La Constelación de la Cruz del Sur o la Cruz Andina es el referente de orientación en el hemisferio sur. Tiene cinco estrellas, cuatro son las que componen la cruz, la línea longitudinal corresponde al hombre, la creación y su legado, su espíritu; la línea horizontal se refiere a la materia, todo lo que se puede ver, las dos líneas se cruzan a la altura del corazón del ser humano y se muestran los primeros opuestos masculino/ femenino para crear.
La Cruz del Sur se encuentra en parte más estrecha de la Vía Láctea, hace de puente entre dos zonas de la Vía láctea y por eso se llama el puente de lo alto, el chaka hanan, un puente que está arriba, un puente de lo alto (C. Milla, 2023). Los pueblos del hemisferio sur, lo conocían como Chakana, que viene de Chaka-hanan cuyo significado es “puente que une con lo alto”, con el mundo superior. Los ancestros y ancestras nos decían que la Chakana es el puente a través del cual venimos a esta dimensión y cuando nos vamos de este mundo, regresamos por el mismo lugar de origen.
La Cruz del Sur tiene una proporción impresionante porque el brazo menor o la línea transversal es el lado de un cuadrado; el brazo mayor, la línea longitudinal, es la diagonal de ese cuadrado (Zadir Milla 25 de junio 2023) y con esta diagonal se forma otro cuadrado hasta tener una chakana compuesta por doce escalones hacia las cuatro direcciones, señalando lo alto, lo bajo, la unión del ser humano con los niveles espirituales. Es decir une los tres mundos: el hanan pacha, el kay pacha y el ukhu pacha, custodiado cada pacha por tres animales: el cóndor, el puma y el amaru.
A esta línea longitudinal lo llamaron Ch’eqaluwa, que significa lo verdadero (C.Milla, 2023). De este puente sale una matemática andina basada en una comunidad de cuatro estrellas. En base al principio geométrico se arma una matemática construida con una lógica polivalente y la geometría fractal. Por tanto, la chakana es el arquetipo “cuatro”, el cuadrado y la Cruz Cuadrada, que fueron matrices de la construcción arquitectónica en Tiyawanaku, así lo demuestran las investigaciones de Elena Sholten en el Cuzco, Carlos Milla Villena y posteriormente Javier Tapia; matriz que se expandió desde los Andes hasta la Amazonía, llegando su influencia también hasta el Centro de Abya Yala (F. Huanakuni).
La Cruz Cuadrada es una figura geométrica utilizada como símbolo de los conceptos filosóficos, espirituales y matemáticos en el mundo andino. Y esto nos lleva a reconocer que los andinos tuvieron conocimientos de ingeniería y astronomía extraordinarios y realizaron geodesia hace más de 5000 años (C. Milla). Estos conocimientos han quedado plasmados en muchos templos, instrumentos, esculturas, pinturas, cerámicas, tejidos y otras piezas encontradas; existe un geoglifo de la constelación o chakana en el desierto de Chaw en Perú que tiene 6000 años de antigüedad.
La influencia del signo escalonado se puede encontrar por toda Abya Yala, en México, en los monumentos mayas e incluso en la ornamentación de los pueblos ancestrales del norte de Abya Yala. Lo escalonado y lo ajedrezado de la Cruz Cuadrada son una constante en el arte y las construcciones del mundo andino. Así también se han encontrado textiles y objetos en el volcán Llullaillaco, en el norte argentino, que nos muestran que el concepto ajedrezado era usual entre los símbolos ancestrales. La wiphala es uno de los símbolos bajo ese concepto ajedrezado y es una cuarta parte de esta estructura total cuando unimos cuatro wiphalas podemos encontrar el cuadrado, la Cruz Andina, la Chakana (F. Huanakuni); arquetipos de nuestra arquitectura, arte, filosofía, componentes de la cosmovisión andina.
La posición de la chakana en la esfera celeste en cada momento del año es precisa y de ella obtenemos toda la información para saber las épocas agrícolas, es decir en qué momento es preciso y bueno realizar las actividades tanto externas como en el universo interior. Ordena la expresión de un calendario mostrando que el espacio y el tiempo son una unidad inseparable. La chakana es lo que unifica todo, el orden ceremonial que no tiene arriba ni abajo, ni un antes ni un después, simplemente va sucediendo y recorriendo el camino trazado por los astros.
