Introducción
El enfoque de la autonomía de las migraciones, desarrollado por Sandro Mezzadra (2012), nos invita a centrar nuestra atención en la acción de los/as migrantes y las luchas sociales contemporáneas relacionadas con el capital. Bajo esta perspectiva, la migración se convierte en un campo crucial de investigación que arroja luz crítica sobre el capitalismo. El autor nos insta de manera pertinente a cambiar nuestra perspectiva y descentralizar nuestra mirada con respecto a las migraciones contemporáneas.
En contraposición a los enfoques que ponen énfasis en el punto de vista de la “sociedad receptora” y en las “problemáticas generadas por la migración”, Mezzadra (2012) nos propone analizar de forma crítica el sistema migratorio global e identificar las estrategias y luchas mediante las cuales los/as migrantes desafían la construcción dominante de “los Otros”.
En ese sentido, Nicholas De Genova (En Álvarez, 2017) nos proporciona una visión reveladora de la conexión entre la gestión de las fronteras y la formación de identidades. Destaca que la noción de “ilegalidad” en las migraciones no se reduce simplemente al análisis de las transgresiones de una frontera física, sino que son las políticas de control fronterizo las que contribuyen a crear una imagen estigmatizada y subordinada de los “extranjeros”, generando así diferencias entre “nosotros” y “los Otros”.
La diversidad de representaciones de los “migrantes” nos lleva a reflexionar sobre la creación sociopolítica y jurídica de ciertas formas de sujeción. En este contexto, Nicholas De Genova propone explorar los estatus legales y las condiciones sociales del trabajo migratorio en contextos históricos y políticos específicos. Uno de los principales aportes de esta discusión es la crítica a la noción que asocia las fronteras con los límites inmutables del poder de un Estado. En realidad, las fronteras no son estáticas ni constantes, sino que se objetivan a través de discursos y prácticas en contextos históricos y sociopolíticos particulares. Es dentro de este marco conceptual que podemos comprender las fronteras como relaciones sociopolíticas, como configuraciones de poder en las que intervienen múltiples actividades y actores, tanto estatales como no estatales (Soledad Àlvarez, 2017).
Bajo este marco, cobra singular importancia las resistencias y luchas emprendidas por los migrantes. Varela Huerta (2019) considera que centrarse en las luchas por el derecho a la hospitalidad conlleva el reconocimiento de la agencia de los migrantes al desafiar el “régimen global de fronteras” como uno de los antagonismos clave en la lucha contra el capitalismo. Bajo este enfoque se puede examinar el discurso y las prácticas políticas que los migrantes y sus defensores emplean para desafiar las formas de control de los movimientos humanos. Este enfoque interpela a las democracias del Norte reconociendo los procesos de organización, lucha y solidaridad tanto de los migrantes como con ellos.
Es en este contexto que se presenta el denominado “contramapeo”, como una potente herramienta de lucha. Frente a la producción de cartografías de los “flujos migratorios”, como intento de control de la movilidad humana, se subraya las prácticas y estrategias de movilidad de los sujetos migrantes y sus reivindicaciones políticas. Las cartografías críticas ofrecen, de esta manera, modos alternativos de representación y visibilización de las migraciones y de las luchas migrantes (Basualdo, Domenech y Pérez, 2019).
El presente trabajo pretendo analizar la importancia del enfoque de la autonomía de las migraciones en la comprensión de las dinámicas de migración contemporánea y su relación crítica con el capitalismo, centrándome en la formación de identidades, resistencias y luchas de los migrantes.
Son objetivos específicos de este trabajo:
Examinar el enfoque de la autonomía de las migraciones y su contribución a la comprensión de las migraciones como un campo crucial de investigación que arroja luz crítica sobre el capitalismo.
Analizar la conexión entre la gestión de las fronteras y la formación de identidades en el contexto de las políticas de control fronterizo, enfocándome en cómo estas políticas contribuyen en la creación de diferencias entre “nosotros” y “los Otros”.
Enfatizar el carácter productivo de “la frontera” y la relevancia de las resistencias y luchas de los migrantes, en particular, su desafío al “régimen global de fronteras”.
1. La acción de los/as migrantes y las luchas sociales contemporáneas en torno del capital
Mezzadra (2012) nos invita a entrenar y descentralizar nuestra mirada en torno a las migraciones contemporáneas. Para este autor, la migración constituye un campo esencial de investigación, que nos permite comprender críticamente el capitalismo.
En efecto, el capitalismo global enfrenta una dualidad en lo que respecta a las migraciones. Por un lado, busca beneficiarse de ellas a través de políticas migratorias, mientras que, por otro lado, intenta limitar la movilidad mediante políticas de control. Dentro de este contexto, los migrantes se comportan como ciudadanos, lo que da lugar a procesos de resistencia, organización y formación de identidades (Mezzadra, 2012).
