“caminando la palabra y el pensamiento de nuestras ancestras con corazón y rebeldía”
Luego de la firma del acta por la PAZ y el inicio de las mesas de diálogo para responder a las demandas del paro nacional existe incertidumbre debido a las permanentes burlas de los gobiernos y a la falta de voluntad del estado de integrar a todos los sectores sociales, a los pueblos y nacionalidades que tienen proyectos de vida muy diferentes de la clase burguesa.
Acuerpándonos estamos presentes las mujeres en sus diversas organizaciones y movimientos, lo esencial es que nosotras nos hallamos vinculadas directamente con los territorios, los recursos naturales y en defensa de estos espacios de sobrevivencia; de esta manera se explica la presencia permanente de las mujeres caminando la palabra de las ancestras, tejiendo sueños y enlazando alianzas con las otras y otros para juntes alcanzar la liberación porque estamos cansadas de la opresión, de la complicidad en las corrupciones y la cobardía de las autoridades electas para velar por los intereses de todes.
En este proceso histórico contínuo las mujeres nativas han generado sus propias estrategias de lucha y cambio que intentan reconciliar y actuar en doble vía: abogar por los derechos colectivos de los pueblos y nacionalidades y por otro lado visibilizar las condiciones y barreras que discriminan, violentan y victimizan por ser mujeres (Sánchez, 2005; Figueroa Romero, 2020, p, 105).
En esta doble vía de lucha, se explica que los cambios sustanciales en las relaciones del estado con los pueblos nativos referente a la justicia social y los derechos humanos de los pueblos indígenas no hubiese sido posible sin la vitalidad del movimiento de mujeres nativas (Sieder, 2017 en Figueroa, 2020, p 106) .
La construcción de la identidad genérica y política de las mujeres indígenas es relacional y producto de la praxis de resistencia y diálogos con actores y aliados en procesos de luchas concretas, exponiendo sus cuerpos para enfrentar a la estructura del estado. Sin embargo pasar de complementar las movilizaciones junto con los compañeros para tomar presencia y voz en las estructuras de las organizaciones ha implicado un gran esfuerzo (Tibán, 2004). Son vitales y centrales las luchas de las mujeres por el derecho a la tierra, la educación, la soberanía alimentaria, el cuidado de la Madre Tierra. Cuando la crisis del sistema capital se profundiza las mujeres han buscado estrategias de luchas; así para defender los territorios indígenas ante la privatización del agro, la presencia de agroindustrias y la invasión territorial en la amazonía (Tsenkush, 2012) se formaron alianzas.
En la consecución de derechos, las mujeres hemos avanzado con una agenda dentro del seno de las organizaciones mixtas haciendo un llamamiento a la re- composición del equilibrio entre géneros, visibilizando la discriminación y la violencia. En este sentido, Chancosa (2004) afirma que las mujeres nativas ecuatorianas “produjeron una crítica al poder y al verticalismo autoritario a fin de construir nuevas formas de gobernanza horizontales y complementarias”. En su afán de desarticular el sistema patriarcal, las mujeres nativas han hecho presencia en foros, seminarios, espacios y cargos, en los cuales ha sido vital para generalizar “visiones pluralistas del ejercicio del poder, cuestionar la verticalidad de la toma de decisiones y la construcción de imaginarios políticos genérica y racialmente inclusivos” (Figueroa, 2020, p, 121).
El proceso político de las mujeres evolucionó y maduró en función del proyecto de sus pueblos, en la esfera de EIB, en el desarrollo económico y el ejercicio de derechos y defensa de sus territorios. Las mujeres nativas hemos ido creando un pensamiento propio de crítica hacia las relaciones de poder. Revelando la distancia e inequidad entre la sociedad mestiza y los pueblos nativos así como las relaciones jerárquicas que existe entre las mujeres profesionales urbanas y mujeres comunitarias (Figueroa, 2020, p.124).
El discurso de derechos humanos dio la oportunidad de integrar las demandas colectivas a favor de los pueblos y nacionalidades al mismo tiempo ubicar los reclamos específicos como mujeres. Se interpretó a los derechos humanos desde varios escenarios de discriminación contra los pueblos y las mujeres por su condición de mujer, se visibilizó la violencia contra las mujeres, la violencia contra el medio ambiente y la madre tierra y la riqueza cultural de los pueblos y nacionalidades como son los conocimientos.
Los liderazgos de las mujeres nativas está guiado por valores de empatía, compromiso, generosidad, entrega y disposición al consenso (Figueroa, 2011).Van a reuniones de sus hijas e hijos, a las reuniones del ayllu, a las mingas y en ellas realizan relaciones de sororidad, de afinidad, solidaridad, consanguinidad (Silvia Rivera, 2022). Bajo estos liderazgos, la mirada constructora de comunalidad con el movimiento mixto ha permitido extender lazos de solidaridad y hermandad con otros movimientos a nivel internacional. La presencia de mujeres lideresas ha generado nuevas demandas que de manera efectiva critican desde adentro y hacia fuera la discriminación y el racismo estructural, así como las iniquidades de género. Realidades que implica permanecer en pie de lucha, ya sea apoyando a los dirigentes, a las organizaciones y continuar la resistencia sin espadas y fusiles, únicamente con nuestras voces.
La lucha política está considerada en términos de sobrevivencia y defensa de los recursos básicos de subsistencia. En este sentido, millones de mujeres nativas viven en las ciudades en situaciones de precariedad y olvido absoluto. Es decir, los pueblos nativos hemos construido nuevos territorios dentro de las ciudades. No obstante el estado no ha tenido voluntad de mejorar el trato a los pueblos originarios ni de atender nuestras necesidades.
Es fundamental que los estados-naciones aborden las injusticias, las inequidades para iniciar un proceso de construcción de sociedades libres de discriminación, racismo y violencia contra las mujeres, adolescentes y niñas. En esta forma se podrá disminuir la violencia simbólica, política, económica, social, doméstica, la apropiación cultural de nuestras vestimentas y de los conocimientos. El desafío es continuar construyendo un pueblo una sociedad mirándonos a los ojos y no de espaldas, como hasta ahora. Con nuestras luchas se pretende construir los cimientos de la interculturalidad para la edificación de la plurinacionalidad.
Referencia bibliográfica
Simbaña, F y Rodriguez A. 2020. Compiladores. Así encendimos la mecha.
Rivera, Silvia, 2022. Conversatorio: las mujeres y su resistencia.
Portada: Foto tomada de diario El País
Nativa de Saraguro. pertenece a la nacionalidad Kichwa. Estudió en Zamora en la Escuela de Líderes. Cursó estudios universitarios en Cuenca. Es abogada, tiene estudios en lengua y literatura, es magister de Estudios de la Cultura y un Diplomado en Educación Intercultural Bilingüe. Maestra de secundaria y educación superior, investigadora. Ha publicado varias obras, así como artículos en revistas y periódicos. Ha desempeñado varios cargos vinculados a Educación Bilingüe. Es conductora del programa Ñukanchik llata Kashpa (Nuestra identidad) en la Radio comunitaria de Saraguro “KIPA RADIO”, FM 91.3.