
LA CALENTURA NO ESTÁ EN LAS SÁBANAS
Uno de los grandes problemas o escollos identificados en la administración pública, es el centralismo, que condiciona, limita y entorpece la eficaz y eficiente prestación de los servicios.
La razón de ser de las instituciones, es contribuir a mejorar las condiciones de vida de la población, contribuir a garantizar los derechos, establecer mecanismos y procedimientos que posibiliten ejercerlos, así como activar mecanismos de reparación cuando han sido vulnerados.
Las provincias y cantones del país, pugnan por la desconcentración y la descentralización, no porque quieran convertirse en independientes, sino para poder adoptar las decisiones que permitan resolver los problemas locales identificados en cada territorio. No escapa al entendimiento de la mayoría que el Ecuador es un país diverso, así como son sus problemas y necesidades territoriales.
Por lo señalado y muchas más razones, no podemos estar de acuerdo con propuestas que buscan centralizar las decisiones y las acciones como plantea el recientemente posesionado presidente del Consejo Directivo del IESS, respecto de la compra de medicamentos. El argumento que esgrime es la lucha contra la corrupción, señalando que (entrevista en Teleamazonas) el problema esencial de la corrupción es “… que los hospitales tengan su propio presupuesto, porque cada gerente de hospital decide qué hacer con el presupuesto, que comprar, que dejar de comprar, dónde poner la plata y eso hace que los hospitales sean muy atractivos para los grupos de delincuencia organizada, para los grupos de corrupción…es necesario dejar de darle dinero y darles medicinas para que hagan su trabajo”, dice que las medicinas serían compradas por un “equipo centralizado en Quito que tenga pleno conocimiento y más que cualquier otra cosa, que esté profundamente auditado…”
Al respecto, y acudiendo a la sabiduría popular, hay que tener claro que “la calentura no está en las sábanas”, no se trata de re centralizar, sino de auditar y controlar, esa debería ser la función del nivel central, pues lo contrario implica encomendar la decisión de qué y cuánto a un grupo de personas que desde un escritorio deciden y definen cuáles deben ser las necesidades en lo local.
No conozco en detalle lo que sucede en la compra de medicamentos, pero en ámbitos como el equipamiento, no hay desconcentración, pues la adquisición de equipos depende de las decisiones del nivel provincial y nacional.
Adicionalmente para realizar la compra centralizada, deben confluir las demandas de todas las unidades al mismo tiempo, lo que puede redundar –como ya ha sucedido en otros ámbitos- en que, para cumplir con las disposiciones, se presenten requerimientos que no se ajusten a las reales necesidades, pues, la otra opción tan o más riesgosa, es que desde el nivel central se tomen decisiones en función de históricos o proyecciones sin sustento real.
Hay mucho que analizar desde la perspectiva técnica y de un ejercicio adecuado de planificación, no está bien tomar decisiones a priori. Haciendo un símil con los protocolos médicos, antes de aplicar tratamiento o realizar procedimientos hay que tener resultados de diagnóstico certero.
En materia de políticas y acciones públicas, es obligatorio hacer el diagnóstico mirando al pasado, para no volver a los errores cometidos, aprender de la experiencia propia y ajena y con base en la realidad local y nacional adoptar las mejores decisiones. Como ha dicho el propio Lama, “hay que tener información para poder actuar”.
En temas como el mentado, no hay que apresurarse aunque sí avanzar con paso firme, para evitar desabastecimientos o inexistencia de medicamentos e insumos.
El Presidente del Directorio del IESS se ha referido con énfasis en la necesidad de atacar la corrupción, ha dicho también que hay que “limpiar el IESS de burocracia” entendida como “…ese empleado público indolente que no le importa el sufrimiento humano, que está sentado ahí simplemente por cobrar un sueldo, un vago… hay que encontrar estos malos elementos y desvincularlos de la institución, porque tenerlos es otra forma de corrupción, tolerar un mal trabajo o un insuficiente compromiso con la institución es un mal uso de los recursos de los afiliados”.
En esto, no podemos estar más de acuerdo.
Se ha referido también a la necesidad de la “Historia Clínica Universal” (sic) y ha dicho que coordina permanentemente con el Ministro de Salud.
Desde 2002, la Ley Orgánica del Sistema Nacional de Salud plantea la obligatoriedad y el derecho de contar con una Historia Clínica Única, que se reafirma en la Ley Orgánica de Salud en 2006, así como la existencia de un Sistema Nacional de Información en Salud. Esperemos que la voluntad política confluya para contar con estas herramientas que sin duda contribuirán a reducir la fragmentación y segmentación en el Sistema de Salud, con todo lo que ello implica, y avanzar hacia la garantía de una a
Portada: Imagen tomada de: https://www.expreso.ec/tención equitativa y de calidad.

Mujer estudiosa y analítica, lectora atenta y escritora novel. Doctora en Jurisprudencia y Abogada – Universidad de Cuenca, Máster en Gestión de Centros y Servicios de Salud – Universidad de Barcelona, Diplomado Superior en Economía de la Salud y Gestión de la Reforma – Universidad Central del Ecuador. Docente de maestría en temas de políticas públicas y legislación sanitaria –Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en el área de vinculación con la sociedad, legislación relacionada con el adulto mayor – Universidad del Adulto Mayor. Profesional con amplia experiencia en los sectores público y privado, con énfasis en los ámbitos de legislación, normativa y gestión pública.