Recorrer este camino nos ayuda comprender que los humanos somos parte de él, al comprender esto, podemos movernos dentro de nuestra existencia practicando los valores humanos: aprender a HACER (allinta ruray), aprender a SER (allinta munay), aprender a APRENDER (allinta yachay), sabiendo que el medio ambiente en donde vivimos está en línea con el cosmos.
Asimismo la chakana, en lo geográfico, representa las cuatro regiones del Tawantinsuyu. Siendo una regidora del mundo ha permitido organizar su sistema social proporcionando el sentido de comunidad, de trabajo en grupo, de coordinación, de colectividad, de reciprocidad; ha sido y es la guía para los caminantes del altiplano, marcando la dirección Sur. Según una leyenda, Tunupa y Sumaya (F. Huanakuni) peregrinaron hacia el sur por esta ruta orientados por la Chakana.[1]
Celebración de la Cruz Andina
Por todos elementos señalados, la Cruz del Sur han sido reverenciados ancestralmente y continúa siéndolo. Es venerada en todos los países, Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. Para el mundo andino, el mes de mayo está marcado por la Constelación de la Cruz del Sur, se encuentra en su punto más alto y vertical en nuestro cielo, está en el cenit, esta posición anuncia la época de la cosecha, el inicio de un nuevo ciclo vital, la renovación de la vida.
Se celebra en el mes de mayo, principalmente el 3 de mayo, cuando su eje mayor se yergue verticalmente, justo en los primeros días de mayo, a la media noche, cuando la Constelación de la Cruz del Sur adquiere la armónica forma de una cruz perfecta en posición central, es decir forma una magistral armonía entre su eje vertical y horizontal formando una cruz perfecta. Esta fecha oscila entre el 2 y 5 de mayo. Por ello el día 3 se celebra su presencia en la cumbre de las montañas y cerros.
Nuestrxs mayores subían a los cerros donde estaban los centros astronómicos ceremoniales o wakas, ubicados en la cima de las montañas; allí se ofrenda para recoger la última cosecha del año solar que termina en junio en el hemisferio sur, lo cual corresponde también a la cosecha del espíritu, la evaluación de todas las cosas realizadas. Con esta celebración se da fin a la cosecha material y se inicia un nuevo ciclo vital. Por eso se agradece por lo recibido y se da espacio para un nuevo ciclo que comienza en junio.
También es el comienzo de un tiempo de reflexión y análisis a nivel espiritual mientras la Madre Tierra descansa. El día 3 es el momento de recordar a los ancestros, honrar su memoria, solicitar sus enseñanzas y mensajes, son días importante para potenciar las propiedades medicinales de las yerbas, porque “el cielo está bajando a la tierra y los seres humanos, llegamos a ser los puentes para canalizar esta energía, puentes entre el cielo y la tierra, los chakarunas, que se inician en esta época, que es previo a la celebración de Iniciación con el Agua en Qoyllor r’iti y previo al Solsticio de Invierno, el gran Inti Raymi” (KAWSAYPAQ/ 2024).
En conclusión, la Cruz del Sur es el fundamento del conocimiento espiritual, filosófico, matemático, organizacional de principios y valores y de trabajos, dándole sentido al sistema de mingas y el ayni. Es la conexión o puente entre los mundos material y espiritual recordándonos el cuidado de la Pachamamita para vivir en armonía. Y finalmente, se dice que las dos líneas de la Cruz del Sur se cruzan a la altura del corazón del ser humano y se muestran los primeros opuestos: masculino y femenino que dan lugar a la creación. Es tan arraigada esta celebración que pese a la dominación religiosa las comunidades continúan festejando las cruces casi todo el mes de mayo.
[1] Tunupa y Sumaya nos invitan a reorientarnos, a retomar nuestro sur siguiendo los conocimientos de la Cuz del Sur después de haber permanecido mucho tiempo mirando y valorando el norte, “totalmente norteados”, para retomar nuestro propio camino y propio horizonte.
Portada: Foto tomada de www.jujuydice.com.ar
Nativa de Saraguro. pertenece a la nacionalidad Kichwa. Estudió en Zamora en la Escuela de Líderes. Cursó estudios universitarios en Cuenca. Es abogada, tiene estudios en lengua y literatura, es magister de Estudios de la Cultura y un Diplomado en Educación Intercultural Bilingüe. Maestra de secundaria y educación superior, investigadora. Ha publicado varias obras, así como artículos en revistas y periódicos. Ha desempeñado varios cargos vinculados a Educación Bilingüe. Es conductora del programa Ñukanchik llata Kashpa (Nuestra identidad) en la Radio comunitaria de Saraguro “KIPA RADIO”, FM 91.3.