EL REFUGIO DE LOS LIBROS
Frente a la debacle en la que nos debatimos en este hermoso país llamado Ecuador, tenemos los lectores el refugio de los libros, que nos permiten evadirnos, tomar aire, renovar las fuerzas, cambiar de perspectiva.
A menos que nos importe un bledo lo que sucede, es necesario salir del bucle de las malas noticias, de la inseguridad, de la incertidumbre a las que parecemos condenados merced a quienes ejercen actividad y cargos políticos.
Vivimos en un país sui géneris, sin duda por sus múltiples bellezas y atractivos, pero también por lo que a diario acontece. No hay tiempo de aburrirnos. Pasan cosas horrendas, graves, serias, importantes, asistimos a espectáculos protagonizados por personajes que no da gana ni de nombrarlos para no engrandecerlos.
Cómo no va a ser excepcional un país que, en lo que va del año, ha tenido tres personas distintas en la cargo de Vicepresidenta; una de ellas -la designada por voto popular- cree que se manda sola, que no debe respetar la Constitución, la ley, ni los procedimientos a los que como servidora pública está obligada.
Es insólito que no tengamos reglas claras, que eviten las dudas, interpretaciones y opiniones, sobre si el Presidente debe o no pedir licencia durante el período de campaña electoral. En derecho público sabemos que solo se puede hacer lo expresamente permitido, más, ni la Constitución, ni la ley, ni la sentencia de la Corte Constitucional, prescriben sin lugar a dudas como proceder en el caso de un Presidente que termina el periodo de otro.
Como no calificar de extravagancia, cuando no una afrenta, que las mujeres que participan en política atribuyan todo ataque, desacuerdo o acción que las afecta, como violencia política de género, sin asumir que los eventos de los que reniegan, se producen por su condición de sujetos políticos o públicos, no por el hecho de ser mujeres.
Que más puede ser sino insólito, que hayamos estado más de dos meses con cortes prolongados de energía en épocas previsibles de estiaje hidrológico, por no tener fuentes distintas de generación eléctrica, ya que no se avanzó en el cambio de la matriz energética tan mentada desde hace más de una década.
Insólito también, que por falta de previsión y de obras oportunas, nuevamente estemos padeciendo los daños y peligros en las carreteras producto de las lluvias que no han parado desde finales del 2024.
Anómalo y pernicioso que tengamos una Corte Nacional de Justicia, que conociendo su obligación de presentar la terna para elegir a los vocales del Consejo Nacional de la Judicatura, en la cual estará quien lo presida, no sea capaz de pensar en el país, actúe como una instancia política, con intereses particulares y de grupo, abonando a agravar la fragilidad de la Función Judicial y a instalar dudas sobre la probidad de quienes integren esa terna.
Cómo no señalar de inusual, un país en el que el Consejo Nacional de la Judicatura, no puede realizar el concurso para designación de jueces y conjueces de la Corte Nacional de Justicia, porque a lo largo de nueve meses y en reiteradas ocasiones se detectaron graves anomalías, que llevaron a declarar la nulidad insanable en noviembre.
Absurdo también que el Consejo Nacional de la Judicatura, máximo órgano de administración de la Función Judicial, haya estado presidido entre febrero y diciembre de 2023 por quien fuera arrestando mientras ejercía el cargo, procesado y condenado por el delito de delincuencia organizada; y hoy, por un individuo designado en un proceso cuestionado, y con un accionar al menos cuestionable, habiendo sido abogado de “dos sujetos” –como él los llamó-, que en 2014 buscaron su patrocinio para un tema administrativo, según dijo, vinculado el tema y ellos al cartel de Sinaloa, a quienes quiso hacernos creer no conocía, cuando eran sus cuñados.
Entramos ya oficialmente en campaña electoral, seguramente tendremos varios vendavales, que ojalá no hagan naufragar el barco en el que navega nuestra frágil democracia.
Digan si no les da gana de evadirse, aunque sea por ratos, para olvidar la cruda realidad, entrando imaginariamente en otros escenarios, algunos cruentos también pero ficticios, otros que alivianan la carga y nos insuflan ánimo para seguir bregando.
Mujer estudiosa y analítica, lectora atenta y escritora novel. Doctora en Jurisprudencia y Abogada – Universidad de Cuenca, Máster en Gestión de Centros y Servicios de Salud – Universidad de Barcelona, Diplomado Superior en Economía de la Salud y Gestión de la Reforma – Universidad Central del Ecuador. Docente de maestría en temas de políticas públicas y legislación sanitaria –Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en el área de vinculación con la sociedad, legislación relacionada con el adulto mayor – Universidad del Adulto Mayor. Profesional con amplia experiencia en los sectores público y privado, con énfasis en los ámbitos de legislación, normativa y gestión pública.