¡No más tontos!, grito de la razón, fue la consigna con la que entre agosto de 1854 y febrero de 1958, Fray Vicente Solano, publicó el periódico “La Escoba”, una publicación irreverente y mordaz que pretendía “poner en su lugar” a los ignorantes de la ciudad de Cuenca.
Visto lo visto, ese grito sigue estando vigente, no sólo para Cuenca sino para el Ecuador y el Mundo.
Noventa y un años después –1949-, se vuelve a publicar “La Escoba”, con un editorial titulado “Resurrección”, de la mano de Gabriel Cevallos García, quien junto a otros diez insignes intelectuales, decidieron tomar la posta a Solano para con ironía, humor fino y grandes dosis de verdad, decir aquello que otros preferían callar o en el mejor de los casos murmurar. Frente a las críticas y escozores que en ocasiones causaban sus artículos, la respuesta era que “el único enemigo de la escoba es la basura”.
Nos han contado que “La Escoba” se publicaba cuándo les daba la gana, pero circulaba puntualmente a las 7:30 de la mañana de ese día en que debía salir y a los pocos minutos se agotaba. El último número circuló allá en enero de 1961, quienes pudieron disfrutar, en sus ejemplares originales, de la lectura de esta obra, fruto del intelecto y el humor morlaco, rememoran esos días y la experiencia con una franca sonrisa en su rostro, recordando “ñaupas tiempos”.
En 1980, Claudio Malo González publica la “Antología de La Escoba”, en la que pone a disposición, la recopilación de los semanarios antes publicados, antología que se reedita en 1993, de esas ediciones no queda ni un solo ejemplar. Ojalá como proponía la Juana Estrella alguien o algunos que tengan los derechos de la obra hagan una nueva edición para que podamos leer, releer y compartir un legado que, como han dicho, debería ser de lectura obligatoria no sólo en las carreras de comunicación, sino para enriquecernos como seres humanos pensantes.
En la publicación –un periódico de dos hojas- que nos obsequiaron el jueves 20 de abril, a quienes asistimos a presenciar los “Monólogos de La Escoba” “Espectáculo de Variedades morlacas y otros desvaríos atenienses”, protagonizado por la excelsa actriz Juana Estrella, se señala que el autor original de la obra -el Padre Solano-, “odiaba de corazón a la mediocridad engreída, a la ignorancia con ínfulas de sabiduría, a los figurones que tras ropajes de grandiosidad, ocultaban estolidez y vacuidad”, sentimiento que será compartido por los resucitadores del medio que con artículos escritos en su mayoría en minga, reunidos en La Escuelita –una cantina de la época- y acompañados de una “chucurilla” pusieron en “pindingas” a la sociedad cuencana, a través de la crítica literaria, la polémica y el humor, en sus series “El Pishquista”, “Viñetas de mi tierra”, “A manera de…”, “El retrato de la víctima”, ”Entrevistas y Reportajes”, “Cajón de Sastre” y las “Caricaturas”.
La mayoría de mi generación y todos los de las siguientes, no hemos tenido acceso a la “Antología de la Escoba” -he visto el libro, pero no lo tengo-, nos hemos acercado en algo cuando hemos visto el monólogo de Juana Estrella, dirigido por Juan Andrade Polo, una puesta en escena que, en mi modesta opinión, ya es parte del acervo de la cuencanidad.
En la más reciente presentación la Juana estuvo sensacional, el público respondió al llamado, nos desternillamos de la risa, rejuvenecimos, nos reconocimos, vimos a unos cuántos personajes bien representados por Anita de los ríos, disfrutamos como sólo se puede cuando lo que nos presentan es de calidad.
Ese regalo que nos hace cada cierto tiempo, la Juana Estrella, nos reconecta con la raíz, nos recuerda y enseña a los más jóvenes la gracia, el donaire, la ingenuidad, la perspicacia, el humor, el postureo, etc. que caracterizaban a mediados del siglo XX y unas décadas más, a la población de la Atenas del Ecuador.
Sin ninguna pretensión, considero que al hablar de “La Escoba” ya no sólo nos referiremos a su fundador –Fray Vicente Solano-, a sus resucitadores –los preclaros intelectuales asiduos de La Escuelita-; o, a Claudio Malo quien ofreció la Antología, sino indefectiblemente también a la Juana Estrella que la ha recreado en los escenarios a lo largo de los primeros 17 años y seguro lo seguirá haciendo para deleite de propios y extraños.
Gracias Juana Estrella por tu arte, llenas el escenario.
P.D.: A quien corresponda: Reediten “La Escoba”
Portada tomada de https://yapatree.com/
Mujer estudiosa y analítica, lectora atenta y escritora novel. Doctora en Jurisprudencia y Abogada – Universidad de Cuenca, Máster en Gestión de Centros y Servicios de Salud – Universidad de Barcelona, Diplomado Superior en Economía de la Salud y Gestión de la Reforma – Universidad Central del Ecuador. Docente de maestría en temas de políticas públicas y legislación sanitaria –Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en el área de vinculación con la sociedad, legislación relacionada con el adulto mayor – Universidad del Adulto Mayor. Profesional con amplia experiencia en los sectores público y privado, con énfasis en los ámbitos de legislación, normativa y gestión pública.