A más de los impactos generales provocados por la crisis del país, la provincia del Azuay tiene sus problemas específicos, y se ha llegado al extremo de que, en medio del abandono del Estado Central, se sufre, además, las agresiones del centralismo que se empecina en explotar la minería metálica en las fuentes de agua de los diversos cantones de la provincia.
El centralismo no contento con engullirse todo el aporte tributario del Azuay y devolvernos migajas del presupuesto nacional, ahora pretende arrasar con los territorios de los cantones de la Provincia, con la imposición de la minería metálica en contra de la voluntad de los pueblos que así se ha expresado a lo largo de más de veinte años de resistencia.
Ni siquiera la presencia de estiajes largos y continuos, que provocan desabastecimiento de agua para las centrales hidroeléctricas y los sistemas de potabilización para el consumo de las poblaciones rurales y de las ciudades y las afecciones a la agricultura y otras actividades, han podido conmover la conciencia de los Ministerios de Energía y Minas, y del Ambiente y del Agua, para impedir que se avance en el deterioro de los páramos, bosques y selvas, y su impacto en la formación de las lluvias y en el ciclo hídrico del agua.
Nada le sensibiliza al centralismo irracional entregado a los intereses de las transnacionales mineras con tal de avanzar en proyectos perversos que amenazan destruir las fábricas naturales del agua de los cantones azuayos. Ni los apagones frecuentes los lleva a cuestionarse sobre las consecuencias de las agresiones a la naturaleza y sus efectos en las fuentes de agua y la generación de energía eléctrica, la misma que, dicho sea de paso, es subsidiada para las empresas mineras.
Se pretende justificar la minería metálica mostrando ingresos sobredimensionados al fisco, lo cual ha sido desmentido por investigaciones serias, cifras distorsionadas y manipuladas, que se suman a la corrupción y el engaño a la población. El aporte verdadero de la minería metálica a la caja fiscal no justifica destruir las fuentes de agua, y afectar a la población en su derecho al agua y la producción de alimentos, más aún cuando el balance final son territorios y aguas contaminados e impactos ambientales a perpetuidad. Esta es la experiencia histórica de las explotaciones mineras en territorios de producción de agua que cargan y recargan las cuencas hidrográficas que permiten la vida de los habitantes.
Para satisfacer a las empresas mineras, el centralismo no duda en avasallar los convenios internacionales de protección de derechos de los pueblos y comunidades indígenas, la Constitución y las leyes, inobserva exámenes de auditoría de la Contraria como la referida al proyecto Loma Larga, distorsiona e inaplica las resoluciones y sentencias de la Corte Constitucional y de los jueces. Junto al terrorismo delincuencial y la narco política, camina el terrorismo contra la naturaleza y los pueblos, y la corrupción.
Ha llegado el momento decisivo para la defensa del agua de la población azuaya, y son los barrios urbanos y rurales, comunidades, gobiernos parroquiales, organizaciones y colectivos ciudadanos, concejos cantonales y toda los usuarios y consumidores del agua, quienes tienen el deber de exigir que se garantice el derecho humano al agua, para lo cual hay que construir y confluir en un gran frente cívico, sin ninguna bandera partidaria, para desarrollar todas las acciones de resistencia pacífica y la movilización ciudadana para que el Estado cumpla su finalidad de hacer efectivo el goce de los derechos a la salud, alimentación y el agua.
El pueblo azuayo en uso de sus derechos de participación ciudadana establecidos en la Constitución y el COOTAD, debe avanzar en la construcción de un proyecto de vida acorde con el régimen de desarrollo ordenado por la ley fundamental del Estado cuyo eje transversal es precautelar el ambiente y la naturaleza que hacen posible la vida.
Portada: foto tomada de http://nacla.org
Asesor jurídico, articulista de “El Mercurio”. Participa en algunas organizaciones ciudadanas como el Cabildo del Agua de Cuenca, el Foro por el Bicentenario de Cuenca y en una comisión especial para elaborar el Sistema Nacional Anticorrupción.