En el artículo anterior, siguiendo a Galeano nos referimos a la importancia de tener la memoria como puerto de partida, para no seguir equivocándonos. Uso el plural pues me refiero a los de a pie como votantes, a los gobernantes, legisladores y decisores en distintos niveles, pues conducir el país a buen puerto es una necesidad imperiosa, y esa conducción –dijimos- requiere un capitán con inteligencias (así en plural), arrestos, valentía, intuición, que sepa leer y capear el temporal, junto a una tripulación competente, técnica, capacitada, de confianza y confiable.
En las semanas y meses que siguen, parece necesario repetir como un mantra lo señalado, pues nos avecinamos a un proceso electoral, en el que deberemos elegir Presidente de la República y asambleístas que gobernarán, legislarán y fiscalizarán durante 5 años, periodo de tiempo en el que se puede hacer mucho, poco o nada, así como el bien o más daño del que hasta ahora los predecesores nos lo han hecho.
Hay 16 candidatos, de todo como en botica, dirían algunos, aunque quizá la frase no pueda aplicarse en su significado cabal, que implica no faltar de nada, pues creo que falta precisamente lo que más necesitamos: un estadista, ese que como planteó Otto Von Bismark piense en la próxima generación.
Lo que vemos en el panorama electoral, en el mejor de los casos, es a políticos pensando en la próxima elección, aunque la mayoría reniegue de esa condición, denostando de lo que llaman la vieja política, mostrándose casi casi como el antídoto para todos los males, pretendiendo engañar a los votantes –lo consiguen con muchos- al presentarse como no políticos, cuando lo que buscan es ocupar los cargos más políticos del Estado.
La campaña ya inició aunque no oficialmente, los candidatos están en medios de comunicación y redes sociales, recorren el país, ofrecen y prometen lo que los votantes quieren escuchar, así estarán hasta febrero de 2025, sumando a sus peroratas los ataques a los rivales en la contienda. Hay 17 binomios presidenciales, 13 listas para asambleístas nacionales, decenas de listas para provinciales, centenares de candidatos para integrar una Asamblea con 151 asambleístas, 14 más que en el periodo anterior -¡horror!-.
Propongo un análisis serio para tomar las decisiones, no asistir al recinto electoral solamente a cumplir con la obligación, informarnos sobre los postulantes, revisar sus trayectorias, hacer el esfuerzo por separar la paja del trigo, identificar a los populistas – que como plantean Steven Levitsky y Daniel Ziblatt-, de la Universidad de Harvard, ponen en peligro a la democracia, pues como se señala en el epígrafe del libro Cómo mueren las democracias: “la democracia ya no termina con un bang(un golpe militar o una revolución), sino con un leve quejido: el lento y progresivo debilitamiento de las instituciones esenciales, como son el sistema jurídico o la prensa, y la erosión global de las normas políticas tradicionales.”
Ese debilitamiento y erosión progresiva nos pasa una enorme factura en Ecuador, ahí la importancia de la acción política de los ciudadanos a través del voto responsable. Nos toca escoger entre las opciones que los partidos y movimientos políticos nos proponen, es decir dentro del panorama definido, pero nos toca escoger bien, o al menos –como parece ser, frente a los candidatos que tenemos-, otra vez al mal menor, para que no estemos lamentando dentro de poco un nuevo retroceso democrático iniciado en las urnas. La alerta está contra los populistas y los que además son o quieren convertirse en autócratas, señales hay, debemos estar alertas para identificarlas, pues como dicen los autores citados “si bien las experiencias de otros países nos enseñan que la polarización puede acabar con la democracia, también nos indican que la descompostura no es ni inevitable ni irreversible…Debemos aprender de otros países a detectar las señales de alerta y a identificar las falsas alarmas. Debemos ser conscientes de los fatídicos pasos en falso que han hecho naufragar otras democracias… La historia no se repite, pero rima. La promesa de la historia…es que sepamos detectar las rimas antes de que sea demasiado tarde”.
Portada: imagen tomada de https://luchadeclases.com/?p=7627
Mujer estudiosa y analítica, lectora atenta y escritora novel. Doctora en Jurisprudencia y Abogada – Universidad de Cuenca, Máster en Gestión de Centros y Servicios de Salud – Universidad de Barcelona, Diplomado Superior en Economía de la Salud y Gestión de la Reforma – Universidad Central del Ecuador. Docente de maestría en temas de políticas públicas y legislación sanitaria –Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en el área de vinculación con la sociedad, legislación relacionada con el adulto mayor – Universidad del Adulto Mayor. Profesional con amplia experiencia en los sectores público y privado, con énfasis en los ámbitos de legislación, normativa y gestión pública.