REVITALIZACIÓN DE IDIOMAS INDÍGENAS EN LOS PROCESOS DE EDUCACIÓN PROPIA DEL ABYA YALA
En octubre mes de la resistencia se desarrollaron dos eventos internacionales, uno en Cauca-Colombia, los días 11 al 15 de octubre; el otro en Saraguro-Ecuador, del 1 al 5 de noviembre. El eje central de análisis y reflexión fue una educación alternativa y la revitalización de los idiomas originarios, conforme señala los instrumentos internacionales “Los pueblos indígenas tienen derecho a revitalizar, utilizar, fomentar y transmitir a las generaciones futuras sus historias, idiomas, tradiciones orales, filosofía, sistemas de escritura y literaturas” (Declaración de los Derechos PI, 2007).
Los pueblos nativos éramos naciones originarias, con territorios, lenguas, historias porque hemos vivido hace miles de años atrás. Hemos interpelado permanentemente a una sociedad profundamente racista y excluyente. Los estados naciones han tenido que lidiar con la multiplicidad de pueblos que expresan sus voces en la exigencia de políticas y derechos, demandando a los Estados repensar su integridad imaginaria.
La estrategia estatal, por su parte, ha querido reconocer esta diversidad de las poblaciones nativas, absorbiéndolas. Esto, empieza por borrar sus nombres de los documentos oficiales, cambiar el nombre de las comunidades y transfiere la dominación desde lo público hacia lo privado. Las élites hacen uso “de sus afirmaciones de superioridad racial para reivindicar su adhesión a un orden global de dominación”. A la racialización del otro, le acompaña la racialización del espacio, dividido entre lo urbano-mestizo y lo rural-indígena.
El proceso de modernización provocó la apertura al exterior, la pérdida de la autonomía y la liquidación de las propias formas de vida “tradicional” (Bretón 2013, 74).
La integración del medio rural a la economía de mercado, que comenzó en los años sesenta, violentó las estrategias de producción (y, por tanto, las relaciones sociales) de una comunidad basada en el autoconsumo, lógicas de intercambios, reciprocidad y redistribución. Las repúblicas o estados naciones son campeonas en destruir todo, culturas, territorios, el planeta Tierra.
Los pueblos nativos como sujetos sociales de derechos han irrumpido en la sociedad con propuestas de una educación alternativa. Un reto político y epistemológico para construir un pensamiento crítico latinoamericano llamado la interculturalidad, diferente al multiculturalismo. Se forja en un contra discurso que se fundamenta en visibilizar siglos de discriminación y una cultura ancestral y milenaria.
La lucha de los pueblos nativos como primer paso ha sido por la recuperación histórica y cultural para luego ir por la autodeterminación y la autonomía. Así, en este proceso fue la demanda por una educación propia, con la cual refundar su propia historia en el interior del país, rescatar su lengua y las formas no narrativas de conocimiento (Boone y Mignolo 1994), que habían sido invisibilizadas por el régimen de representación colonial. Mudimbe (1988) argumenta que paralelamente a la colonización de los espacios geográficos y de los mundos de vida humana, tuvo lugar una colonización epistemológica que fue responsable de la reorganización de las mentes “nativas”.
Con el nacimiento de educación intercultural bilingüe, se reconoció el derecho para utilizar el idioma materno en el contexto local. Sin embargo, en los Estados que se reconocen como “intercultural y multiétnico”, estos derechos todavía son una retórica multiculturalista. Si bien se afirma la diferencia cultural del país, se concede poco espacio a aplicar acciones reales que cuestionen las estructuras de poder que reflejan múltiples formas de violencia al medio rural.
Las políticas estatales no dejan de imponerse sobre los proyectos educativos de los pueblos originarios, creando una relación conflictiva entre las poblaciones indígenas y el Estado. Caso Ecuador, originariamente manejado por el movimiento indígena y que el socialismo del siglo XXI de la Revolución Ciudadana, considerado “colonialismo del siglo XXI” (Altmann 2017a, 117) centralizó todo el poder en el ejecutivo.
Las lenguas nativas siguen sin ser reconocidas en amplios sectores de la sociedad, como por ejemplo en los medios de comunicación, ni son considerados como elementos constitutivos de la identidad nacional.
Los textos escolares continúan reproduciendo, de forma velada, el régimen de representación de la diversidad dominante, que había contribuido a legitimar la matriz colonial del poder, son planificados, estructurados, diseñados y distribuidos por autores con intereses particulares, de los que el Estado es un actor clave.
La educación es la estrategia de colonialidad por antonomasia, Aníbal Quijano señala que la colonialidad del poder, el uso de la raza como patrón de poder, establecido desde la invasión, hasta hoy, va enlazado a las necesidades del capitalismo y se extiende a los campos del ser y del saber. El colonialismo del saber posiciona el eurocentrismo occidental como únicos modelos del conocimiento, descartando los otros de los pueblos raizales, afros y montubios como productores de conocimientos, de tal modo que con educación se siguen consolidando el funcionamiento de la matriz colonial en la formación de los imaginarios, entendiendo por estos, las formas de percibir y comprender el mundo propias de cada cultura (Palermo 2014, p. 45).
La cultura dominante está institucionalizada en el plano económico, político, educativo, en la investigación científica, la difusión cultural, la información, etc. La escuela hispana reproduce “reglas del orden establecido de un dominio de clase”, permitiendo a cada individuo desempeñar su rol en un sistema jerarquizado. En las escuelas rurales existe una fuerte tendencia de abandono en favor de las hispanas.
¿Qué podemos hacer frente a una educación que niega el derecho a una lengua nativa a desarrollar sus conocimientos?
En este contexto a los centros educativos de los pueblos originarios nos queda el camino de reorganizar los contenidos curriculares y esto es posible con la educación propia de los pueblos originarios. Esta alternativa encuentra obstáculos en una sociedad delineada con instituciones monoculturales que están al servicio de la cultura dominante (Fornet) y del sistema capitalista. Los pueblos somos diversidades culturales que exigimos diálogo y apertura, requerimos compartir lo “propio” con la sociedad mestiza para crear conciencia de un nuevo tiempo. La diversidad cultural y los conocimientos nuestros, aunque marginados, excluidos y amenazados por el modelo de desarrollo tecnológico hegemónico, representa una fuerza alternativa de vida y defensa de la Madre Tierra. En este sentido, los centros educativos deben relacionar las teorías y las prácticas cotidianas de vida.
Nativa de Saraguro. pertenece a la nacionalidad Kichwa. Estudió en Zamora en la Escuela de Líderes. Cursó estudios universitarios en Cuenca. Es abogada, tiene estudios en lengua y literatura, es magister de Estudios de la Cultura y un Diplomado en Educación Intercultural Bilingüe. Maestra de secundaria y educación superior, investigadora. Ha publicado varias obras, así como artículos en revistas y periódicos. Ha desempeñado varios cargos vinculados a Educación Bilingüe. Es conductora del programa Ñukanchik llata Kashpa (Nuestra identidad) en la Radio comunitaria de Saraguro “KIPA RADIO”, FM 91.3.