Septiembre, hatun kuski killa, es el mes del inicio de la siembra del maíz y la cosecha de la papa chaucha y las arvejas. No obstante, las cosas han cambiado debido a los intensos soles de verano que viene después del Intiraymi.
Análogamente en este mes se inició el ciclo educativo, la siembra de la ciencia y la sabiduría. Un nuevo año lectivo bajo esperanzas de que las condiciones actuales mejoren. Sin embargo, las áreas sociales han sido postergadas, los nuevos préstamos del BID y del Fondo Monetario Internacional no son para atender estas áreas, sino para cubrir los menesteres de los grandes grupos financieros oligárquicos. Los centros educativos fiscales han iniciado sus labores en situaciones no dignas. En las áreas rurales, los directivos han coordinado con las autoridades comunitarias y sus organizaciones para realizar mingas y mejorar no va los espacios físicos. El Estado se desentiende de la atención a la educación por cuanto el objetivo de los gobiernos neoliberales es impulsar su privatización.
El sistema educativo responde a una matriz cultural de dominación y colonización no superada hasta hoy. Los pueblos y nacionalidades aún seguimos manteniendo la esperanza de que todo esto cambiará algún día, el sistema opresor mundial está en crisis y surgen voces y movimientos que están gritando cambios. En ese caminar de esperanzas con las luchas y vidas de muchos líderes y lideresas se creó la Educación Intercultural Bilingüe, su filosofía fue la recuperación y valorización de la lengua, identidad y conocimientos de los pueblos y nacionalidades, así como el fortalecimiento de las organizaciones, con lo que se podría alcanzar la transformación social, económica y política.
En este largo caminar, alcanzar la transformación implica fortalecer la organización comunitaria, la regional y nacional con las cuales podamos luchar en las comunidades y en las calles. Es urgente tener personal administrativo con conciencia de clase dentro de las instituciones, es decir, desde el espacio que ocupa para apoyar la transformación y exigir el cumplimiento de los derechos colectivos y humanos, sin traicionar a los postulados y compromisos con las comunidades. Necesitamos que el personal docente, estudiantes y los dirigentes comunitarios nos informemos y leamos críticamente la realidad. Leer e investigar la historia, los relatos, nos permite tener una memoria histórica para que no nos engañen, saber realmente lo que sucede. Es, por tanto, tener una mirada crítica para alcanzar la liberación.
Pero, ¿qué pasa hoy en día? Estamos profundamente absorbidos por las tecnologías, los hijos e hijas están educándose con el tik tok, las redes sociales que son estrategias del sistema para destruirnos. Los y las estudiantes se vuelven tan pasivos, individualistas, que no les importa lo que está ocurriendo a su alrededor. Necesitamos tener conciencia porque “solo los pueblos con conciencia son pueblos que tienen esperanzas” de cambio, (Bertol Breck). Por tanto, para la transformación de los pueblos requerimos valorar y levantar los principios y conocimientos propios, valorar nuestro idioma , nuestra vida, recuperar la identidad y dignidad de quienes somos, de nuestras raíces, que por vergüenza y escapar de la discriminación se ha negado; luchar por la liberación de nuestras tierras, fortalecer las organizaciones solo así podremos buscar una vida digna, una vida nueva, y esto implica que debemos partir del kunan kawsay para ir a la memoria colectiva el ñawpa kawsay y avanzar al mushuk kawsay, que es el ñukanchik yachay.
El currículo actual de todo el sistema educativo tiene el propósito de alienar a la niñez y juventud se prioriza lo individual sobre lo colectivo, la competitividad y el egoísmo; la razón lógica sobre el sentir-pensar, no se enseña para el campo, la defensa de la Madre Tierra, se educa para el nuevo sistema de trabajo mundial precarizado y masificado. Las costumbres urbanas cada vez invaden las comunidades, casos de arquitectura, diseños de vivienda que expulsan el fuego de la tullpa. Al sacar el fuego de la cocina, en las casas modernas, se saca la comunicación, el calor, la alimentación, el sabor, la semilla.
En la comunicación se ha hecho prioritario la castellanización, la negación de una pertinencia cultural, actos que conducen a la extinción paulatina de nuestras lenguas originarias y los conocimientos milenarios en todos los campos: salud, educación, filosofías, organización y otros conocimientos en lo material y espiritual. En un proceso de intentar cambios ha existido una relación de tensión con el Estado-Nación. El tejido social y el sentido colectivo de nuestras culturas ha sido golpeado por políticas de control del Estado y por las redes sociales. Lo colectivo define la construcción de un nuevo ser para este tiempo histórico, que pueda discernir las disputas políticas, el ejercicio de los derechos colectivos, la justicia, una educación propia que logre enfrentar el paso de este sistema capitalista a otro ya que todo tiene un fin. En palabras del maestro Staffio, (2024) la historia siempre se repite y por ello los pueblos nativos no deben perder sus conocimientos y el idioma.
Por tanto, es menester trabajar la transformación de un estado colonial al estado plurinacional. Lo plurinacional implica la superación de las dicotomías. Es una disputa del poder, cómo construimos una democracia más igualitaria, en temas económicos, políticos, en la lucha por las tierras. De ahí que las luchas van más allá de lo cultural, y uno de los mecanismos del estado neoliberal para frenar estos procesos ha sido desviar hacia una plurinacionalidad culturalista (Inti Cartuchi, 2024).
Con las luchas permanentes se han conseguido los derechos colectivos, sin embargo es difícil que se materialicen porque solo el hecho de reconocer, respetar, comprender a los pueblos y nacionalidades no es suficiente; se necesita pasar a la acción, elaborar políticas públicas para toda la sociedad para que realmente se pueda caminar hacia la interculturalidad, reafirmar la interculturalidad incluyendo los conocimientos de los pueblos y nacionalidades ya que en el presente se desconoce los conocimientos del campo y entran en contradicción con los programas del Estado.
Por otra parte, cada pueblo y nacionalidad debe asumir eldesarrollo políticas organizacionales para el avance de la Educación Intercultural Bilingüe, a más que las organizaciones sociales y gremios institucionalicen las políticas de interculturalidad, es decir tender un puente “de ida y vuelta”.
Para cumplir esto es necesario la unidad y una sociedad organizada, capaz de poder tomar decisiones para el bienestar de todas y todas. “Que todos vayamos juntos, que nadie se quede atrás, que todos tengamos todo. Que a nadie le falte nada.” (proverbio aymara). Al darse esto el Estado saldaría la deuda con los pueblos nativos mediante una reparación histórica.
Nativa de Saraguro. pertenece a la nacionalidad Kichwa. Estudió en Zamora en la Escuela de Líderes. Cursó estudios universitarios en Cuenca. Es abogada, tiene estudios en lengua y literatura, es magister de Estudios de la Cultura y un Diplomado en Educación Intercultural Bilingüe. Maestra de secundaria y educación superior, investigadora. Ha publicado varias obras, así como artículos en revistas y periódicos. Ha desempeñado varios cargos vinculados a Educación Bilingüe. Es conductora del programa Ñukanchik llata Kashpa (Nuestra identidad) en la Radio comunitaria de Saraguro “KIPA RADIO”, FM 91.3.