Esta vez quiero escribir sobre el momento actual que estamos viviendo. La violencia del Estado hacia los pueblos originarios, en la cual las mujeres somos las más afectadas. Estamos ante un momento duro, en el que las organizaciones sociales, los intelectuales de izquierdas han traicionado o han abandonado sus postulados teóricos y han transitado por el mismo camino de los verdugos del sistema dominante, a quienes combatían. Y en eso hemos caído también los pueblos originarios. Esa violencia del Estado se ha manifestado de diferentes formas, insultos, racismo, discriminación, persecuciones, cooptación de líderes y lideresas. Siempre fue el objetivo de los gobiernos de turno, tomarse la CONAIE mediante personas sin escrúpulos y sirpas (traicioneros) que nos han vendido siempre con la única ventaja de su interés personal. Los gobiernos han venido creando oficinas, secretarías, ministerios para los pueblos indígenas y Lasso no es la excepción. El trasfondo de todo esto es cooptar dirigentes, controlar las organizaciones y dividirnos.
Todos estos aspectos pesan. En la actualidad, la CONAIE está pasando por momentos muy duros y dolorosos. Con tristeza miro y miramos, quienes fuimos los que con tanta ilusión, fe y coraje luchamos por tener una organización nacional que nos represente, que camine con un proyecto político alternativo; sin embargo, dentro de esta tristeza invito a prender nuestro fuego sagrado, a conversar y dialogar con la Madre Tierra, con las hermanas plantas como lo hacían nuestras mamas y taytas. Allí en ese fuego sagrado nos iluminemos y recordemos todos los dolores y sufrimientos que vivimos a través de nuestra historia, cómo los patrones nos maltrataban y nos mataban.
Me pregunto ¿cuál es el interés que está en juego? ¿Por qué los compañeros dicen luchar contra el enemigo común que nos oprimen y sus acciones son contrarias a sus teorías? ¿Cuál es la verdad de los que gritan “Diciendo y haciendo”? ¿Cómo entender esto? Cuando hablamos de la circularidad del poder, decimos no al continuismo, no a la violencia contra las mujeres, no al machismo. Sí, a la complementariedad. O es que esa complementariedad de nuestros mayores hoy se utiliza únicamente como un simulacro para decir que somos diferentes. Me da tanta decepción y tristeza del alma, cuando nos han utilizado o me siento utilizada para las campañas electorales. Pasado esa falsa “democracia”, la vida normal continua con nuestras necesidades, falta de salud, educación, falta de tierras y riego para los cultivos, carencia de empleo, desesperanza y suicidio de la juventud.
Hemos tenido autoridades locales que, en su mayoría, solo se han beneficiado en forma personal y familiar pero no han apoyado al fortalecimiento organizativo de las comunidades de su cantón y provincia. No han creado leyes ni ordenanzas para cambiar las estructuras económicas.
Ante esta realidad analizo cuánto hemos ganado o cuánto hemos perdido. ¿Cuándo perdimos el camino que nuestros mayores trazaron para la liberación? Los gobiernos ante el avance de la CONAIE y de las organizaciones nos han entretenido con puestitos burocráticos, y allí nos hemos quedado contentos, pensando que hemos ganado y estamos avanzando. Inclusive otorgándoles el “bastóń de mando” símbolo sagrado comunitario para que con ese poder que les dan, nos acribillen cuando salimos a las calles.
Estamos perdidos y confundidos porque los problemas para los pueblos y nacionalidades no se han solucionado, se continua con las políticas extractivistas en territorios de las nacionalidades. Si hace 529 años cuando vivíamos en el centro de lo que hoy son las ciudades, nos arrebataron con “la cruz y la espada” y nos enviaron a los páramos, ahora cuando aquí hemos venido resistiendo con nuestra filosofía y forma de vida, llegan a decirnos llukshi kaymanta que este es propiedad del Estado, se declara “área de reserva y patrimonio cultural” y luego se “concesiona” por no decir vende o privatiza estos sitios para el desarrollo del país. ¿Cuál país? El de un puñado de ricos millonarios que se enriquecieron con el sudor y trabajo de los pobres, del dolor de sus familias. Ahora se cierra el círculo vicioso, nos vuelven a las grandes ciudades, pero en calidad de mendigos.
Para luchar contra esta realidad nació la CONAIE agrupando a casi todos los pueblos y nacionalidades. Y pronto surgió la preocupación del Estado de cómo dividirnos. Sumado a ello las diferencias político organizativas que siempre se dieron desde el inicio mismo. Contra esos intentos hemos batallado. No obstante, al crearse el Movimiento Pachakutik como instrumento electoral para avanzar con nuestro proyecto político, es donde nos perdimos; a unos les gustó la comodidad y la politiquería y se quedaron allí haciendo juego a los gobiernos de turno minaron la unidad interna de las comunidades y de las organizaciones regionales y de la nacional. Por ese interés de llegar a los puestos burocráticos electorales, ha surgido ahora una lucha por llegar a las dirigencias de la organización regional y nacional. En estos 35 años de vida de la CONAIE, en las bases, en las luchas, en los levantamientos hemos estado las mujeres poniendo nuestros cuerpos en primera línea y han sido asesinadas, como fue el caso de María Lalvay, de la comuna Shiña-Azuay, en el levantamiento de 2000.
