LA CONSULTA: ATRASADA Y RIESGOSA
Dentro de dos semanas estaremos en las filas de votantes, en consulta popular, para aprobar o rechazar cuatro preguntas del presidente Noboa sobre tres reformas constitucionales, más la conveniencia o no de reunir una constituyente que redacte la constitución número 21 del país.
Los temas de la consulta son necesarios de debatir, pero antes que un deseo de cambio para gobernar mejor, Noboa busca legitimarse mediante un triunfo sobre sus opositores y, solo para eso, la consulta es tardía y de alto riesgo porque puede pasar como la consulta de Lasso (y antes las de León o Sixto): o sea que el pueblo no vote por las propuestas sino contra el mandatario, quien para esta consulta llega muy desgastado.
El presidente pregunta si estaríamos de acuerdo con reformar la constitución para permitir bases militares extranjeras “con fines militares”: pregunta mal hecha, desperdiciada y peligrosa. La Convención de Viena de las Naciones Unidas contra el Narcotráfico suscrita por Ecuador, permite que fuerzas armadas de un país asistan a otro en patrullar mar, tierra y aire para detener narcos. Pero eso es muy distinto a lo propuesto por Noboa:
Traer soldados foráneos “Con fines militares” no significa antinarcórticos. Los extranjeros que vendrían serían de Estados Unidos y se comportarían como en el mar Caribe. El problema de que disparen (a embarcaciones del ¿narcotráfico?) antes de preguntar podría generarnos muchísimos problemas… y sangre: Si los narcos son presionados así podrían contestar con atentados terroristas contra la población civil, lo que agravaría la violencia que vivimos.
Otras preguntas se refieren a quitar el financiamiento estatal a los partidos políticos, lo que no está mal; y a reducir el número de asambleístas a casi la mitad, con lo que cada provincia tendría un asambleísta, más otro por cada 400.000 habitantes. El Azuay se quedaría con tres, en vez de seis.
Reducir el número de asambleístas es correcto, pero el nivel propuesto puede mermar demasiado la representación ciudadana. Se dice que las minorías quedarían sin opción de ser electos, pero tampoco con el sistema actual están bien representadas. En el Legislativo el problema es la mala calidad de muchos asambleístas y una reducción no serviría de mucho si no se asegura la buena formación de los legisladores electos.
La pregunta final consulta la conveniencia de una asamblea constituyente para redactar una constitución que sustituya a la actual. Otra vez mal. La Constitución del 2008 ya está agotada en su modelo político, deben modificarse de urgencia los capítulos del poder electoral y el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, pero en materia de derechos la Constitución no se debe tocar.
La convocatoria a la consulta debió ser solo para reformar la fracasada estructura de poderes y ese esperpento del fracasado Consejo de Participación, pues la designación de autoridades por su parte no ha sido impoluta y urge que se reforme. Enviar sus potestades de nuevo a la Asamblea envuelve el riesgo político con el de su cuestionada capacidad, aunque podría ganarse transparencia. (I)
Portada: imagen tomada de https://n9.cl/txontm
Periodista, comunicador social, abogado. Hoy, Periodista de Academia TV. Laboré 27 años en medios locales como editor, redactor y reportero. Diarios El Mercurio, La Tarde y El Tiempo; revista Tres de Noviembre del Concejo Cantonal de Cuenca; radios El Mercurio, Cuenca y América.