LA CELEBRACIÓN DEL KÁPAK RAYMI EN SARAGURO
La espiritualidad es algo propio de los seres humanos y las culturas nativas de los Andes tuvieron las suyas; grandes dioses llamados los Wiracuchas, a los que se concebían como dioses que volaban. Para ellos se realizaban ceremonia y rituales de agradecimiento por permitir vivir en este kay pacha o en este tiempo en comunión con todos los seres de la Pachamama.
Estas ceremonias y rituales eran organizados bajo un calendario andino que se dividía en cuatro ciclos, dos solsticios y dos equinoccios; ciclos que se relacionan con el sol y la luna, vinculados con la Tierra para la producción de alimentos. Se agradecía al sol, a la luna, al agua, a las montañas, a las rocas, a la Vida. En estos ciclos se realizaban las principales ceremonias, entre las cuales se destaca el Intiraymi y el Kapak raymi.
El Kapak raymi es uno de los cuatro raymis del Tawantinsuyu, se realiza el 21 de diciembre en agradecimiento a la germinación de las semillas, el verdor de la naturaleza, de la niñez y de la adolescencia; se nominaban a los mejores jóvenes (caballeros) como los sucesores en potencia para la administración; y se realizaba el cambio de mando de las autoridades. Los ancestros/as observaban y conocían perfectamente lo que ocurría en la bóveda azul y esa situación reproducían en la tierra. El Kapak raymi en lo agrícola se vincula con el deshierbe y yanantin (aporque) de las plantas de maíz.
Pese a la terrible colonización física, espiritual y mental, los pueblos andinos han conservado sus conocimientos, sabidurías y ceremonias, readaptándolas a las normas del estado y la religión. Con la dominación católica esta fecha –21 de diciembre– del sol naciente se cambió a navidad, al nacimiento del niño Jesús. Una vez reconocidos los territorios, sus riquezas y dominado físicamente, era necesario una colonización espiritual, una domesticación y estructuración de símbolos.
El Kapak raymi tiene diversas manifestaciones en cada uno de las comunidades y pueblos andinos. El pueblo Saraguro (Ecuador) es el único que mantiene el Kapak raymi, celebrando con mucha fuerza recordando las sabidurías, conocimientos y símbolos de nuestrxs ancestrxs incas. Cabe anotar que en la década de los 70 llegaron los misioneros Escolapios españoles para una segunda domesticación. Prohibieron por dos años todo tipo de ceremonias y fiestas que se hacía en el cantón y la parroquia, aduciendo que eran paganas y motivo de borracheras. Sin embargo, la lucha y conciencia de identidad de lo nuestro hizo posible que los cabildos y catequistas indígenas se rebelaran contra los escolapios y no permitieran una segunda catequización; exigieron al obispo de Loja la salida de dichos párrocos si no permitían continuar celebrando sus raymis y fiestas.
En cada raymi o ceremonia hay ritos que expresan la necesidad espiritual de retornar a la Pacha, y la música es un elemento fundamental que nos ayuda a esta conexión. Raymi y fiesta son dos aspectos diferentes: el raymi es un acto sagrado que está vinculado a eventos importantes como lo dos solsticios y los dos equinoccios. Se refiere a las deidades principales que son: dios- Sol dador de vida, dios Wirakucha, creador de Todo, la Pachamama o Madre Tierra que junto al Sol es la diosa de la fertilidad.
Este acto sagrado encierra un proceso profundo de ceremonias en lugares sagrados especiales. Durante la ceremonia de los raymis se hacen ofrendas de desagravio en la relación de las personas con la Pachamama. En el raymi se produce una interacción del universo-vida, la música canaliza las energías telúricas de la Pachamama y de los espíritus de las montañas.
En cambio, la fiesta es un acto de regocijo, de alegría, de bailes que se realiza en espacios públicos, las casas, en las calles, en sitios que no son sagrados. De ahí que raymi y fiesta no son sinónimos: a la fiesta se le denomina q’ochuriy o harana, (Hornberger, 1983: 521). La fiesta tiene el objetivo de mantener el sentimiento de unidad del espíritu colectivo comunitario después del raymi, unificando acciones, principios y normas de convivencia. Cada fiesta tiene su propio objetivo, así los rituales del agua con el carnaval, las wacas con las fiestas de los santos. El elemento fundamental a más de la música festiva es la alimentación.
Terminado los rituales y las ofrendas en el Kapak raymi se realizaban los arawis. El verbo arawiy significa versificar. El arawi era la poesía lírica, de amor, de alegría y de dolor por la delicadeza del sentimiento puro expresado en el verso, (Lara, 1961: 53). Guamán Puma clasifica en: jaray arawi (arawi de amor doliente), sank’ay arawi (de expiación), kushi arawi (de alegría), sumak arawi (de belleza), warijsa arawi (gracia). Eran cantos poéticos sagrados y de expresión del amor.
