SOBRE LA SITUACIÓN DE LA VICEPRESIDENTA Y LOS DISCURSOS DE GÉNERO
Viendo la reacción de Verónica Abad, aprovechando el 25N, pienso que el feminismo no solo ha permitido que estemos donde estamos –incluida ella, como Vicepresidenta–, sino que tarde o temprano ampara a todas, pues Abad hoy usa a conveniencia el discurso de la violencia contra las mujeres, desde sus propios intereses y desde su individualismo, no lo hace desde el reconocimiento de procesos históricos y colectivos.
El feminismo es a favor de todas las mujeres, sí; no obstante, es difícil pedirnos a las feministas que hoy defendamos a Abad porque, pensando desde la interseccionalidad, no hay feminismo posible en contextos antiderechos; el feminismo está en contra de todas las violencias, violencias que Abad desconoce y niega y, a la par, legítima –los discursos de Abad son contundentes contra los pobres, contra los migrantes, contra los derechos de los trabajadores y de las mujeres, contra un Estado que vele por los más vulnerables, etc. –. ¿Es violencia de género lo que está pasando con Abad? Creo que no, son los juegos del poder de los que ella es partícipe.
¿Por qué exigirnos a las feministas que tomemos postura? Mejor pedirles a los constitucionalistas, a los voceros institucionales y a las organizaciones políticas, responsables de alianzas pegadas con babas. Los grupos feministas no son indiferentes y están teniendo sus propias reflexiones al interno, pero sin perder de vista el contexto en el cual se producen las prácticas y los discursos.
No creo que aquí hay violencia de género, lo que hay es irresponsabilidad en la conformación de las alianzas políticas y los binomios –sin norte ideológico, ni interés por el país– y allí Abad es tan responsable como Noboa; hay también ambigüedad de las funciones de los vicepresidentes, pero esa discusión es jurídica y constitucional, no de género. Existe, sí, el uso de las mujeres para cumplir la norma electoral, esa sí es una discusión de género, pero en este caso no al margen de la lectura de alianzas partidistas y politiqueras.
Si mañana, y ojalá no, Abad fuese víctima de violencia de género o se vieran vulnerados sus derechos humanos, estoy segura que allí estará nuestra voz y nuestro grito. Por ahora, allá arriba los juegos de poder son complejos y, a veces, ilegibles. Acá, abajo, en los grupos de mujeres en los que participo, los chats no han parado de sonar este par de días, no somos indiferentes, y nuestras discusiones no son planas, nos cuestionamos, nos interpelamos, coincidimos y discernimos a la vez, hay consenso y disenso. No somos indiferentes y continuamos pensando y reflexionando … Continuamos caminando, en contra de todas las violencias y al margen de todos los poderes.
Antropóloga, Doctora en Sociedad y Cultura por la Universidad de Barcelona, Máster en Estudios de la Cultura con Mención en Patrimonio, Técnica en Promoción Sociocultural. Docente-investigadora de la Universidad del Azuay. Ha investigado, por varios años, temas de patrimonio cultural, patrimonio inmaterial y usos de la ciudad. Su interés por los temas del patrimonio cultural se conjuga con los de la antropología urbana.