Ángel Vera
Cuando se planifica una operación militar se tienen en cuenta cuatro factores: Misión, Enemigo, Tiempo y Terreno (METT) y para el caso de la emboscada ocurrida en Punino, provincia de Orellana, con la muerte de once soldados que ingresaban a la zona selvática, precisamente para operativos antiminería ilegal, no solo que falló todo.
Resulta que quien sabía cuántos militares eran, hasta quiénes eran y por dónde iban a llegar, era el enemigo, que les preparó una “emboscada en ele” según reconoció el propio comandante general del Ejército, lo que indica que el ataque fue de ida y de regreso. Así, sufrieron las peores consecuencias en una sola acción bélica, acaso mayores al Miércoles Negro de la Guerra del Cenepa con el Perú, cuando en El Maizal, murieron siete aspirantes del curso de soldados, más siete heridos.
Los soldados del Ejército caídos en Punino eran del Grupo Reconocimiento Recón, por lo que se pierde una tropa y oficiales calificados. Y sí, hay un problema gravísimo, pues se revelan graves fallas de inteligencia y manejo de la información.
El comandante general reconoce que la fuga de datos pudo salir de cualquier parte, pues se los comparte hasta con la Agencia de Control Minero (Arcom). De ser lo contrario, sería de temer que por el nivel de infiltración de la narcomafia, tengan hasta copia certificada del llamado “Plan Fénix”.
… Los autores del ataque, según los militares serían efectivos del grupo narcoparamilitar Comandos de la Frontera, Ex-FARC de Colombia, lo que nos deja peor porque se ve que están operando decenas de kilómetros frontera adentro, una prueba de nuestra gran debilidad para controlarlos y, acaso, de otra:
La necesidad de replantear la doctrina militar con que se forma a nuestras tropas y oficiales de mando ya que, por fuerza de las circunstancias, las Fuerzas Armadas se ven compelidas ya no a enfrentar en el terreno a soldados de otro país, sino una guerra asimétrica con armados bien entrenados, bien equipados, pero sin doctrina, sin principios militares, que no obedecen a nadie conocido y tienen como única regla de combate la aniquilación. Eso los hace más peligrosos.
Será entonces que la preparación y entrenamiento de nuestras fuerzas militares tenga que reforzarse en la guerra irregular, en la pesadilla que ha vivido Colombia por sesenta años… Las fuerzas militares deben saberse respetadas y respaldadas por la población civil, para que, con el respaldo y en el marco de la Ley, cumplan su trabajo. (O)
Portada: foto tomada de https://n9.cl/t2gr8

Periodista, comunicador social, abogado. Hoy, independiente. Laboré 27 años en medios locales como editor, redactor y reportero. Diarios El Mercurio, La Tarde y El Tiempo; revista Tres de Noviembre del Concejo Cantonal de Cuenca; radios El Mercurio, Cuenca y América.