La más triste situación del pueblo ecuatoriano en su historia
Se cierra la campaña electoral de la segunda vuelta para elegir al presidente de la república en las peores circunstancias de vida del pueblo ecuatoriano en la historia nacional, empobrecido por la crisis económica, la bancarrota fiscal, con la pandemia viral en su máxima expansión y con la corrupción en todos los ámbitos de la vida nacional, llegando al tráfico con la salud y la vida de la población en medio de una total mercantilización de los fármacos y vacunas.
Se cierra la campaña en medio de la angustia, el temor, la desesperación de los hogares, el incremento de la violencia familiar, la violencia en las cárceles y las calles ligada al narcotráfico, el deterioro constante de la seguridad de la población con el incremento de hurtos, estafas, robos, la crueldad en el tráfico de ,los migrantes y una especie de pasividad, conformismo, naturalización e inacción de los ciudadanos ante la descomposición moral y ética, a lo que suma un gobierno con total desprestigio, incapaz de asumir siquiera las tareas organizativas más elementales para la vacunación. Un país embobado que se cae en pedazos sin liderazgos locales y nacionales.
La opacidad electoral y los intereses hegemónicos
La campaña electoral de la segunda vuelta se desarrolló con el arrastre de la incertidumbre de lo que ocurrió verdaderamente en la primera vuelta electoral en virtud de que el proceso estuvo plagado de violaciones al ordenamiento jurídico incluyendo el irrespeto a una sentencia judicial firme en el ámbito de la justicia contencioso electoral, lo cual respondió a que “El proceso electoral tuvo una direccionalidad política que respondió a un interés común del bloque político hegemónico de UNES-PSC-CREO, encausándose las elecciones hacia la disputa final entre Arauz y Lasso”[1].
En la segunda vuelta electoral se echó tierra sobre todas las denuncias y reclamaciones de presunto fraude electoral cometido en contra del candidato presidencial de Pachakutik lo que significó que para grandes sectores sociales la continuidad del proceso implicaba una cerrera entre dos contendedores ilegítimos puesto que se impidió el recuento de votos en Manabí, Guayas, Pichincha y otras provincias, lo cual hubiese permitido dar transparencia a las elecciones y confianza a los electores sobre el respeto del destino de sus votos.
En consecuencia, la campaña de la segunda vuelta electoral continuó bajo la sospecha sobre la independencia de los órganos de la función electoral, sobre los cuales había ya venido lloviendo las críticas de la ciudadanía por sus actuaciones desde las inscripciones de los candidatos.
La campaña orientada por la dicotomía correísmo y anticorreismo
Una vez que se dio la largada de la segunda vuelta electoral, tanto el bloque de UNES-Correismo y CREO-PSC, coincidieron en trazar la contienda como si se trataría de una carrera electoral entre la izquierda supuestamente representada por Andrés Arauz y la derecha por Guillermo Lasso, imagen que se propagó también en el ámbito internacional, más aún cuando algunos ideólogos del llamado socialismo del s XXI aupaban esta percepción como si se tratase de un enfrentamiento entre pueblo versus oligarquía, expresada en el binarismo correísmo y anticorreismo, cuando en la realidad ambos candidatos expresan dos formas de neoliberalismo con diversos matices en las formas de acumulación y canalización de la riqueza a los grupos monopólicos de la economía nacional vinculados al capital financiero internacional.
Como se ha señalado “En efecto, tanto Arauz como Lasso representan intereses sociales, económicos y políticos conformes con el establishment mercantil capitalista vigente en el país, es decir con el orden establecido basado en la acumulación privada de la riqueza aunque Arauz asigna al Estado el rol prioritario como eje articulador de la canalización de la renta nacional hacia los beneficiarios del sistema, mientras que Lasso asigna dicho papel al mercado lo cual no quiere decir ausencia de toda intervención estatal, porque en el uno y otro modelo, el gobierno y su política económica y fiscal distribuye las cargas y dividendos de los resultados finales de la producción de bienes y servicios”.[2]
Esta falsa dicotomía o alternativa fue alentada por los bloques hegemónicos económicos y políticos del país por tratar de encauzar y entrampar a toda la ciudadanía en el favorecimiento de uno u otro candidato cuyos proyectos sociales de ninguna manera cuestionan el orden establecido del sistema capitalista, sino por el contrario tienden a consolidarlo como ha sido la realidad práctica de los gobiernos nacionales tanto con anterioridad al correísmo como en el periodo 2007-2021 del correísmo-morenismo.
La matriz ideológica de la campaña
Ya en el debate de la segunda vuelta y a lo largo de la campaña y conforme se aproximaba a su fin se fue acentuando el discurso populista, demagógico y mesiánico al estilo del más puro mercantilismo de la política privilegiándose el uso de las redes sociales contaminadas con una campaña sucia con abierta manipulación de la verdad de manera que los grandes problemas nacionales y sus soluciones quedaron fuera de la atención.
La psicología social y el arte del marketing se utilizó para armar los mensajes políticos y disfrazar a los candidatos tanto en su imagen como en sus discursos, haciéndose notorio como Arauz pretendió tomar distancia y mostrarse autónomo de Correa mientras que Lasso lo hizo del gobierno de Moreno motivados en ambos casos por el desprestigio de dichos personajes y su sombra de corrupción y la incapacidad respectivamente.
