Cuenca. Miércoles 21 de septiembre, 16:00. Marco al celular del escritor Eliecer Cárdenas Espinoza y le pido una segunda entrevista sobre mi abuelo, el fotoperiodista Vicente Tello Tapia, sobre quien preparo un fotolibro.
Jueves 22, 10:00. En el dintel de la puerta, un letrero identifica la oficina del segundo piso en pleno Centro Histórico: “Dr. Eliécer Cárdenas E.”. Entro a ese generoso espacio y lo encuentro leyendo tras un escritorio pequeño sobre el cual esperan libros y documentos en un desorden propio del literato constante e incansable.
– ¿Cuál fue el trabajo que realizaron usted y Vicente Tello en el desastre de La Josefina?
“En el desastre de La Josefina yo era redactor en diario El Tiempo y Vichi Vicente era el cronista gráfico del periódico; con otros compañeros y Vicente fuimos a cubrir para una serie de reportajes sobre el derrumbe, la evacuación, los trabajos de emergencia, la lenta subida del agua por el represamiento, incluso después cuando gracias a un misil explotó todo ese represamiento artificial.”
Sobre un elegante buso color café, el escritor se acomoda la mascarilla azul con frecuencia mientras intenta recordar al detalle. Habla muy rápido. “A veces Vicente iba solo, captó gráficamente toda la demolición del desastre con sus consecuencias, la cuestión de los damnificados, el establecimiento de carpas, campamentos provisionales y luego incluso después la rehabilitación de los caseríos destruidos en las zonas de El Descanso, Paute, en los alrededores del cerro Tamuga; procedió a dar una valiosa documentación respecto al desastre de La Josefina.”
El ultimo viernes antes de que inicie el confinamiento por la pandemia del COVID19 nos encontramos con Eliécer por primera vez. El autor de Polvo y Ceniza tenía su oficina en la calle Luis Cordero y Honorato Vázquez y en esa ocasión la cita fue para reunir información para mi tesis universitaria: la biografía de Vicente Tello Tapia.
Me pidió que regresara si necesitaba más información, así que -sin saberlo- nos vimos tres días antes de su muerte.
– Una de las cualidades de Vicente Tello es su calidad humana, ¿usted lo recuerda así?
“Vicente era un hombre muy bueno, hacia gestiones con gente que le conocía mucho en Cuenca… en esa época hablaba con Monseñor Alberto Luna, con el gobernador, con amigos particulares a fin de canalizar ayuda, alimentos, productos no perecibles, carpas etc.”
Enfático, el “poeta”, como lo llamaba mi abuelo, asegura que Vicente iba mucho más allá del mero trabajo periodístico. “Siempre era muy amigo de los sectores populares, se apartaba de los grupos periodísticos e iba más bien a conversar no en el plan de periodista sino como amigo”, rememora Cárdenas.
Subraya que “Don Vichi” siempre pedía permiso para captar una toma. “En circunstancias normales tomaba las fotos, pero cuando había desastre de por medio siempre tenía la delicadeza de solicitar permiso”, dice con un tufo de candor y en seguida pienso: tal para cual, cada uno sensible en su arte.
– ¿Y sobre accidentes aéreos?
“Bueno, con Vicente estuvimos muchos años en El Tiempo, y recuerdo cuando uno de los aviones de TAME fue localizado en la zona del Puyo, fuimos a captar las fotografías del avión que había sido ya desvalijado; estuvimos varios días…”
La charla, entretenida en labios de un narrador que traspasó fronteras, navegó por la pobreza, las huelgas de setentas y ochentas, pseudo guerras con el Perú, y hasta ocasionales accidentes de tránsito.
“Vicente era un hombre que le gustaba, le gustaba mucho cubrir gráficamente los reportajes, ilustro la información diaria más importante de la ciudad… era muy amigo de sacar fotos de tipo social a fin de que las autoridades, las instituciones y la ciudadanía ayuden a estas personas que a veces por alguna situación habían quedado en desamparo.”
Domingo 26 de septiembre, 11:53. Mientras me preparaba para salir de casa, abro mis redes sociales y me sorprende la noticia de su muerte. Sin palabras, repaso por la mente el recuerdo de Eliécer tras su escritorio tres días atrás, mientras lo entrevistaba.
Pienso que lo admiro por su trayectoria, que era muy grato estar en su oficina y conversar sobre su trabajo con mi abuelo Vicente. Enseguida el impulso: redactar la entrevista de nuestro último encuentro.
Portada: Foto de Eliécer Cárdenas, tomada por don Vicente Tello.
Artículo cortesía de:
Malena Tello: Licenciada en Comunicación Social graduada en la Universidad Politécnica Salesiana. Actualmente se encuentra preparando un fotolibro sobre su abuelo Vicente Tello.