“Ancha pachata ñitishpa shamushkakuna…Hatarinami kanchik”
Mayo, el mes de múltiples situaciones, eclipse total de la Mama Killa, que nos trajo un mensaje; recordar el bicentenario de “Independencia” para los criollos y mestizos y para los pueblos nativos y las clases pobres: “Último día de despotismo y primero de lo mismo”.
Las estructuras sociales económicas y políticas en el siglo XXI han profundizado la crisis de la humanidad y del planeta entero. La miseria, el hambre, la inseguridad, la destrucción de la Madre Tierra y la acumulación de capitales cada vez en minúsculos grupos que deciden sus formas de vida y modelo económico político sobre el sacrificio de millones de seres humanos. En este proceso de lucha y resistencia permanente para la sobrevivencia, los pueblos, las comunidades y nacionalidades auto convocadas por sus dirigentes el 24 de mayo realizaron un informe de la situación real del Ecuador que desdice las falsedades del gobierno neoliberal de Lasso. Otro acontecimiento de lucha fue la victoria lograda por la Unión Nacional de Educadores UNE con la huelga de hambre y desangramiento de muchas maestras y maestros por la vigencia plena de la LOEI y la equiparación salarial.
Recordando las luchas de nuestrxs ancestrxs y conectándose con sus ideales de liberación de millones caídos para nosotres, el día 18 de mayo es una fecha de conmemoración de la resistencia histórica del Abya Yala y el martirologio de José Gabriel Condorcanki Tupac Amaru II, quien ante la esclavitud a los pueblos originarios dirigió una rebelión contra el estado despótico, vestido con el suntur pawkar –tocado del inca, tocado imperial– intentó a lo largo de Los Andes reconstruir y reconceptualizar el Tawantinsuyu, siendo el precursor de la Independencia americana, por lo que fue degollado el 18 de mayo de 1781. Sus palabras fueron: “(…) Los culpables somos Tú y Yo…Tú por oprimir a mi pueblo y Yo por tratar de liberarlo”.
Estos ideales de liberación y lucha sobreviven y cada 18 de mayo retornan con más vigor. Y con esa fuerza es que el 24 de mayo las organizaciones declararon una movilización nacional que iniciará el 13 de junio contra las políticas privatizadoras, extractivistas, de hambre y desempleo. Acciones todas que están encaminadas a exigir al Gobierno un cambio en la conducción del Estado y en la defensa de la naturaleza, sus montañas, sus ríos, sus lagunas porque de ellas brota la vida.
A lo largo de Los Andes, la naturaleza y sus paisajes han sido reconstruidos y reconceptualizados de acuerdo a movimientos astronómicos y de los pueblos. La Madre Tierra con sus montañas y paisajes han jugado un rol clave en la creación, mantenimiento y consolidación de identidades territoriales (Nogué, 2010:127) y de formas de vida porque los pueblos, con estas montañas y paisajes construyen su historia, sus filosofías, su literatura, sus tradiciones y leyendas, construyen nexos entre la vida de los pueblos y las deidades.
Un ejemplo de lo dicho constituye la sacralización y vida de la naturaleza, la vida de las rocas y sus cordilleras. Las montañas y las rocas pueden darnos mensajes de diferentes formas, como ser los propietarios pétreos de los territorios, héroes culturales, como los pururaucas o antepasados convertidos en piedra. Las montañas se integran espacial y visualmente con la vida de los pueblos, siendo una conexión con el gran cosmos. Eran herramientas estratégicas que servían como un marcador visual de identidad, así como de relaciones entre el Tawantinsuyu, el paisaje y los pueblos integrados (Christie, 2009: 109). Por eso se tenía gran respeto y se realizaban ceremonias de agradecimiento y como diría Wolf (2009) mediante comunicaciones verbales y no verbales los rituales generan mensajes y se transforman en un vehículo ideológico. De ahí que las montañas con sus rocas y sus valles constituyen territorios ancestrales por los cuales luchamos hoy en día.
