EXIGENCIA DE RENOVACIÓN CIUDADANA Y SOLIDARIDAD SOCIAL
En tiempo de navidad, se renueva la esperanza, que no se reduce al ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea, o como ese valor que brota de la mente positiva que nos persuade de que, frente a los retos de la vida, el resultado será beneficioso, sino como aquella virtud humana que mantiene y recrea los ideales, valores, visiones y misiones trascendentales que se forjan en el devenir de nuestra existencia y que brotan de la valoración del don de la vida.
Así la esperanza, lleva a la convicción de que es posible cambiar conductas, condiciones, situaciones, estructuras y realidades que constituyen barreras (obstáculos) que retardan o impiden la realización de las mejores utopías basadas en la fraternidad, solidaridad, justicia y verdad entre los seres humanos y de convivencia armónica con la naturaleza.
Sin embargo, esta navidad se celebra en condiciones muy difíciles, como que todo viene agravándose, se deterioran las condiciones de vida y no se toca fondo. La esperanza se debilita, la conciencia se adormece, disminuye el asombro y la resistencia, flaquean las convicciones cívicas y democráticas, el cinismo y la mentira se difuminan, crece el despilfarro de los fondos públicos, la fiesta y el circo alienante, la simulación del deber, el acomodo y la imagen postiza, la opacidad en la contratación pública y las amenazas mafiosas a la justicia. Una especie de enfermedad terminal acecha al organismo social y el pesimismo invade a la sociedad.
Sin embargo, la navidad siempre será esperanza, pero cultivar la esperanza no significa una espera indiferente, pasiva, y oportunista, sino por el contrario exige reflexión, discernimiento, acción consciente, colectiva, coherente y perseverante, asumir los problemas con decisión y compromiso colectivo para preparar las condiciones que hagan posible lo que se aspira para el bien común.
En consecuencia, para la realización de la esperanza, es necesario generar una reacción unitaria, pluralista, inclusiva, participativa, democrática, organizada, firme y solidaria de la ciudadanía para reconstituir desde la sociedad civil, la honestidad y rectitud en las relaciones sociales en la esfera de lo privado, lo comunitario, lo público y estatal.
Para ello es imprescindible fortalecer las organizaciones y colectivos ciudadanos, en forma independiente de cualquier gobierno central o local, entidad pública, partido o movimiento político, abriendo espacios de reflexión autocrítica, diálogo sobre los problemas comunes, planificación, ejecución y evaluación de las tareas grupales, para levantar una poderosa resistencia ciudadana a todo acto de corrupción, exigir las investigaciones pertinentes y la información sobre las actuaciones administrativas y judiciales. Basta ya de indiferencia y tolerancia a la corrupción.
Se necesita, por lo tanto, multiplicar las veedurías y observatorios ciudadanos, contralorías comunitarias, tribunas populares, presentación de denuncias debidamente fundamentadas y motivadas a la Defensoría del Pueblo, Superintendencias, Fiscalía, Contraloría General del Estado y a la opinión pública, y exigir a las autoridades que tienen conflictos de intereses con los hechos denunciados, que se aparten de su función pública, mientras dure la investigación y respuesta; y de ser clara la acción, omisión, permisividad, complicidad o encubrimiento con los actos de corrupción, que presenten la renuncia a sus funciones.
En otros países, los funcionarios administrativos de más alta jerarquía, por negligencias de menor cuantía, cometidas en el área de su competencia, dan un paso al costado, para que se hagan las investigaciones con libertad, pero aquí en el país, se cometen peculados y negociados monstruosos con los fondos púbicos y los responsables políticos de más alta jerarquía siguen en sus funciones con descaro y desafiantes.
Sí, la navidad es esperanza, pero también, decisión de renovación.
Portada: imagen tomada de https://acortar.link/SafCzH
Asesor jurídico, articulista de “El Mercurio”. Participa en algunas organizaciones ciudadanas como el Cabildo del Agua de Cuenca, el Foro por el Bicentenario de Cuenca y en una comisión especial para elaborar el Sistema Nacional Anticorrupción.