He intentado, desde un punto de vista lo más objetivo y técnico posible, el documentar aquellos puntos de la construcción de la ciclovía de Cuenca, donde existen problemas ambientales de diversa naturaleza y gravedad. Aclaro desde ya que no estoy en contra de la construcción de la ciclovía, pues la considero una obra importante que provee de una alternativa viable de movilidad. Sin embargo, es necesario ejecutarla prestando la mayor atención posible a sus impactos, puesto que se encuentra nada menos que a las orillas del río Yanuncay (Uno de los ríos más emblemáticos de la ciudad de Cuenca). “Cuando los árboles crecen en grupos, sus raíces se entrelazan de tal forma que generan injertos naturales de raíz generando una increíble interconexión subterráneamente. Las raíces de los árboles presentan un gran desarrollo. Poseen la capacidad de extenderse amplia y radialmente en cualquier dirección, frecuentemente por grandes distancias. El tener un sistema radicular extenso le permite mantener la estabilidad y abastecerse de agua y nutrientes, lo cual le exige al árbol establecer una íntima relación con el suelo que lo sostiene y lo rodea. Esto sólo puede llevarse a cabo a través de la producción de delgadas raíces (pelos) que amplían considerablemente el volumen de interacción raíz/suelo” (Rizzardi S., Terra Mundus V.5 N.1, Jul-Dic, 2019) . El diámetro y profundidad de las raíces de los árboles se ven influenciados por la calidad del suelo y la resistencia física. En las orillas de los ríos de Cuenca, las raíces pueden alcanzar hasta dos metros de profundidad y expandirse hasta 7 metros desde el eje principal. Esto se debe a que tienen una abundante provisión de agua y nutrientes provistos por la presencia de sistemas hídricos que recorren las orillas a diversas profundidades. Es necesario entender que si las raíces más importantes (diámetro mayor a 20 cm) son cortadas dentro de la zona de riesgo, se puede comprometer seriamente la estabilidad del árbol, pudiendo causar la caída del árbol o simplemente, su muerte (Dobson, 1995). Las raíces de los árboles de ribera, constituyen un componente muy importante que brinde estabilidad al suelo dónde se encuentran y evita que dichas corrientes hídricas erosionen el suelo y lo hagan vulnerable al efecto de las crecientes de los ríos e inundaciones. En si, constituyen la primera línea de batalla para impedir las inundaciones. Con estos antecedentes, se presentan los siguientes casos.
Autor: Gustavo Morejón