Decía en un artículo anterior que nos hacen falta bibliotecas públicas y de acceso público, sin saber que había una de las más importantes de nuestro país en peligro.
Cuando me enteré de la sinrazón que implica menguar hasta el extremo de lo absurdo, los recursos asignados por ley a la Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinoza Pólit (BEAEP), vino a mi memoria la frase con la que Carlos Ruiz Zafón inicia su novela La Sombra del Viento, cuyo primer título reza El cementerio de los libros olvidados.
Imaginé – como si se tratara de una película de horror- que al realizar un recorte de presupuesto tan brutal, la BEAEP puede correr el peligro de convertirse en un cementerio de los libros a los que nadie podrá acercarse, transformándolos en objetos olvidados y que perderán parte de su alma al no volver a ser leídos – Ruíz Zafón dice que “Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él”-.
El 24 de enero de 1995, se publica en el Suplemento del Registro Oficial 618 la Ley de la Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit, en su cuarto considerando establece que, la partida asignada en esa época no alcanzaba a cubrir las necesidades elementales – lo que se le ha entregado en diciembre de 2021 tampoco alcanza-, a pesar de los trascendentales servicios prestados a la cultura desde 1961, por lo que dispone en el artículo 4 que, “A partir de 1995, la partida asignada en el Presupuesto General del Estado en beneficio de la Biblioteca Ecuatoriana “Aurelio Espinosa Pólit”, no será inferior al equivalente a mil quinientos (1500) salarios mínimos vitales generales.” Es decir, la ley establece que no podrá asignarse y obviamente transferirse para ser utilizada menos de esa cantidad.
La asignación de recursos, se basa en la necesidad de contribuir a precautelar la existencia y la misión de la que fue declarada Institución de Interés Nacional, constituyéndola en la Biblioteca Archivo del Depósito Legal del Libro y Publicación ecuatorianos, es decir el tema no es menor.
Transferir los recursos asignados por ley es obligación de las instituciones responsables, Ministerio de Cultura y Patrimonio y Ministerio de Economía y Finanzas, pero esa acción debe ser oportuna y completa, para que se los pueda ejecutar y así atender las necesidades institucionales. Entregar en el 2021, recién el 7 de diciembre y únicamente un 32% (USD$ 194.488,58) de lo que corresponde, no es solo una burla sino una afrenta a la educación y la cultura nacional.
No se puede entender el accionar de los responsables en el Ministerio de Cultura, no se puede entender que desde el ente rector de la cultura en el Ecuador, se ataque y se menosprecie el acervo y la memoria cultural que reposa en la BEAEP.
Buscando una explicación para lo que está pasando, surgen entre otras algunas preguntas: ¿Será que quienes toman las decisiones no conocen la Biblioteca y sus necesidades? ¿No conocen la ley? ¿No saben de la importancia de la cultura y la memoria histórica? ¿No saben de la importancia de las bibliotecas, los libros y los documentos en general? Parece un absurdo formular estas interrogantes, pero ante el absurdo mayor, caben.
Contar con una institución como la BEAEP, hace pensar –con las distancias que corresponden- en la Biblioteca de Alejandría, en la que Alejandro Magno pretendía tener todos los libros existentes en el mundo de la época. En la nuestra se guardan – deberían guardarse- todos los publicados en el Ecuador, pues la ley establece que todos los editores de libros, folletos y periódicos están obligados a entregar dos ejemplares de cada publicación a la Biblioteca – Archivo “Aurelio Espinosa Pólit”.
Las bibliotecas nos salvan del olvido, nos permiten acercarnos, conocer, aprender, aprehender, volver, repetir, descubrir, leer y releer, emocionarnos con cada relato, con cada obra, con cada encuentro. Las bibliotecas, independientemente de los libros que albergan, nos ayudan a pensar. Son además espacios mágicos, en los que podemos explorar, transitar a nuestro aire, con la parsimonia o las urgencias del momento. Entre sus pasillos, estantes y libros se construyen otras historias que nos permiten crecer como humanos.
Hoy protestamos y defendemos el derecho al acceso a la cultura y la memoria histórica, representados en la Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinoza Pólit, en el futuro tal vez debamos hacerlo por otras, ojalá que no.
Portada: Imagen tomada de http://www.jesuitas.ec/fundacion-biblioteca-ecuatoriana-aurelio-espinosa-polit-fbeaep/
Mujer estudiosa y analítica, lectora atenta y escritora novel. Doctora en Jurisprudencia y Abogada – Universidad de Cuenca, Máster en Gestión de Centros y Servicios de Salud – Universidad de Barcelona, Diplomado Superior en Economía de la Salud y Gestión de la Reforma – Universidad Central del Ecuador. Docente de maestría en temas de políticas públicas y legislación sanitaria –Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en el área de vinculación con la sociedad, legislación relacionada con el adulto mayor – Universidad del Adulto Mayor. Profesional con amplia experiencia en los sectores público y privado, con énfasis en los ámbitos de legislación, normativa y gestión pública.