Los dichos populares son lecciones, admoniciones, consejos o exhortaciones de situaciones o desenlaces casi siempre infalibles, que tienden a advertir los resultados de una conducta para evitar tropezar nuevamente con la misma piedra; sin embargo, como somos necios, queremos probar nosotros mismos, y no escarmentamos con el ejemplo ajeno.
Viene al cuento este delirio porque constato que la gestión cultural vive inmersa en el mundo urbano, que se enfoca en las ciudades; añora, replica e incorpora modelos occidentales-universales para demostrar cuan a tono vamos con el ritmo global; olvidamos dinámicas propias del entramado cultural que nos son propias y adoptamos modelos y tendencias globales que privilegian los “titulitis”. “Estudie mijo, porque un lápiz pesa menos que una pala”, es el adagio en toda familia que lucha día a día para salir adelante, es también la advertencia para esforzarnos, para llegar a ser alguien en la vida; sin embargo, también se convierte en el aliciente para la migración, para dejar el campo e ir a estudiar a la ciudad; dejar la pequeña ciudad para ir y a la capital, o dejar el país para encontrar una mejor vida.
Así, el peso de una pala es sinónimo de fracaso, y es carga negativa para todos los que realizan trabajos manuales, por ello, sin lugar a dudas se entiende la importancia de la “profesionalización” en la vida citadina, así se llega a ser alguien, aunque provengan de un linaje y tradición cultural propio en el que se les reconoce, respeta y valora de acuerdo a sus usos y costumbre. Este afán de normar los conocimientos, de reconocer quiénes están o no aptos para ejercer determinadas actividades, fue el sueño de perros que se plasmó en el Código Ingenius, o Código Orgánico de la Economía Social de los Conocimientos, Creatividad e Innovación. Registro Oficial Suplemento 899 de 09-dic.-2016. (Vigente).
Art. 1.- Objeto. – El presente Código tiene por objeto normar el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología, Innovación y Saberes Ancestrales previsto en la Constitución de la República del Ecuador y su articulación principalmente con el Sistema Nacional de Educación, el Sistema de Educación Superior y el Sistema Nacional de Cultura, con la finalidad de establecer un marco legal en el que se estructure la economía social de los conocimientos, la creatividad y la innovación.
Este afán por inventar el agua tibia, obligó a desmantelar procesos como el de las Escuelas Taller de Artes y Oficios, que funcionaron en Quito, Cuenca y Colta para reconvertirlos en: Instituto Tecnológicos Superior de Turismo y Patrimonio Yavirac que oferta las carreras de Arte culinario; Control de Incendios y Operaciones de Rescate; Desarrollo de Software; Diseño de Modas; Guía Nacional de Turismo; Marketing. La Escuela Taller Cuenca ofrece programas artesanales: Ebanistería; Belleza; Adornos para el hogar; Jefe de cocina – Chef; Jardinería artística – viveros. Las Escuelas Taller fueron creadas para formar maestros artesanos, especialistas que requerían las ciudades Patrimonio de la Humanidad maestros artesanos en mecánica; jardinería y manejo de viveros; cocina tradicional; construcción civil; carpintería; ebanistería y forja; talla y dorado; picapedrería; lutería; gasfitería; cerrajería; costura; albañilería, etc.
Este prurito de “profesionalización” citadino, nos obliga a mirar la otra cara de la moneda; el del sector rural, el mundo campesino, el lugar que habitan las personas de pueblos y nacionalidades del país, su situación de acceso a bienes y servicios; nos exige reflexión sobre la situación en la trabajan y desarrollan su creatividad, en la forma y producción de conocimientos, su transmisión y salvaguardia; nos obliga a reconocer y aceptar sus mecanismos de validación, pues, de nada sirven declaraciones póstumas o títulos inútiles cuando al final de la vida de un portador de conocimientos, reconocemos que el país perdió al ÚLTIMO custodio de un saber patrimonial.
Hicimos poco Juanito Tenesaca, somos responsables por la falta de apoyo y compromiso para salvaguardar el tejido tradicional de fajas de Cañar. ¡Somos responsables!
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Xilografía
Autor: Martin Moratillo
Licenciada en Ciencias de la Educación, especialización de Historia y Geografía. Docente e investigadora universitaria. Magíster en Conservación y Administración de Bienes Culturales. Restauradora de bienes muebles. Especialista restauradora de textiles, escultura policromada y pintura de caballete. Investigadora especializada en Museología y Museografía. Investigación, conservación y reinterpretación del patrimonio cultural textil.