LOS RAYMIS
Hablar de los raymis es hablar de nuestra presencia y continuidad. La continuidad cultural se expresa en la reproducción y el mantenimiento del sistema simbólico que se da en los raymis y las fiestas. Cada cultura tenía y tiene su propia concepción de la Pacha –tiempo y espacio–, del Tiksimuyu –mundo, el pluriverso–, Pachamama, Madre Tierra, las formas de relacionamiento y de aprendizaje en un proceso integral con la Tierra. Se sintetiza en “la tierra nos cría”.
Definamos ¿qué es un raymi?
Los raymis son parte fundamental de la espiritualidad andina y sus pueblos. Son un conjunto de ceremonias y rituales que los antepasados celebraban para entrar en comunicación con los seres no humanos con los espíritus creadores y cuerpos celestes y luminosos, con los apus, los urku yayas, –espíritus de los cerros y montañas–. Cada raymi es re-novación y re-nacimiento del pensamiento y de la vida porque todo es constante renovación, re-novar el sentido de vida: integral, global, armónica con la Madre Naturaleza y sus seres vivientes.
Además, los raymis son un relacionamiento del kay pacha, el hanan pacha y el uku pacha. Es decir, el tiempo presente y el Hanan Pacha –la bóveda celeste que acoge a las constelaciones, estrellas, el sol y la luna–, con el Uku Pacha –el mundo oculto, el mundo de los misterios, el de los mallkis o nuestros primeros ancestros y ancestras–; es decir, es la relacionalidad entre dos espacios sagrados del Cosmos-Pacha. Dentro de esta relacionalidad están los ciclos de la vida –el Kawsay– y los ciclos agrícolas, siempre presente la PARIDAD (Xavier Lajo, 2005).
Los raymis se celebran en lugares o sitios sagrados, como en la confluencia de dos o más ríos, en el cruce de las cadenas montañosas, en las lagunas, en las líneas imaginarias identificadas como cekes. El raymi es diferente a una fiesta. El nombre de la fiesta en nuestro idioma es harana. La fiesta se realiza en un espacio público, en las casas.
Los raymis son anteriores a la cultura del Tawantinsuyu, no nacen con los Incas. Las culturas pre-incas ya lo realizaban. Lo dicho se observa en el arte, la cerámica, escultura, tejidos que nos han dejado. Solo que los incas tomaron estos conocimientos y los readaptaron a la religiosidad inca. Se dispuso que se celebren en los cuatro suyus, conforme la división política administrativa.
Bolivar Yantalema (entrevista personal, 2020) sostiene que los Caranquis, los Kayambis, los kitus ya manejaron los conocimientos astronómicos, los solsticios y equinoccios. Además, Cerrón (2014) señala que el término Inti, designando al Sol, viene del puquina I- Il que significa Luz, Creador. La palabra inti fue el nombre de un ave, un ser alado que llevaba consigo el inca, como una waka protectora.
El inka Pachakutik institucionalizó las ceremonias al Sol en la década de 1430 como parte de la reorganización político administrativa, en su afán de detener la destrucción del Tawantinsuyu (Sullivan 2006). Por ser rituales de re-novación constante, en 1572 fue prohibido todo tipo de ceremonias de las culturas.
La celebración de los raymis en la época de los incas tenía el objetivo de alcanzar la re-novación y re-nacimiento de la unidad integral y territorial de los cuatro suyus del Tawantinsuyu; estableciéndose así el culto al Sol, al Inka, a la Pachamama y a la Killa/ Koya. Se estableció cuatro raymis: inti raymi, kuya raymi, kapak raymi y pawkar raymi. Todas estas ceremonias se realizarían en cada suyu (región) y en cada comunidad o pueblo (organizado en SAYAS). Cada suyu y saya debió ser asignado conforme al calendario ritual señalado por los willkas o sacerdotes. No todos los raymis se cumplían con tanta intensidad en el koricancha del Cusco, sino en cada suyu y la designación de sayas, a la cual asistían delegaciones de otros suyus.
El Inti raymi se celebra en el solsticio de verano, el 21 de junio, el sol se encuentra en el cielo a la mayor distancia angular negativa del ecuador celeste (en hemisferio norte). Los aymara celebran el inti raymi llamado Willka kuti o retorno del sol el 21 de junio en Tiyawanaku. El objetivo de esta celebración es el agradecimiento a la Pachamama y al Sol por las cosechas, los frutos maduros. El inti raymi correspondería al Chinchasuyu, y por eso hoy se celebra con mucha fuerza en el norte del Ecuador, por los pueblos otavalos, durante ocho días consecutivos, en los cuales hay una ceremonia de purificación o baño en las cascadas (cascada de Peguche; las cascadas y manantiales son canales de comunicación), el ritual simbólico de la toma de la plaza central, por los ayllus del hanan/arriba y los del urin/ de abajo.
Y luego la fiesta y las danzas, el disfrute de muy variada comida que preparan en cada casa y familia. En la región sur, no tiene tanta vitalidad, aunque se ha retomado esta celebración como en el caso de Saraguro que se comenzó en 1986 por iniciativa de un grupo de jóvenes que habían visitado Otavalo. Y así un ayllu de nombre Chukidel (lugar cienagoso-lagunas) fue designada para la celebración anual del inti raymi, en la cual participan todas las comunidades nativas de Saraguro.
El sol tiene su órbita o camino a lo que llamamos solsticios y equinoccios. Este caminar del sol, según los astrónomos lo llaman el analema solar, “es la curva que describe la posición del sol en el cielo” si se observa a la misma hora y desde el mismo lugar. Esto lo hacían los amawtas o qhapaq desde las sukankas que eran observatorios astronómicos ubicados en diferentes lugares. Ellos tuvieron un manejo del eje de la Tierra y el ángulo 23° – 30’ de inclinación, alrededor del sol. Este ángulo de inclinación crea la vida, la biodiversidad y los solsticios, señala (Xavier Lajo, 2005). Este analema solar tiene la forma de un ocho tendido o tumbado, como se observa en el gráfico.
Este símbolo del analema solar se mantenía en Saraguro hasta la década de 1940, cuando los quinto gobernadores enseñaban y ensayaban a los danzantes que tenían que realizar un baile en forma de ocho,1 para eso plantaban 3 barras grandes, 2 en los extremos y uno en el centro.
En definitiva el Inti raymi es un anagrama de símbolos en el cual está implícito la concepción filosófica, científica, ecobiológica e histórica de las culturas prehispánicas y que hoy tienen vigencia en sus diversas manifestaciones.
1 Mayor explicación en Bacacela, 2007. Xavier Lajo, Qhapaq Ñan, la ruta Inka de Saiduría, 2005.
Nativa de Saraguro. pertenece a la nacionalidad Kichwa. Estudió en Zamora en la Escuela de Líderes. Cursó estudios universitarios en Cuenca. Es abogada, tiene estudios en lengua y literatura, es magister de Estudios de la Cultura y un Diplomado en Educación Intercultural Bilingüe. Maestra de secundaria y educación superior, investigadora. Ha publicado varias obras, así como artículos en revistas y periódicos. Ha desempeñado varios cargos vinculados a Educación Bilingüe. Es conductora del programa Ñukanchik llata Kashpa (Nuestra identidad) en la Radio comunitaria de Saraguro “KIPA RADIO”, FM 91.3.