Para comprender adecuadamente la migración en este contexto, sostiene Mezzadra (2012), es esencial priorizar las prácticas subjetivas, los deseos, las expectativas y los comportamientos de los propios migrantes. No es posible analizar la producción de irregularidades como un proceso de dominación y exclusión gestionado por el Estado y las leyes. Más bien, los movimientos subjetivos y las luchas relacionadas con la migración deben ser reconocidos como factores activos y esenciales que contribuyen a la dinámica de la sociedad contemporánea.
Frente a los enfoques que priorizan el punto de vista de la “sociedad receptora” y las “problemáticas que provoca la migración” se demanda un análisis crítico del régimen migratorio global y las transformaciones de la política internacional. Resulta apropiado considerar otras historias y experiencias migratorias, como las de la migración Sur-Sur, así como identificar las estrategias y luchas a través de los cuales los/as migrantes desafían la construcción hegemónica de “los Otros” y los procesos de producción de la frontera en la vida cotidiana (Mezzadra, 2012).
2. La gestión de las fronteras y la formación de identidades en el contexto de las políticas de control fronterizo
El diálogo de Soledad Álvarez Velasco con Nicholas De Genova (2017) nos muestra la relación entre gestión de la frontera y producción de subjetividades. En efecto, la “ilegalidad” de las migraciones no puede ser reducida al análisis de las transgresiones de una frontera. Las políticas de control de la frontera construyen una imagen estigmatizada y subordinada de los “extranjeros” migrantes y refugiados. Las fronteras producen diferencias entre “nosotros” y “los Otros”.
La diversidad de imágenes de “migrantes” nos remite a la producción sociopolítica y jurídica de determinados tipos de sujeción. Bajo este marco, De Genova (2017) propone indagar acerca de los estatutos jurídicos y las condiciones sociales del trabajo migratorio en contextos históricos y políticos específicos. Considero que uno de sus mayores aportes de la clase es cuestionar la idea que asocia las fronteras con los límites objetivos del poder de un Estado. Las fronteras no son fijas y estables. Las fronteras llegan a ser objetivadas a través de discursos y prácticas en contextos históricos y sociopolíticos específicos. Es bajo este marco que podemos pensar las fronteras como relaciones sociopolíticas, como formaciones de poder en las que hay una multiplicidad de actividades y actores (estatales y no estatales) involucrados.
La noción de subjetividad de De Genova considera la particularidad histórica de los sistemas de dominación y jerarquía existentes, por lo tanto, existe una diversidad de maneras en que se politiza la subjetividad. En este sentido, de acuerdo con el autor, es posible identificar producciones históricas y sociopolíticas específicas de los migrantes, por ejemplo, al explorar los marcos legales y las dinámicas políticas y sociales que los engendran (Soledad Àlvarez, 2017).
La noción de la “producción legal de la ilegalidad de los migrantes” que ha desarrollado se basa en una exploración histórica del estatuto jurídico y las condiciones laborales precisas de los migrantes mexicanos en el contexto del Estado-nación estadounidense. A partir de su investigación, enfatiza que la “ilegalidad” de estas migraciones nunca fue un aspecto natural o evidente; no se redujo simplemente a la violación de una frontera o una transgresión de la ley. En su lugar, se trata de condiciones que permiten la ilegalización de ciertas migraciones, con consecuencias perjudiciales y discriminatorias, particularmente para los mexicanos y los latinoamericanos en general (Soledad Àlvarez, 2017).
De lo dicho se desprende que es fundamental reconocer que las fronteras no son estáticas ni invariables. No son realidades indiscutibles, sino relaciones sociopolíticas en constante evolución. En lugar de verlas como meros límites geográficos o jurídicos, debemos comprenderlas como formaciones de poder flexibles y móviles, donde múltiples actores, tanto estatales como no estatales, están involucrados en la lucha por la representación de las fronteras como realidades fijas y objetivas. Esta representación se construye mediante prácticas y discursos repetitivos. La migración y los migrantes, por ende, surgen como consecuencia de estos procesos de control y vigilancia fronteriza, que a menudo se vinculan con la creación de un espectáculo que retrata las fronteras como “fuera de control” y asociadas con discursos y representaciones de “invasiones” de migrantes y refugiados. En última instancia, las fronteras generan y perpetúan las diferencias que parecen naturalizar, como las distinciones entre “ellos” y “nosotros”, y “aquí” y “allá” (Soledad Àlvarez, 2017).