Ambos candidatos acudieron a la oferta populista, para muestra, en el caso de Arauz prometió entregar “1.000 dólares para un millón de familias en la primera semana de gobierno”[3] para reactivar el consumo familiar, mientras que Lasso prometió incrementar el salario básico unificado (SBU) a USD 500[4]. Ambas ofertas no tienen asidero pues Arauz pretende tomar dichos valores de la reserva internacional y Lasso se contradice dado que en una entrevista para un medio nacional en noviembre de 2019 Lasso dijo que aumentar el salario básico “solo generará más desempleo e informalidad en el país…” [5]
Arauz en sus mensajes puso énfasis en el ataque al gobierno de Moreno y sus políticas neoliberales sin reparar que el gobierno correista inició el viraje hacia el modelo neoliberal favoreciendo a los mismos sectores privilegiados de la economía nacional. En efecto el mismo Correa había declarado que: “estamos haciendo mejor las cosas con el mismo modelo de acumulación antes que cambiarlo” (El Telégrafo 15-I-2012), “En estos 9 años el promedio de utilidades ha sido el triple, más de $ 8 mil millones”, “Nunca los empresarios recibieron tanta plata como ahora, con una supuesta crisis o época de vacas flacas”, (El Telégrafo 24-IX-2016)[6]
Por su parte Lasso trató de morigerar su imagen de empresario banquero beneficiario del modelo neoliberal respecto del cual los gobiernos no han podido asumir medidas para rebajar las tasas de interés y poner freno al capital especulativo financiero que en esas circunstancias no contribuye al fortalecimiento de la producción nacional y los nuevos emprendimientos, por lo que Lasso tendrá que hacerse cargo de su propia sombra.
Finalmente, en este punto cabe señalar que los dos candidatos finalistas lanzaron mensajes de aproximación al sector indígena y al movimiento ambientalista, olvidándose en el caso del Arauz que el correísmo fue un feroz persecutor dl movimiento indigenista y ambientalista y favoreció incluso con la militarización la ocupación de los territorios para las explotaciones mineras, y en el caso de Lasso y sus aliados del PSE en el estallido social de octubre del 2019 estuvieron en contra del movimiento indígena incluso algunos voceros con posiciones racistas, aparte de que tanto CREO como el PSE sostienen tesis políticas vinculadas a los intereses del capital transnacional minero y financiero.
El ánimo de, los ciudadanos al final de la campaña
Al juzgar por las expresiones públicas de la ciudadanía se evidencia al final de la campaña sentimientos encontrados: por un lado la angustia, desesperación y temor por o que se vive con la pandemia y el futuro incierto de su evolución así como por el desempleo, la corrupción y la crisis económica y fiscal del país; y, por otro la esperanza de que con el cambio de gobierno pueda reorientarse el país y contar con un gobierno con liderazgo y capacidad para enfrentar con más energía y eficacia los problemas derivados de la pandemia y la crisis económica y ética.
Existen muchas ilusiones y defraudaciones acumuladas en el pueblo, el cansancio y el hartazgo social están represados y se ha retardado su desfogue y su estallido por el temor al contagio y las normativas jurídicas de excepción locales y nacionales, sin embargo de lo cual todo tiene su limite y se espera una exacerbación del ánimo ciudadano frente al desorden y corrupción en la vacunación, lo cual sumado a la sensación de que se ha vivido un nuevo fraude electoral, crea el escenario para una tormenta social perfecta, lo cual a su vez incidirá en las condiciones para la gobernanza del país sea cual fuere el candidato ganador, porque frente a tanto ofrecimiento de la campaña y la falta de plata, no tardará en hacerse presente más desolación y desesperanza.
Cualquiera
que gane las elecciones tendrá que hacer mucho esfuerzo para crear consensos
nacionales populares, pero aquello solo será posible si se entiende que ya el
pueblo no está dispuesto a seguir soportando tanta injusticia social acumulada.
[1] Castro, R. (2021, 24 de marzo). Primera Vuelta Electoral. Diario El Mercurio. Cuenca. P. Editorial.
[2] [2] Castro, R. (2021, 07 de abril). Representación de Finalistas. Diario El Mercurio. Cuenca. P. Editorial.
[3] https://andresarauz.ec/arauz-anuncia-la-reactivacion-del-consumo-familiar-1-000-dolares-para-un-millon-de-familias-en-la-primera-semana-de-gobierno/ (Consulta 8-04-2021)
[4] https://radiolacalle.com/lasso-promete-salario-usd-500-ano-atras-pensaba-lo-contrario/ (Consulta 8-04-2021).
[5] Ídem.
[6] Castro, R. (2021, 07 de abril). Representación de Finalistas. Diario El Mercurio. Cuenca. P. Editorial.
Asesor jurídico, articulista de “El Mercurio”. Participa en algunas organizaciones ciudadanas como el Cabildo del Agua de Cuenca, el Foro por el Bicentenario de Cuenca y en una comisión especial para elaborar el Sistema Nacional Anticorrupción.