Bajo esta concepción podemos entender que la sobrevivencia humana está ligada a la salud del planeta, al replanteamiento de sentir-pensar-actuar como átomos y moléculas integrantes del gran cosmos, de la gran energía. Por eso los pueblos originarios ponemos nuestros cuerpos ante la amenaza de destrucción de nuestras montañas, ríos y fuentes de agua porque son parte de nuestra existencia. Este pensamiento está vinculado con la religiosidad y espiritualidad de cada pueblo para quienes las cumbres de las montañas y sus nevados son expresiones de vida, allí duermen nuestras abuelas y abuelos. Es decir, son símbolos metafóricos de nuestros antepasados, son petrificaciones de ancestros que nos vigilan y nos brindan fertilidad, son guardianes de los ciclos meteorológicos y comunicadores del lenguaje de los cielos.
Por ello, a estos protectores y protectoras se les conoce con varios nombres, así en Huánuco se denomina auquillo, en Ayacucho, wamani y en Cusco, apu, así también se dice achachilla y mallku, en Boliviva, en el norte de Chile y Argentina (Castro and altunate, 2003; Moyano and Uribe, 2012) o como ruku yayas entre los cañaris.
Las luchas de resistencia por derechos y sobrevivencia continúan y se enmarcan en la consecución de bien-estar en cada etapa, pasando desde el colonial, el neocolonial y el neoliberal que han convertido a América Latina como la fuente de explotación de toda materia prima y la casa de salvación económica de los poderes dominantes. Hoy es la codicia de los minerales por parte de compañías transnacionales, las cuales apoyadas por los gobiernos y las fuerzas represivas han entrado en territorios de las comunidades y nacionalidades y continúan haciéndolo en la parte austral y sur del Ecuador, como es Nabón y el Sagrado Fierro Urku en Saraguro, provincia de Loja. Ante este avance, el pueblo de Saraguro, el sábado 28 de mayo se encaminaron hacia la estrella hídrica del sur para en minga llevar la construcción de una casa comunal en el sitio de Fierro Urku, que es parte de una de las estrategias de defensa de las sagradas montañas y de la vida de las poblaciones que se alimentan del líquido vital de estas cumbres.
Es una lucha tenaz pero no hay otro camino, si queremos defender la vida nuestra y de las futuras generaciones tenemos que enfrentar a los culpables y en ella distinguimos, como dijo Tupac Amaru “(…) Tú por oprimir a mi pueblo, y Yo por tratar de liberarlo”. Es decir, los culpables son: los gobiernos sumisos al FMI, a las transnacionales y al fascismo corporativo que nos oprimen, nos esclavizan, nos quitan derechos, nos asesinan, nos desplazan, nos violan, nos desaparecen y destruyen la Pachamama; mientras el “YO” simbólico es el pueblo representado por las organizaciones y movimientos sociales que luchan para liberarnos, que buscan ejercer el derecho humano a una vida digna, justa y en paz. Y en estas luchas las actoras principales, de primera línea, somos las mujeres porque nosotras estamos aquí para dar vida, una vida digna, con libertad y en armonía con nuestra progenitora la Madre Tierra.
Shinami mashikuna, ancha pachata ñitishpa shamushkakuna, mana haykapi shina kunan punchakunaka yarikay, wañuy pachapimi kanchik; chaymanta tukuylla tantarinami kanchik, tukuylla hatarinami kanchik “Shuk makilla, Shuk yuyaylla, Shuk shunkulla” kishpirinkakaman.
Portada: Foto es de Andrés Gualán.
Nativa de Saraguro. pertenece a la nacionalidad Kichwa. Estudió en Zamora en la Escuela de Líderes. Cursó estudios universitarios en Cuenca. Es abogada, tiene estudios en lengua y literatura, es magister de Estudios de la Cultura y un Diplomado en Educación Intercultural Bilingüe. Maestra de secundaria y educación superior, investigadora. Ha publicado varias obras, así como artículos en revistas y periódicos. Ha desempeñado varios cargos vinculados a Educación Bilingüe. Es conductora del programa Ñukanchik llata Kashpa (Nuestra identidad) en la Radio comunitaria de Saraguro “KIPA RADIO”, FM 91.3.