La CONAIE tiene que priorizar las luchas anticapitalistas porque ese fue el pensamiento y el camino de nuestras ancestras, como Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña, Micael Bastidas, Bartolina Sisa, Tomasa Tito Condemayta, Manuela León y múltiples mujeres sin nombre. ¡¿Por qué nos perdimos ahora compañerxs!? Decimos “minga por la vida”, cuando esa palabra sagrada y forma de vida es vilipendiada para intereses particulares. Cuando no comulgamos con esos mezquinos intereses simplemente nos desplazan. Es necesario una autocrítica y correcciones severas a quienes traicionan los sagrados sueños y esperanzas de quienes confiamos en nuestros dirigentes. No podemos seguir callando a pretexto de “arreglar en forma interna”. Los problemas ya no son internos y de categoría sencilla o familiar, los problemas son de control de poder político. Ese interés es lo que al momento nos separa y duele. No se pretende cumplir con lo que se dijo en el congreso nacional de la CONAIE de Zamora: que la próxima dirigencia será liderada por mujeres. Y es triste que las mismas compañeras, a quienes las bases y las mujeres eligieron como dirigentas se opongan a que la próxima presidenta sea una a mujer, y que piensen y afirmen que, para las comunidades, para los trabajadores y trabajadoras del campo y la ciudad “no le importa si su patrón sea un hombre o una mujer”. Además, hay una lucha intergeneracional, que las “viejas ya no sirven, y deben dar paso a los jóvenes.” En la filosofía y vida de nuestros antepasados, no hubo ese pensamiento, todas y todos somos muy importantes para avanzar juntos. “El camino es largo, a los jóvenes hay que poner atrás para que nos soplen con su alientos y bríos unas veces, otras veces hay que ponerlos adelante a los mayores para que no se cansen, se queden en el camino, se desmayen y se pierdan” (Tayta Miguel Bacacela y otras tantas mamas). Cuando los hijos jóvenes se sentían cansados, nos ponían adelante para darles ánimo a ellos y a ellas a continuar caminando. Ese es y debe ser el principio que nos guie en la lucha por la unidad y renovación de la CONAIE, la propuesta alternativa al capitalismo que hemos construido colectivamente desde las luchas mismas de la invasión.
La plurinacionalidad y la interculturalidad, la educación bilingüe, la justicia indígena, la economía comunitaria son un avance y una esperanza frente a la actual crisis política, económica, sanitaria y ética. Las mujeres hemos estado ligadas a la tierra, a la defensa de nuestros territorios, de la Madre Tierra, a la conservación de las semillas, a conservar la cultura y nuestro idioma. Las mujeres también somos personas, no solo objetos para sostener el capitalismo salvaje, patriarcal, clasista, racista, machista y etnocida. Si la lucha de las mujeres ha sido tan grande, pues ahora queremos demostrar en la dirigencia que si somos capaces. ¿Por qué algunos grupos ponen en duda y cuestionan nuestro compromiso y aporte fundamental que hemos dado y seguimos haciéndolo desde el espacio donde nos encontremos?
Hemos sido rostros visibles en todos los procesos de vida y resistencia, las mujeres hemos sostenido la vida política organizativa en todos los tiempos; hemos sostenido, como jefas de hogar, la situación económica para que nuestros compañeros asuman de dirigentes de las organizaciones; hemos sostenido las estructuras comunitarias de la CONAIE y sus memorias históricas de luchas. No podemos permitir que asuman la dirigencia quienes pretenden retroceder nuestros avances y procesos de lucha en muerte y traición a los principios fundamentales de alternabilidad, circularidad del poder, complementariedad y dualidad. Tenemos que persistir y continuar en nuestro proceso comunitario de “mandar obedeciendo”.
Chayllatami nini ñukanchik tayta mamakuna yuyay ñanta japishpa. Mana rurashun sarun pachakuna shina; yuyarishun, chay pachapika mestizokunaka shuk cantinakunata churashpa runakunata jarkashpa machachishpa/ shinkachishpa charik karkakuna, shinashpami kullkita shuwankapak, warmita makachinkapak, upa shina tukushpa kawsachun, ama jaykapish rikcharichun. Chayllatak shina kunanka Ecuador Mamallaktata pushakkunaka, ministerio, secretariakunata kushpa runakunata rakichishpa, jarkashpa, sirpayachishpa, charinkuna. Chaypi chinkarikunchik mashikuna.
Nativa de Saraguro. pertenece a la nacionalidad Kichwa. Estudió en Zamora en la Escuela de Líderes. Cursó estudios universitarios en Cuenca. Es abogada, tiene estudios en lengua y literatura, es magister de Estudios de la Cultura y un Diplomado en Educación Intercultural Bilingüe. Maestra de secundaria y educación superior, investigadora. Ha publicado varias obras, así como artículos en revistas y periódicos. Ha desempeñado varios cargos vinculados a Educación Bilingüe. Es conductora del programa Ñukanchik llata Kashpa (Nuestra identidad) en la Radio comunitaria de Saraguro “KIPA RADIO”, FM 91.3.