Cuando estudiaba en la Universidad, en las manifestaciones de protesta contra el régimen de turno, se coreaba siempre una arenga dirigida en contra de quienes lo representaban, incluidas las fuerzas del orden:
¡Ahí están, esos son, los que joden la nación!
La he recordado estos días, luego del anuncio de la Fiscal General sobre el “Caso Purga”, al enterarnos quienes son los principales implicados.
Lo de los políticos, casi, casi, que no sorprende, aunque causa escozor, repulsión y rabia, pero lo que definitivamente no deja de asquear –al menos eso me pasa- es seguir descubriendo lo profundo de la podredumbre que invade a la otrora respetada Función Judicial.
Algunos dirán, que de que nos asombramos si siempre han existido jueces corruptos, lo cual es verdad, pero no en la dimensión actual, no eran tantos y menos miembros de la organización criminal como ahora aparecen. Hace algunos años –en el siglo pasado por ejemplo- eran los menos, hoy parece que la pirámide se ha invertido y casi hay que “buscar con palo de romero” a los honestos, a los que se merecen el alto cargo que ostentan.
Asquea y espeluzna saber que de los 12 detenidos, luego del allanamiento del lunes 4 de marzo en la madrugada, 7 son jueces, a 6 de ellos el Juez de la causa dictó prisión preventiva, a 1 arresto domiciliario, y a todos, otras medidas cautelares. De entre los judiciales vinculados una fue presidenta de la Corte Provincial del Guayas, se le acusa de ser una de las que encabezaba la estructura criminal, su nombre y el de los otros jueces no debe ser olvidado, ni deberíamos olvidar la de ninguno de los anteriores que han manchado no sólo a la administración de justicia, sino al país entero.
El delito que se imputa a estos individuos -que han sido juzgadores en múltiples causas-, es el de delincuencia organizada, para favorecer su interés particular e incluso el del narcotráfico -también esto tenemos que repetirlo ad infinitum, para que no se nos olvide lo que han hecho-.
Otro de los procesados es el ex asambleísta social cristiano, Pablo Muentes Alarcón, de quien se dice controlaba la función judicial en Guayas, que financió la campaña de Fabiola Gallardo para la presidencia de esa Corte, contratando para coordinarla a Mayra Salazar, vinculada también al caso Metástasis, a quien pagaba directamente y en efectivo. Esto también da la medida de lo bajo que se ha caído; a la presidencia de una corte provincial se debería acceder en mérito del trabajo realizado, de la capacidad de liderazgo y de la honestidad probada en actuaciones, entonces no hace falta y debería estar prohibido se haga campaña como si se tratará de una elección popular y no entre los pares. Fernando Villaviencio alertó en su momento sobre estos personajes
El “Caso Purga” recién comienza, seguirá mostrando la podredumbre e inundando de un olor nauseabundo a la Función Judicial. No son todos los jueces, ni todos los servidores judiciales, pero hay muchos que deben responder por sus actuaciones, además es necesario que se siga escarbando para que la purga sea aún más eficaz, pues los mencionados jueces tenían bajo su mando personal subalterno que debió estar al tanto de las actuaciones.
Casos como este, demuestran que los mecanismos de selección, control y seguimiento de los jueces no funcionan. Que la Función Judicial está no sólo en crisis sino herida de muerte. Es urgente hacer algo para recuperarla.
Se ha dicho que un país es viable si la justicia opera como debe, si los jueces aplican la ley, si son honestos en sus actuaciones y en su vida. Hay penalistas que sostienen que el combate al crimen y al crimen organizado no pasa por el endurecimiento de las penas necesariamente, sino por la certeza de que al delinquir o al irrespetar las leyes habrá castigo y consecuencias.
Pero con jueces y miembros del Consejo de la Judicatura como los que están detenidos por los casos Metástasis y Purga; otros que han concedido sin razón ni reflexión, acciones de protección, hábeas corpus en favor de delincuentes sentenciados o para librarlos de sanciones; o, han fallado en contra de prueba o sin pruebas a favor de la delincuencia organizada, poca o ninguna esperanza nos queda.
¡Ahí están, esos son, los que joden la nación!
La Fiscalía la ha iniciado, pero la purga debería extenderse a toda la Función Judicial para que en ella queden sólo los jueces y servidores probos, aunque eso implique casi vaciarla.
La purga debe extenderse a los profesionales del derecho, a las facultades que los forman, a la sociedad tolerante con los corruptos, pues si no cambian las cosas, no sólo serán esos los que jodan la nación.
Portada: imagen tomada de ecuavisa.com
Mujer estudiosa y analítica, lectora atenta y escritora novel. Doctora en Jurisprudencia y Abogada – Universidad de Cuenca, Máster en Gestión de Centros y Servicios de Salud – Universidad de Barcelona, Diplomado Superior en Economía de la Salud y Gestión de la Reforma – Universidad Central del Ecuador. Docente de maestría en temas de políticas públicas y legislación sanitaria –Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en el área de vinculación con la sociedad, legislación relacionada con el adulto mayor – Universidad del Adulto Mayor. Profesional con amplia experiencia en los sectores público y privado, con énfasis en los ámbitos de legislación, normativa y gestión pública.