Según una consulta realizada, “Un publirreportaje es un tipo de contenido publicitario que se presenta en un formato similar a un artículo periodístico o editorial, pero su objetivo principal es promocionar un producto, servicio o marca. Es una estrategia de marketing que busca integrar mensajes comerciales de manera sutil dentro de un contexto informativo o de entretenimiento, para que el lector no lo perciba como publicidad directa.
En resumen, un publirreportaje es un anuncio disfrazado de artículo, diseñado para parecer objetivo y no intrusivo, con el fin de persuadir al lector”.
El 24 de junio del 2025 empezó a circular un publirreportaje sobre como funcionaría la relavera en el proyecto minero Loma Larga (Quimsacocha), que induce la percepción de que esa relavera es algo normal que no debe generar ningún temor. Casi como una “laguna azul” de ensueño.
Pero la realidad que se infiere del “Informe técnico sobre la sustentabilidad de las fuentes de agua que nacen en Quimsacocha bajo el contexto de la fase de explotación del proyecto minero de Loma Larga”, realizado por ETAPA EP, es otra. Analicemos.
El yacimiento del proyecto minero Loma Larga está ubicado a 20 kilómetros al oeste de Cuenca, en el origen de los ríos Irquis y Portete, que forman el rio Tarqui, en el páramo del antiguo volcán Quimsacocha, yacimiento que se localiza a 200 metros de profundidad.
Para extraer los minerales se hará una mina subterránea, abriendo túneles, de los cuales se extraerán 13 millones de toneladas de rocas volcánicas para obtener apenas 62.4 toneladas de oro. Sin embargo, estas rocas volcánicas también contienen azufre, arsénico, plomo, cadmio, mercurio y otros metales tóxicos, y por lo mismo, los relaves son peligrosos.
En efecto, los relaves son los restos de roca triturada y molida que quedan después de extraer el oro, la plata y cobre, por lo que en el lenguaje minero se conocen como roca estéril. Sin embargo, estos relaves contienen azufre, arsénico, plomo, cadmio, mercurio, y otros metales tóxicos propios de las rocas volcánicas, que contaminan el agua que toma contacto con ellos.
Del material extraído de los túneles, 5.5 millones de toneladas de relaves tóxicos se dispondrán para siempre en una represa que se construiría en el páramo de Quimsacocha, lo cual se llama relavera, y que se ubicaría, en la cabecera de origen de los ríos Irquis y Portete.
Los otros 7.5 millones de toneladas de los relaves tóxicos, se dispondrán dentro de la mina subterránea como relleno de pasta cementado. Ahora bien, ¿Cómo se contamina el agua?
El experto en minería James Kuiper, consultor de la Agencia de Protección Ambiental de EE UU, ha emitido un contundente informe sobre los riesgos ambientales y económicos asociados al proyecto minero Loma Larga, especialmente la contaminación del agua superficial y subterránea.
Cuando se abren los túneles de la mina, las rocas volcánicas que contienen mucho azufre entran en contacto con el oxígeno del aire y reaccionan formando ácido sulfúrico. El agua que se filtra dentro de la mina se vuelve ácida y libera metales tóxicos como arsénico, plomo y cadmio, que antes estaban atrapados dentro de las rocas sin contacto con el oxígeno.
Los análisis de laboratorio confirmaron que esta reacción comenzaría a ocurrir apenas unas semanas después de abrir la mina subterránea y durará para siempre.
Los relaves tienen mayor capacidad de generar ácido sulfúrico y liberar mayor cantidad de metales tóxicos, porque tienen mayor superficie expuesta en contacto con el oxígeno, por lo que el agua que drena por los relaves tendrá mayores niveles de contaminación.
En consecuencia. el agua tóxica de la mina podría destruir nuestras únicas fuentes de agua. Esta agua tóxica será bombeada para poder trabajar en la mina y se utilizará como agua de proceso.
Del informe de ETAPA EP, referido, se desprende que, la planta donde se procesarán los minerales preciosos necesita 157 litros de agua por segundo para funcionar. Allí ingresarán las rocas finamente molidas y los reactivos para separar el oro. De este proceso saldrán tres compuestos: los concentrados de minerales, los relaves tóxicos y el agua residual, que terminará aún más contaminada con químicos y metales peligrosos.
Se proponen reutilizar la misma agua contaminada, día y noche, durante 12 años sin que se logre tratarla previamente en todo su volumen. Al usarse una y otra vez para extraer minerales, se va cargando cada vez más con químicos y metales peligrosos, hasta saturarse y ya no sirve para el proceso, lo que afecta la correcta separación de los concentrados de oro y cobre.
Cuando eso ocurra, surge una gran preocupación: ¿dónde se van a descargar los 157 litros por segundo de agua altamente tóxica, si la planta de tratamiento solo puede tratar 38 litros por segundo?
Cuando el sistema colapse, el agua tóxica podría terminar en los ríos Irquis y Portete, que son usados por las comunidades para beber, regar los cultivos y para abrevar el ganado. Esto pondría en grave riesgo la salud de las personas, animales, ecosistemas y el agua de todos, para diversos usos.
No se puede permitir que nuestras fuentes de agua se conviertan en un río tóxico y venenoso silencioso que afecte la salud de la población rural y urbana, dado que inclusive existirían fallas en el diseño de la planta de tratamiento de metales tóxicos.
Según el informe de ETAPA, la planta para tratar el agua con metales tóxicos tiene graves deficiencias, por lo que el agua que salga de allí no cumplirá con las normas de calidad, contaminando las únicas fuentes de agua, poniendo en serio peligro la salud de las personas, sobre todo de las comunidades que viven río abajo, vulnerando el derecho al agua segura y a un ambiente sano.
Todo esto sin contar con los riesgos de colapso en la relavera con lodo tóxico, pues según los expertos de la Corporación Geoambiental TERRAE, la relavera donde se almacenarán 5.5 millones de toneladas de lodo tóxico presenta fallas graves en su diseño, y se ubica en las nacientes de los ríos Irquis y Portete.
Las lluvias intensas de la zona y un diseño sísmico inadecuado aumentan el riesgo de colapso, lo que produciría graves daños ambientales, pérdidas humanas y económicas, contaminando para siempre las únicas fuentes de agua, a lo que se suma el hecho de que, no hay ninguna entidad asignada ni el presupuesto para mantener la relavera o tratar el agua contaminada cuando la mina cierre. La minera se largaría y dejaría los pasivos ambientales a ser enfrentados por los habitantes de Cuenca. Como dice la canción: ¡Las penas son de nosotros las vaquitas son ajenas!
Los expertos piden aplicar el principio de precaución para proteger el páramo de Quimsacocha, fuente de agua para miles de personas del cantón Cuenca. De lo señalado, la única conclusión que se deduce, es la incompatibilidad del proyecto minero de Quimsacocha con la dotación del agua no contaminada para los habitantes del cantón Cuenca.
Portada: foto tomada de https://acortar.link/iyNMke

Asesor jurídico, articulista de “El Mercurio”. Participa en algunas organizaciones ciudadanas como el Cabildo del Agua de Cuenca, el Foro por el Bicentenario de Cuenca y en una comisión especial para elaborar el Sistema Nacional Anticorrupción.