NOBLEZA OBLIGA
La expresión nobleza obliga, poco escuchada en los días que corren, era muy popular en siglos pasados, quienes nacimos en el XX la escuchamos decir a los mayores y la hemos usado muchas veces, en lo serio y lo trivial. Es una expresión que viene del francés y se utiliza –entre otras- para aludir a quien actúa o debe actuar con honestidad, observando principios y normas de comportamiento de gente de bien, o para reconocer los méritos ajenos o atribuir a cada quien lo que le corresponde.
Recordé la frase al escuchar a la candidata Luisa González, el domingo 20 de agosto, luego de conocer los resultados que la catapultan a la segunda vuelta electoral, pero no porque hiciera algo bueno, sino por lo contrario, y pensé que no sabría lo que significa, ni se la aplicaría, pues agradecía por los votos recibidos, diciendo que representaba, cito: “a todas las mujeres de mi patria de Latinoamérica del mundo”.
Al escucharla pensé que la vanidad obnubila, porque muchas mujeres, quizá el mayor número de las que habitamos en el Ecuador, no se diga las de Latinoamérica y el mundo, ni nos sentimos representadas, ni hemos delegado en González nuestra representación, incluso la inmensa mayoría de las que viven en otros países y latitudes ni siquiera sabrán que ella es candidata o de su existencia.
No es patrimonio exclusivo de González incluir hipérboles en el discurso, faltando incluso a la verdad como en este caso, lo que no quiere decir que por ser común este bien, tampoco es la primera ni la única persona que se atribuye condiciones que no las tiene, lo que tampoco está bien, ni es deseable, pues como dice el refrán: mal de muchos, consuelo de tontos.
Han dicho los que saben, que Luisa González es candidata porque Correa así lo decidió, o como lo vimos en medios de comunicación, porque Glass, declinó su nominación y la propuso; en todo caso, se inscribió como candidata a la presidencia, por la lista 5, que no representa a las mujeres, sino al movimiento político denominado revolución ciudadana.
La identidad de género, no avala a una persona para creerse representante de quienes la compartimos, tampoco para escudarse en ella y utilizarla a conveniencia. En conclusión y sobre el tema propuesto, sin representar a nadie más que a mí misma, consigno mi incomodidad y protesta, pues González no me representa.
Revisando los resultados preliminares, pero ya con la casi totalidad de actas escrutadas, lo que hace impensable un cambio de tendencias, me atrevo a elucubrar que la candidata de marras tampoco representa, o no es del agrado de un buen número de votantes de la propia revolución ciudadana, pues a nivel nacional hay una diferencia de 6 puntos entre los votos que obtienen la lista de asambleísta 39,35% y los de la candidata 33,62%; en Azuay hay 3 puntos de diferencia 29,83% y 26,12% respectivamente, las cifras hablan por sí solas, aunque los correistas, intenten minimizar este hecho, en todo caso y como suelen decir: dato mata relato.
Nobleza obliga, a que Luisa –la candidata de la que hablamos-, pida disculpas y deje de decir que representa a las mujeres, así como que ella ha obtenido (supongo que no creerá que por sí misma), el número de votos con los que junto a su binomio pasan a la segunda vuelta, pues el hecho fáctico es que los votantes de RC5, consignan su voto por el candidato(a) de Correa, no importa quien sea, es más, un gran número vota pensando que lo hace por él, al punto que la propaganda de todos estaba acompañada de la imagen del ex – presidente y el señalamiento de que la 5 es la de Correa.
Nobleza obliga también a reconocer, que Daniel Noboa obtuvo los votos que lo llevan a la segunda vuelta, por sus propios méritos o por las simpatías que ha despertado en quienes votaron por él.
Tenemos por delante casi dos meses para la segunda vuelta electoral, veremos que nos presentan en esta campaña y en el debate al que deberán concurrir los dos finalistas de la contienda. Esperemos que la candidata no se escude en su condición de mujer para victimizarse o atacar al contrincante; y, que no vuelva a decir que representa a todas las mujeres, porque no es verdad.
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Mujer estudiosa y analítica, lectora atenta y escritora novel. Doctora en Jurisprudencia y Abogada – Universidad de Cuenca, Máster en Gestión de Centros y Servicios de Salud – Universidad de Barcelona, Diplomado Superior en Economía de la Salud y Gestión de la Reforma – Universidad Central del Ecuador. Docente de maestría en temas de políticas públicas y legislación sanitaria –Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en el área de vinculación con la sociedad, legislación relacionada con el adulto mayor – Universidad del Adulto Mayor. Profesional con amplia experiencia en los sectores público y privado, con énfasis en los ámbitos de legislación, normativa y gestión pública.