Foto de Ivan Samkov en Pexels
Mi entrada de esta semana al blog tal vez resultará teórica, pero intentaré complementarla con ejemplos reales, coyunturales y cercanos que permitan ilustrar de mejor manera el punto al que se quiere llegar.
En comunicación, existe un concepto al que se lo conoce como caja china. A breves rasgos, la caja china consiste en una distracción difundida por los medios de comunicación; se desvía la atención del público de una noticia que puede resultar problemática para el poder, y posa los ojos de la ciudadanía en otra noticia, tal vez más curiosa y morbosa, pero que tendrá un menor impacto en la realidad socioeconómica, política y cultural de la sociedad.
Existen algunas películas que retratan a la perfección la caja china, como por ejemplo Wag the Dog, una película norteamericana en la que el presidente de EEUU, enfrentado a un escándalo poco antes de una elección, contrata un equipo de comunicación para que se invente una guerra contra Albania, y así desviar la atención de los ciudadanos.
Sin embargo, la herramienta de la caja china no es exclusiva del cine y de la ficción, para nada. Los gobiernos suelen recurrir constantemente a ella para salir de apuros, así como para evitar el escrutinio y el potencial descontento popular. Ecuador no es la excepción a la regla.
Sin ir muy lejos, quiero recordar el debate que se generó en redes sociales por las declaraciones donde el presidente Guillermo Lasso afirmó que el C.S Emelec no había cancelado un crédito que mantenía con el Estado, y señaló el fanatismo que el ex-presidente Correa sentía por el equipo eléctrico. Lasso lanzó esas declaraciones el mismo día en que se había llamado a distintos gremios (agricultores, profesores y trabajadores) a una jornada de movilización.
Con esa declaración, el enfoque noticioso y el debate ciudadano dieron un giro considerable. Las manifestaciones pasaron casi desapercibidas porque los medios de comunicación daban más preponderancia a la supuesta deuda del Emelec, y porque la conversación en redes sociales se centró también en el fútbol. La caja china de Lasso funcionó, el debate se alejó de las movilizaciones y los gremios, y se centró en el clivaje correísmo-anticorreísmo; así también, apeló a la pasión futbolera de nuestro país, pues rápidamente uno de los ejes de conflicto en esos días fue entre emelecistas, barcelonistas, liguistas, y demás.
Claro, cuando uno es parte del gobierno o del poder, para aplicar la caja china beneficia mucho tener el beneplácito y la cobertura mediática de los canales de televisión, las emisoras de radio, los periódicos y los medios digitales. En ese sentido, puede decirse que el presidente Guillermo Lasso suele tener a los medios de comunicación de su lado, o al menos, lo suficiente para que las cajas chinas de su gobierno funcionen.
Aquí, quiero hacer mención a otro término teórico de la comunicación muy relacionado con la caja china, la teoría del agenda setting. De la forma más resumida posible, esta teoría afirma que los medios de comunicación determinan los temas sobre los que la sociedad conversa y los temas que le van a importar. Bernard Cohen lo resumía en 1963 al afirmar que los medios no nos dicen qué pensar, pero si nos dicen sobre qué temas pensar.
Los efectos de agenda setting, a pesar de ser una teoría formulada hace más de medio siglo, todavía están presentes en la contemporaneidad. Uno de los últimos ejemplos más claros que se me ocurren tiene que ver con el debate en redes sobre la universidad de Yachay; durante una semana por lo menos, fue normal ver cómo algunas personas defendían el proyecto de Yachay y sus resultados, mientras que otros criticaban el gasto realizado y lo sumaban a la lista de elefantes blancos del correísmo.
¿De dónde nació el debate sobre esta universidad? El boom del conflicto surge de un reportaje publicado por La Posta, donde se recorría el campus de esta universidad y se mostraban las condiciones en las que se encontraba. Sesgo, bilis anticorreísta y poca rigurosidad periodística aparte, aquí vemos un ejemplo de agenda setting aplicado sobre el pueblo ecuatoriano.
Entonces, ¿qué obtenemos cuando se aplican la teoría de agenda setting y la herramienta de la caja china? La respuesta es larga, amplia, y materia de otra entrada al blog; pero, de la forma más resumida, podemos ver cómo, desde las teorías de la comunicación, se lleva la conversación y el interés ciudadano hacia los ejes de conflicto que le convienen al poder de turno y no se abordan los cuestiones estructurales y funcionales de nuestras sociedad; ignorando en el proceso nuestra precaria realidad socioeconómica y las dificultades del pueblo.
Comunicador Social graduado por la Universidad del Azuay en el año 2020; apasionado desde pequeño por el periodismo, la política y las temáticas sociales. Orgullosamente latino, ha tenido la oportunidad de vivir en países como Brasil y Chile, además de su natal Ecuador. Inquisitivo y crítico, gusta de hacer trabajo periodístico que combina la fotografía y la escritura.