En el Tawantinsuyu, el Inka y la Mama Coya dirigían la ceremonia del Kápak raymi. En Saraguro, en tiempos anteriores hasta el siglo XX los quinto gobernadores designaban al markan tayta y markan mama, ahora pueden ser cualquier persona que tiene voluntad de hacerlo.
En el Kapak raymi hay muchos símbolos y personajes, se los llama “juguetes”. En este raymi se condensa toda una historia del pueblo Saraguro. De dónde hemos venido, cómo hemos venido, con quiénes hemos vivido, qué ideas y pensamiento hemos tenido. En definitiva, la cosmovisión, la organización social y las formas de control y redistribución de la economía, con el fin de mantener la igualdad entre todos y no permitir que unos se alejen de la vida comunitaria y solidaria.
En este sentido, el Niño Dios es el Sol naciente, el sol niño, luego los markan taytas y markan mamas representan la pareja del inka y su coya. El inka tuvo dos colores de vestimenta: el yakulla (manto), túnica de color blanco para las ceremonias más importantes, y el morado o botón rosa para los de menor importancia. Este mismo sentido y color el markan tayta lleva un pañuelo blanco sobre sus hombros, para el día principal, el 25 de diciembre. Luego tenemos a los y las sarawis, que son cuatro niñas y cuatro niños. Ellas simbolizan a las vírgenes del sol, llevan un vestuario especial de color azul, collares deslumbrantes y una corona-diadema dorada (antes de oro) adornada con flores. Se les llama sarawi porque ellas cantan al sol (Niño Dios) a la Pachamamita, poesía de amor de expiación y de alegría.
Tenemos también los wikis, los ajas, el oso, el tigre, el puma o león, los cuidadores de cada uno de estos animales, los gigantes, los kurikingues y cuervos ushkus. Estos sarawis tiene muchos bailes y cantos; por ejemplo, el canto poético a Wirakucha, primita lojana, la navidad. Otras son solo danzas como: la vaquera, los shuar, la danza de los gigantes, los inocentes, del cura, del cuervo, de la serpiente. Estos cantos y bailes, en la época del Tawantisuyu, fueron para la Pachamama, para el tayta Inti. Los ajas y los wikis bailan de dos en dos y en número de cuatro.
Podemos encontrar que en estos bailes está presente los principios de organización social: el hanan y el hurin, el hanan ayllu y el hurin ayllu (de arriba/ de abajo), el principio de división política de dos y cuatro partes (división dual y cuatripartita). El número cuatro indica los duatro suyus o regiones del Tawantinsuyu unidos en forma armónica en un solo territorio. Según la concepción andina el mundo fue creado y destruido cuatro veces. Nos recuerda que Wirakucha Pachayachachik –antes del sol y la luna– creó primero hombres gigantes que no pudieron reconocer a su Creador y este los destruyó con un diluvio y volvió a crear nuevos hombres y mujeres (Mitos kichwas andinos).
De igual forma, allí está el concepto de la dualidad y complementariedad: hombre y mujer, porque en la Pachamama nada es impar, nada es “chulla”. Y en el plano histórico, los gigantes, las kurikingas y los cuervos nos recuerdan nuestro origen, son las pacarinas del pueblo saraguro. La presencia de los niños shuar con sus lanzas nos recuerdan que los ancestros saraguros fueron paltas, cañaris y shuar. Los y las ajas, que antes eran siete para cada markan tayta simbolizan a los espíritus de las montañas, por eso ellos llevan el musgo de color cenizo y los cuernos del venado (espíritu o waka de la montaña) en su cabeza sobre los cuales se sujetan los musgos.
Las kurikingas y cuervos son aves símbolos metafóricos (Bacacela, 2007: 57) de la vestimenta saraguro, pues son: pecho blanco, alas negras, muslo blanco, patitas rosadas; nuestra vestimenta es: camisa blanca/blusa blanca, poncho/ bayeta negra, zamarro blanco, y las patas del ave color rosado, son nuestros pies color piel (Información de mayores +). Finalmente, la palabra sarawi vendría de arawi. Cristóbal de Molina en su Fábulas y ritos de los Incas, dice que los “takis” o cantos eran como arawis que expresaban muchos pensamientos. Molina los llama, Chapaywanllu, Yawira, Wari, Qoyu y otras poesías que se cantaban en el Cusco (Lara, 1978: 51).
Nativa de Saraguro. pertenece a la nacionalidad Kichwa. Estudió en Zamora en la Escuela de Líderes. Cursó estudios universitarios en Cuenca. Es abogada, tiene estudios en lengua y literatura, es magister de Estudios de la Cultura y un Diplomado en Educación Intercultural Bilingüe. Maestra de secundaria y educación superior, investigadora. Ha publicado varias obras, así como artículos en revistas y periódicos. Ha desempeñado varios cargos vinculados a Educación Bilingüe. Es conductora del programa Ñukanchik llata Kashpa (Nuestra identidad) en la Radio comunitaria de Saraguro “KIPA RADIO”, FM 91.3.