El diagnóstico está hace rato.
Los problemas del Sistema Nacional de Salud son estructurales.
No hay falta de normas, tenemos la Constitución, la Ley Orgánica del Sistema Nacional de Salud; Ley Orgánica de Salud; Ley de Derechos y Amparo del Paciente; Ley Orgánica de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células; Ley Orgánica de Salud Mental; Ley Orgánica de Discapacidades; Ley Orgánica que Regula la Interrupción Voluntaria del Embarazo para Niñas, Adolescentes y Mujeres en caso de violación; Ley Orgánica para la Regulación y Control del Tabaco; Ley de Seguridad Social; Ley Orgánica que regula a las compañías que financien servicios de atención integral de salud prepagada y a las de seguros que oferten cobertura de seguros de asistencia médica; Ley Orgánica del Sistema Nacional de Contratación Pública; Ley Orgánica de Carrera Sanitaria; Ley Orgánica del Servicio Público; Código del Trabajo; Ley de la Federación Médica Ecuatoriana, y si seguimos buscando encontraremos otras que directa o indirectamente inciden en el accionar de salud.
Hay normativa técnica: decretos, acuerdos ministeriales, resoluciones; hay planes, programas, proyectos, estrategias.
Existen políticas: Plan Nacional de Desarrollo, Plan Decenal de Salud.
Entonces ¿Qué pasa?
La crisis es enorme, casi todos los días hay eventos desastrosos, traumáticos, terribles que atentan contra los pacientes y sus familias.
Desde el 18 de noviembre no hay Ministro de Salud, en Decreto Ejecutivo 222, el Presidente Noboa, encarga las funciones de máxima autoridad del Ministerio de Salud Pública a la Vicepresidenta de la República. En los dos años que Noboa está en el poder, han pasado por la cartera de Estado cinco ministros, de los que casi nadie se acuerda, sus nombres se suman a la lista de los ex; y, parece que no hay más a quien nombrar.
En la presidencia del Consejo Directivo del IESS –el otro gran prestador público de salud- ya van tres, desde que Noboa es Presidente.
¿Qué pasa?
Mucho se puede especular, que el gobierno no tiene gente, que profesionales de valía no quieren aceptar el cargo, que no se da la importancia que salud merece, que se quiere acabar con los servicios públicos de salud, que hay boicot al interior de las instituciones, etc. etc. etc.
No podemos seguir así, la población necesita respuestas, los servicios condiciones adecuadas para cumplir con su labor.
Hay que tomar las cosas en serio. Urgen decisiones.
Lo que pasa en salud ha ido de mal a peor, sin duda hay malos elementos en el MSP y en el IESS, pero también profesionales y personal con compromiso que solventan como pueden las deficiencias con las que se encuentran.
No son fáciles las soluciones, hay demasiado que corregir, mucho que cambiar y otro tanto que transformar, pero no cabe seguir esperando, se debe empezar ya, para mañana es tarde.
El MSP es uno de los ministerios más grandes a nivel nacional, tiene más de 84.600 servidores en nómina, a nivel central: 2 viceministerios, 6 subsecretarías, 4 coordinaciones generales, 42 direcciones nacionales, 2 agencias de regulación y control, 3 institutos, 1 secretaría técnica de fijación y revisión de precios de medicamentos, 1 dirección de auditoría interna (información tomada de la página web del MSP). Veo esto y me pregunto ¿hace falta tanto? ¿Cómo coordinan 42 direcciones?, ¿Cómo coordinan con las coordinaciones zonales? ¿Cómo las coordinaciones zonales dan respuesta a los requerimientos de tantas instancias del nivel central? Viendo esto me pregunto y busco información para identificar cuántos de los casi 85.000 servidores, son personal de atención a los pacientes, pero no encuentro esos datos. No me cabe duda que este es uno de los temas que se deben revisar y modificar.
Es urgente que se elabore y se implemente el sistema nacional de información en salud, así en singular, que permita contar con información completa, oportuna, pertinente, suficiente, confiable, si no existe seguiremos dando tumbos, pues sin información con las características señaladas, no se puede hacer una adecuada planificación, no podrá funcionar la Red Pública Integral de Salud, no hay manera de saber que efectivamente hay en el sistema y que es lo que falta.
Sin duda el tema de contratación pública es otro talón de Aquiles, no responde a las necesidades de provisión, ha sido incapaz de controlar la corrupción.
Hay que fortalecer el primer nivel de atención, potenciar o repotenciar la capacidad de las unidades de mayor complejidad…
Se debe acabar con el pernicioso centralismo y fortalecer la rectoría y las funciones de normativa, vigilancia y control del Ministerio de Salud Pública; y, DESCONCENTRAR.
Todo lo que se tiene que hacer en el sector salud es urgente, hay que comenzar por lo crítico, pero sin pausa avanzar en todos los frentes.
La causa de la salud debería ser nacional.
Seguiremos levantando la voz.
Portada: imagen tomada de https://www.lampadia.com/
Mujer estudiosa y analítica, lectora atenta y escritora novel. Doctora en Jurisprudencia y Abogada – Universidad de Cuenca, Máster en Gestión de Centros y Servicios de Salud – Universidad de Barcelona, Diplomado Superior en Economía de la Salud y Gestión de la Reforma – Universidad Central del Ecuador. Docente de maestría en temas de políticas públicas y legislación sanitaria –Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en el área de vinculación con la sociedad, legislación relacionada con el adulto mayor – Universidad del Adulto Mayor. Profesional con amplia experiencia en los sectores público y privado, con énfasis en los ámbitos de legislación, normativa y gestión pública.