uso y Gestión del Suelo, y que debió merecer un debate más amplio y profundo, pero no fue así, y se redujo a unas cuantas declaraciones generales, e incluso se evadió el debate, porque aquello implicaba analizar los problemas más trascendentales de Cuenca, incluyendo la afección a las fuentes de agua por los proyectos mineros ubicados y proyectados en los páramos y bosques de las cabeceras de sus ríos, con lo que se repitió la historia de mirar para otro lado sin que se aborde el principal riesgo del patrimonio de Cuenca.
Cuenca, a pesar de gran destrucción causada a bosques y vegetación protectora, aún goza de un entorno natural privilegiado, con sus páramos y numerosas lagunas, ríos y quebradas con aguas saludables, con planes de dotación de agua y saneamiento y servicios de alta calidad, pero todo aquello por haber resguardado el Parque Nacional El Cajas y el sistema de páramos y bosques circundantes a Cuenca, sistema hídrico del que nacen las aguas para otros cantones azuayos, algunos cantones de la provincia de El Oro y otros cantones de la provincia del Guayas.
Pero todo ello puede transformarse muy rápidamente en un entorno de tierras devastadas, vertientes, quebradas, ríos y más aguas superficiales y subterráneas contaminadas y envenenadas, poblados mineros transitorios con presencia de lupanares, bandas criminales, traficantes de droga y redes mafiosas, como ya ocurrido con la experiencia vivida por algunas parroquias y cantones. Para muestra, miremos lo que acontece en algunas poblaciones del oriente ecuatoriano o en el cantón vecino de Ponce Enríquez.
Para defender el patrimonio cultural, hay que rescatar y fortalecer la institucionalidad de Cuenca, hoy venida a menos con actuaciones inconstitucionales, ilegales y arbitrarias del centralismo que solo trae el mal ejemplo de una burocracia corrupta que actúa con espíritu de funcionarios colonialistas al servicio de las transnacionales mineras.
Esperemos que el Concejo Cantonal de Cuenca, asuma la tarea de organizar la evaluación sobre el estado de la situación del patrimonio cultural de Cuenca, patrimonio cultural de la humanidad.
Asesor jurídico, articulista de “El Mercurio”. Participa en algunas organizaciones ciudadanas como el Cabildo del Agua de Cuenca, el Foro por el Bicentenario de Cuenca y en una comisión especial para elaborar el Sistema Nacional Anticorrupción.