3. Las luchas y resistencias de los migrantes al “régimen global de fronteras”
Prestar atención a las resistencias de los migrantes, en particular, las luchas que buscan garantizar el derecho a ejercer la hospitalidad, implica argumentar la existencia de nuevas subjetividades, formas de comunicación y acciones que se oponen a las estrategias contemporáneas de acumulación a través de la desposesión. Se trata de poner el foco en el conjunto de discursos y prácticas políticas empleados por los migrantes y sus defensores para desobedecer las estructuras que regulan los desplazamientos humanos. Al reconocer la agencia de los migrantes estamos situando estas luchas como parte integral de los antagonismos que confrontan al capitalismo contemporáneo (Varela Huerta, 2019).
Reconocer a los migrantes como actores políticos que desobedecen el “régimen global de fronteras”, en palabras de Varela Huerta (2019), significa poner en el centro de atención las leyes que nos extranjizan cuando no nacimos en los territorios que habitamos. Además, se destaca la práctica de la fuga, ya sea individual o colectiva, como una forma de resistencia directa contra el capitalismo, una especie de “contraconducta”. Se enfatiza las prácticas de desobediencias concretas que emplean los migrantes para ingresar a territorios metropolitanos, entendiendo estas acciones como insurgencias que socavan la noción ilusoria de que los movimientos humanos pueden ser controlados.
Al desafiar y traspasar las fronteras, los migrantes, refugiados y asilados están desnaturalizando la percepción de la violencia que afecta a los más vulnerables. Además, están interpelando a las democracias del Norte. El análisis de los procesos de organización, lucha y solidaridad de los migrantes nos permite comprender las formas concretas en que se manifiesta el “régimen global de fronteras” en las regiones donde estas disputas se desarrollan (Varela Huerta, 2019).
Un ejemplo de lucha y resistencia migrante nos es proporcionado por Basualdo, Domenech y Pérez (2019), quienes promueven la utilización y la reflexión sobre las cartografías y las prácticas de mapeo en el estudio crítico de las luchas y disputas relacionadas con el control y la libertad de movimiento en el espacio sudamericano. Este enfoque busca profundizar nuestra comprensión sobre cómo las políticas y prácticas de control del movimiento se configuran y transforman en respuesta a los controles fronterizos en expansión y cómo emergen las luchas migrantes en este contexto. También señalan la importancia de reconocer la agencia de los migrantes en la creación de contramapeos como una herramienta de resistencia y cambio en la narrativa sobre la movilidad y el cruce de fronteras.
Bajo este marco, el término “cartopolítica” se utiliza para describir la representación oficial de la frontera y de las migraciones, que a menudo simplifica la realidad compleja y diversa de los desplazamientos humanos. Esta cartopolítica está arraigada en el pensamiento de Estado y refleja las formas históricas en que el Estado ha representado y controlado los movimientos migratorios. Sin embargo, las “cartografías heréticas” y el “contramapeo” ofrecen una perspectiva alternativa al permitir la creación de mapas que representen las experiencias de quienes viven y transitan los territorios, sus luchas y resistencias. Esto contribuye a desestabilizar las concepciones hegemónicas relacionadas con género, raza, sexualidad y clase social en las políticas de control migratorio y fronterizo (Basualdo, Domenech y Pérez; 2019).
En el ámbito de la investigación, el uso crítico de las cartografías y la producción de mapas alternativos han abierto nuevas posibilidades para analizar las políticas y prácticas de control y vigilancia del movimiento, así como para generar nuevas formas de comprender la migración en términos de espacio, tiempo y territorialidad. Estos enfoques proporcionan herramientas importantes para abordar las dinámicas complejas y cambiantes de las migraciones y las fronteras en América Latina (Basualdo, Domenech y Pérez; 2019).
Quisiera destacar de esta manera el foco puesto en la agencia migrante frente al aumento y la diversificación de los controles fronterizos. Frente a la producción de cartografías de los “flujos migratorios”, como intento de control de la movilidad humana, se subraya las prácticas y estrategias de movilidad de los sujetos migrantes y sus reivindicaciones políticas. Junto a Basualdo, Domenech y Pérez (2019), sintetizo el poder de las prácticas cartográficas alternativas en los siguientes términos:
- Cuestionan los modos dominantes de cartografíar la frontera y los modos convencionales de visualizar las migraciones
- Discuten la idea de que la migración es un movimiento lineal único que lleva a un destino final y muestran la heterogeneidad de quienes se mueven
- Permiten una representación dinámica de los “flujos migratorios”
- Resaltan la dimensión política de los territorios, siempre vinculada a la existencia de disputas de poder por el control sobre el espacio
- Visibilizan los conflictos, las divisiones y las disputas de poder que las fronteras contienen, desde la perspectiva de quienes protagonizan los movimientos y los cruces
- Visibilizan las múltiples violencias ejercidas sobre los sujetos migrantes
- Dan cuenta de prácticas de negociación, contestación y resistencia
- Visibilizan las disputas de poder que ocurren en los territorios por el control del espacio
- Prestan atención a los modos en que los grupos sociales “grafían” o “marcan” la tierra, recuperando las miradas de los propios sujetos que transitan los territorios, sus luchas y resistencias
- Articulan nuevas formas de habitar y subvertir la frontera
Finalmente, desde la academia, espacio en el que me desarrollo, la invitación de Varela Huerta (2019), implica cuestionar los discursos y las estructuras conceptuales existentes y cambiar la forma en que se estudia y se comprende a los migrantes. Se trata de analizar la relación entre los derechos humanos y la gestión de las migraciones, reconociendo cómo los derechos humanos a menudo se utilizan para legitimar la violencia estatal contra los migrantes, al tiempo que ofrecen un paraguas de protección para las subjetividades que desafían el “régimen global de fronteras”.
