Toda historia es única pues pertenece a quien la escribe, la historia de las ciudades y los países nos llega a través de las generaciones, la imaginación y conocimiento de quien la interpreta, es decir, hay tantas historias y personajes como el tiempo del planeta tierra y más allá; las ciudades se construyen a través de las tertulias, los libros, los datos y el conocimiento aproximado de los hechos.
Hay ciertas historias que se hunden en el olvido con las generaciones que dejan de existir, por ello vale la pena rescatarlas y visibilizarse ante la juventud; son historias contadas de boca en boca y que reposan, algunas de ellas, en los archivos históricos de las ciudades. Así, por ejemplo, ¿conoce usted quién construyó el colegio Benigno Malo, el actual Municipio donde funciona la alcaldía, las gradas de la Corte Suprema de Justicia en el centro histórico?
Los datos en el internet, en muchos casos, no son confiables, por lo tanto y antes que me olvide allá va el nombre del arquitecto que se atrevió a soñar y nos dejó algunos de los mejores edificios, algunos nominados para patrimonio de la humanidad.
Luis Felipe Donoso Barba nació en Quito en 1892 y falleció en 1970 contrajo matrimonio con María Regina Filomena Crespo Ordóñez y vivió una larga temporada en Cuenca (posiblemente mientras duró la construcción de las obras) y sus estudios los realizó en Bélgica.
El edificio del Colegio Benigno Malo (hoy caído en desgracia y convertido en la muestra más evidente de la decadencia cultural de la ciudad) fue diseñado en las colinas que rodeaban el centro y constituyó un hito pues su construcción de estilo renacentista y en un lugar insólito llamó la atención y el escándalo a los habitantes de comienzos del siglo XX además de que en aquellos tiempos no existía alcantarillado, agua potable y las calles no tenían adoquines.
Sin embargo, las empresas privadas apoyaron el proyecto (no debemos olvidar que existía la ética) y su financiamiento recayó sobre ellas.
En cuanto al palacete de influencia francesa, planificado para sede del Banco del Azuay, el cual llegó hasta a emitir moneda propia y hoy es la Alcaldía, debe quedar para otra conversación pues el arquitecto Donoso Barba utilizó el mármol travertino de las minas de Sayausí y lo coronó con una majestuosa cúpula imperial.
Lo dicho: las historias son desiguales y cada uno las cuenta según sus capacidades ya lo dijo, en una frase lapidaria, Aldous Huxley “Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia”
Definitivamente somos el producto de nuestra propia historia; de allí la importancia de la saudade y el reconocimiento de la identidad multicultural que nos habita.
Portada: foto tomada de www.facebook.com/CuencaPedacitODeCIELO
Poeta. Gestora cultural. Articulista de opinión. Ha recibido varios premios de poesía y al mérito laboral. Ha sido jurado en diversos certámenes nacionales e internacionales. Ha publicado diversas obras, así como Literatura infantil, Sus textos han sido traducidos a varios idiomas y figuran en diversas antologías nacionales y extranjeras.