En los momentos de tensión y en aquellos en los que somos interpelados, aflora como en realidad somos, si no hay autoestima, inteligencia emocional y una buena dosis de humildad, se potencian las inseguridades, los complejos, se infla el ego y en consecuencia se actúa.
El que se enoja pierde. Esa frase la hemos escuchado y repetido innumerables veces y, es verdad. Mucho se puede perder frente al enojo justificado o no, como “los papeles”, la compostura, la objetividad, la confianza, los votos.
El miedo a perder los votos en la próxima elección –en la que ha dicho con soberbia que se reelegirá-, ha hecho que el alcalde Zamora grabe un video en una postura, tono e inflexiones de voz impostados, pretendiendo con eso borrar la mala impresión que solito ha implantado en la mente y ánimo de los cuencanos y peor aún en los votantes del cantón que es lo que le preocupa.
La mayoría habrá leído, escuchado y mirado los videos en los que se ve a Zamora fuera de sí, o quizá más bien mostrando su verdadera esencia, cuando acude a parroquias rurales a defender la reforma a laOrdenanza que Regula el Uso, Gestión y Aprovechamiento del Suelo Urbano y Rural, y Actualiza elPlan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PDOT) y laSanción del Plan de Uso y Gestión del Suelo (PUGS).
Nadie dice que si hay convencimiento de algo, si se cree tener la razón, si los procedimientos han sido los correctos, no se pueda informar y defender con vehemencia; si hay bulla, murmullos, sonidos o ruidos distractores, por supuesto que se puede levantar la voz para ser escuchado, lo que no cabe es que se gritonee a unos y otros porque le reclamen o le pidan explicaciones, pues los servidores públicos –y eso es el alcalde- están obligados a dar información y atender a sus mandantes, a las personas a las que deben servir.
Nada justifica el maltrato y los malos modos, ni siquiera gozar de amplio respaldo popular, cosa que no pasa con Zamora, aunque él mismo y sus acólitos crean o fabriquen ilusiones al respecto.
Aquí un refrescamiento de la memoria, en febrero 14 de 2023, conocidos los resultados de las elecciones seccionales, en este mismo espacio me referí a los números de las mismas, haciendo un llamado a los elegidos a darse un baño de humildad, teniendo en cuenta la poca popularidad con la que llegaban a los cargos, estas fueron las cifras puras y duras: “Total de convocados en la ciudad de Cuenca: 448.640; total de votantes: 349.688; ausentismo: 98.952; blancos: 16.365; nulos: 43.430; total de votos válidos 289.757. El alcalde electo alcanza una votación de 53.851, lo que representa el 18,58% de los votos válidos, el 15,40% de los votos emitidos; y, el 12,00% del total del padrón electoral. Los votos nulos y blancos suman 59.795 – 17,10% del total de votos emitidos y 13,33% del padrón; el ausentismo por su parte representa el 21,99% del padrón electoral.”
Desde el inicio de la gestión, ha dado muestras de su temperamento y de su envanecimiento, en marzo de 2024, rechazando acusaciones de nepotismo en su gestión, sintiendo lesionado su honor, dijo que “hará respetar el honor de todos los cuencanos”, sin darse cuenta que el reclamo se dirigía solo a él. A mediados del mismo año se difundieron contenidos publicitarios en los que se atribuía generar el sentimiento de orgullo entre los cuencanos, ¡qué tal!; ahora hay otras publicidades en que dice que está “transformando” Cuenca ¿?.
Espectáculos bochornosos –un término que le gusta- ha protagonizado en las últimas semanas. No ha podido explicar ni justificar las disposiciones de la ordenanza por la que los habitantes de las parroquias rurales protestan. Ha mandado a callar a quien con razón le reclama. A carajeado reiteradamente para enfatizar que él si hace cosas. Ha salido casi huyendo cuando no ha podido convencer de que no hay responsabilidad suya ni del Concejo Municipal. Ha dicho que va a hacer gestiones ante la Asamblea para que cambien la ley –atribución que no tiene- y ha endosado como disposición de la Contraloría el cobro de la Comisión de Mejoras para el sector rural, lo que ha sido señalado como erróneo por el organismo de control.
Ni la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, Uso y Gestión del Suelo, ni el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomías y Descentralización, establecen cuál debe ser el lote mínimo para construcción, esa es responsabilidad del GAD Municipal, así como las multas que se impongan por el incumplimiento. La primera de las leyes nombradas establece infracciones leves y graves y un rango económico para la sanción en unos casos y otros, sin señalar en específico cuáles son esas infracciones.
En lo legal, le falta asesoramiento adecuado.
En la gestión, apegarse a la verdad, actuar con ponderación, y si no es mucho pedir, que lo haga con eficacia, eficiencia, pulcritud, bajo parámetros técnicos que respalden las decisiones, siendo austero en lo superfluo…
Las actuaciones del alcalde de Cuenca, lo retratan de cuerpo entero, el video del 23 de mayo, en el que aparece ponderado y tranquilo, sujetándose al guion, no borraran lo que ya hemos visto y han padecido los que se han “atrevido” a cuestionarlo.
Las autoridades de elección popular o designadas, deben saber y si no, aprender a procesar las críticas, no pueden actuar como “brabucones”, porque el que se enoja pierde, sin duda Zamora ya perdió.
Portada: imagen tomada de: https://www.elmercurio.com/

Mujer estudiosa y analítica, lectora atenta y escritora novel. Doctora en Jurisprudencia y Abogada – Universidad de Cuenca, Máster en Gestión de Centros y Servicios de Salud – Universidad de Barcelona, Diplomado Superior en Economía de la Salud y Gestión de la Reforma – Universidad Central del Ecuador. Docente de maestría en temas de políticas públicas y legislación sanitaria –Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en el área de vinculación con la sociedad, legislación relacionada con el adulto mayor – Universidad del Adulto Mayor. Profesional con amplia experiencia en los sectores público y privado, con énfasis en los ámbitos de legislación, normativa y gestión pública.