A modo de conclusión
Con Varela Huerta (2019), resalto la importancia de pensar las migraciones, como perspectiva para estudiar el capitalismo; la potencialidad del enfoque de la autonomía de las migraciones; y, el énfasis en las resistencias de los migrantes.
El enfoque de la autonomía de las migraciones implica “coproducir saberes y construir estrategias de resistencia con los protagonistas de estos procesos, los migrantes”, desarrollando un sólido trabajo en red con intelectuales, organizaciones civiles y los propios migrantes. Envuelve una práctica de producción de “conocimiento situado” capaz de aportar en la transformación de las condiciones de opresión. Ello requiere cambiar las preguntas y el vocabulario que empleamos para estudiar las migraciones y una crítica a la manera cómo son “incluidos” los migrantes en los relatos de lo contemporáneo.
- Poner atención en las luchas por el derecho a ejercer la hospitalidad demanda:
- Reconocer la agencia de los migrantes al desobedecer el “régimen global de fronteras”, como uno más de los antagonismos que hoy se libran contra el capitalismo.
- Entender las luchas, resistencia, agenciamiento político de los migrantes para comprender las formas concretas que reviste el régimen global de fronteras.
- Atender el repertorio discursivo y de prácticas políticas que migrantes y defensores de migrantes ponen en marcha para desobedecer las formas de gobernar los movimientos humanos.
- Argumentar la existencia de nuevas subjetividades, nuevas formas de interlocución, nuevas performatividades que se oponen a las formas de acumulación por desposesión.
- Poner atención a las leyes que los/nos extranjerizan.
- Cuestionar el relato ilusorio de que los movimientos humanos pueden “gobernarse”, a partir de identificar las desobediencias concretas que los migrantes practican.
- Desnaturalizar la inmutabilidad de las violencias, a partir de identificar las prácticas de fuga que los migrantes ponen en marcha.
- Interpelar las democracias del Norte, reconociendo los procesos de organización, lucha y solidaridad de y con los migrantes.
Referencias:
Álvarez Velasco, Soledad (2017), “Movimientos migratorios contemporáneos: entre el control fronterizo y la producción de su ilegalidad. Un diálogo con Nicholas De Genova”. En Íconos. Revista de Ciencias Sociales, 58: págs. 153-164.
Mezzadra, Sandro (2012). “Capitalismo, migraciones y luchas sociales. La mirada de la autonomía”. En Nueva Sociedad, 237: págs. 159-178
Varela Huerta, Amarela (2019). “Capitalismo caníbal: migraciones, violencia y necropolítica en Mesoamérica”. En América Latina en movimiento. Migraciones, límites a la movilidad y sus desbordamientos. Traficantes de sueños, Madrid: págs. 99-124.
Lourdes Basualdo, Eduardo Domenech, Evangelina Pérez (2019), “Territorios de la movilidad en disputa: cartografías críticas para el análisis de las migraciones y las fronteras en el espacio sudamericano”. En REMHU, Brasília, v. 27, n. 57, p. 43-60.
Doctora en Jurisprudencia por la Universidad de Cuenca. Obtuvo un Maestría en Género y Desarrollo en la misma universidad. Posee un Doctorado (Phd) en Derecho por la Universidad Andina Simón Bolívar. Fue Directora del Instituto Nacional de la Niñez y la Familia, en Azuay, Cañar y Morona Santiago. Secretaria Ejecutiva del Concejo Cantonal de la Niñez y Adolescencia de Cuenca. Se desempeñó también como Jueza Provincial de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia del Azuay. Laboró en el Municipio de Cuenca y en el Gobierno Provincial del Azuay. Autora de artículos y libros sobre derechos y género. Ha participado como ponente y coordinadora en seminarios nacionales e internacionales vinculados a su campo de estudio e investigación